domingo, 26 de abril de 2020

Demogan Finagro Ángel o Demonio


Los acontecimientos se multiplican. El volumen de información exige por parte de aquellos que tenemos responsabilidades con el sector, ser responsables y no apresurar condenas o aplausos.
Esta semana debemos obligatoriamente escribir acerca de Finagro; para poder hacerlo y por razones didácticas presentamos unos cuadros sencillos, que intentan mostrar una parte de la situación.
La fuente de esta información, es Finagro.
Últimos 5 años de operaciones:
Año
$ Billones
# Operaciones
Incremento $$
2015
$8’5
226,905

2016
$10’4
310,974
22,35%
2017
$14’8
445,437
42,30%
2018
$15’3
414,982
3,38%
2019
$19’3
413,733
26,14%

Dineros para las primeras 8 cadenas productivas que más recibieron dinero y número de beneficiados en los últimos 10 años.
El monto total de créditos en esos mismos 10 años, suman $80’4 billones que es la base para establecer los porcentajes de participación y la manera como se irriga el campo con crédito “barato”:
El total de cadenas productivas que atiende Finagro, son 25.
La media de préstamo en esos 10 años, fue de $32’160,000.
Ahora si la información:


Producto
Montos $$ Billones
# de operaciones
Participación %
Ganadería Carne
$16’7
569,051 (2)
20,77%
Arroz
$10’4
50,163 (4)
12,93%
Café
$7’2
755,742 (1)
8,95%
Avicultura
$6’99
22,687 (5)
8,69%
Caña Azúcar
$6’86
5,356 (8)
8,53%
Palma
$6’36
9,547 (6)
7,91%
Leche
$5’3
199,056 (3)
6,59%
Frutales
$4’56
6,525 (7)
5,67%
TOTAL
$64’37
1’618,127
80,06%

Para mayor comprensión, al lado del número de operaciones en paréntesis, indicamos la posición en las primeras 8 cadenas productivas que recibieron crédito.
Un contraste que vale la pena, es que el café que es el primero en número de clientes beneficiados, tiene un promedio en esos 10 años de $9’527,000 (nueve millones quinientos veintisiete mil pesos) por préstamo, en contraste, la caña de azúcar que es la que menos beneficiados puede mostrar (por razones obvias) el desembolso promedio en 10 años, es de $1’280,000,000 (mil doscientos ochenta millones de pesos) eso son 134 veces más con ahorros evidentes para el caso de la caña.
El ganadero de carne, reciben un promedio por operación de $29’347,000 y el de leche $26’625,673.
La suma de las dos, sobrepasa las operaciones de café.
Hace apenas dos semanas comenzó un debate en torno a $226 mil millones que según nuestro entendimiento era exclusivamente para atender a pequeños finqueros. Del total, $219 mil millones les prestaron a grandes empresarios ¿Qué más esperaba el gobierno? ¿Acaso no son ellos los que tienen la manera para tramitar de manera ágil esos dineros? ¿no son ellos los que mejor acceso tienen a la información? ¿Sabe el gobierno el tiempo que le toma a un campesino tramitar un préstamo en una entidad bancaria?
Creemos que el problema no es SOLO Finagro, el problema es el sistema. En paralelo con el escándalo de Finagro, hemos escuchado cuestionamientos serios al sector bancario. La manera como se lucran, captando al 4,5% y prestando al 18,6% efectivo anual, llegando a tasas de microcrédito desde 37,05% hasta 55,58% efectivo anual.
Finagro es un banco de segundo piso, que no presta, sino que ofrece sus tasas a través de la banca. Ellos a su vez intermedian ganándose un dinero sin prácticamente ningún riesgo. El banco gana, Finagro gana, el país continúa dejando desamparados a sus campesinos y finqueros. Curiosa ecuación, que no entendemos.
El cubrimiento con tasas preferenciales de Finagro es pobre. Imagínense, si el préstamo promedio al campo es de $8’000,000 y tenían $226 mil millones para prestar, suponiendo que el 100% se fuera a los campesinos, solo les iba a llegar a 28,250 fincas.
Si hablamos de 2’500,000 predios ¿tenían la esperanza de llegarle al 1,1%? Lo grave, es que solo prestaron $4’300 millones eso es menos del 2% del total y unos 537 préstamos. ¿creía el gobierno o Finagro que los bancos o el banco Agrario se iba a poner en la búsqueda de 28 mil clientes para prestarles?  
En Demogan consideramos que el error fue de todos. Nadie se salva, pues los estados no pueden reclamar ni buena fe ni ingenuidad.
Hemos sostenido que el campo es la cenicienta de la economía. Queda demostrado que así es.
El debate no podemos centrarlo en $226 mil millones. Si a alguien deben sancionar que lo hagan pronto. El debate es cómo y cuánto cuesta capitalizar el campo y su entorno. No nos corresponde hacerlo, pero desde luego estamos prestos para trabajar en el tema; les dejamos una cifra: Si quisiéramos mejorar 10 millones de hectáreas como un plan para invertir en nuestra seguridad alimentaria, ¿cuánto tendríamos que invertir y en cuánto tiempo?
Seguir buscando el ahogado río arriba desvía la atención de todos y todos, salimos perdiendo.

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