domingo, 25 de agosto de 2019

Demogan La Contaminación de nuestra Ganadería Volver el problema Solución


Desconcierta la andanada de reclamos por contaminación que, a diario recibe la ganadería.
La FAO, en su informe La Larga Sombra de la Ganadería con una carátula de terror, presenta una vaca esquelética de esas que aparecen en las películas de vaqueros y en más de 450 páginas nos dice el aporte negativo medio ambiental de los ganados.
Ubica al ganado con el 18% de aportes al efecto invernadero, luego, sin muchas explicaciones afirma que es el 14%, más tarde, llega a sugerir que es el 3%. La inexactitud de las cifras, confunde y no ayudan a hacer un análisis adecuado. 
En Demogan debemos ser parte del debate. Aquí nuestras opiniones que ya las habíamos compartido en noviembre de 2016, cuando el ministro de Medio Ambiente del momento, afirmó que la ganadería era la que más aportaba a contaminar, es más, nos puso a la altura de los automóviles. Lo triste y sin duda curioso, es que el ministro de agricultura de la época no intervino y desde luego el actual ministro tampoco ha intervenido…cosas de ministros, eso nos hace pensar que no hay ministros ni buenos ni malos, solo ministros.
La única manera cómo podemos analizar el tema, es abrir una controversia civilizada, democrática con argumentos sustentados en la ciencia, de ninguna manera en las especulaciones.
El debate no ha terminado, apenas empieza; si la ganadería es parte de nuestra estrategia como país, debemos discutir qué tanto contaminamos, las aguas los suelos, la atmósfera, pero desde luego, incluir también que tanto alimentamos.
Con solo un kilo de carne de bovino per cápita de consumo, que aumente la China, se requieren sacrificar 4’000,000 adicionales de reses; eso generaría un incremento en el precio del ganado, que los más pobres, no podrían asumir, pero que generaría riqueza a nuestros ganaderos.
Hoy la carne uruguaya de exportación, se vende a US $4 (cuatro dólares) en pie; el precio aquí en Colombia es de US $1,32 dependiendo del cambio por dólar. A su vez, Brasil y Paraguay venden su carne en pie a US $2,65 y US $2,60 respectivamente.
Como pueden ver, hay un baile, al que nosotros no hemos sido invitados, a pesar que nuestro ganado por cuenta de nuestras condiciones, emite mucho menos gases de efecto invernadero que esos tres países (sin contar con los inmisericordes incendios de la amazonia que hoy observa estupefacto el mundo) 
Un bovino de 500 kilos, libera diariamente, 4 litros de gas metano al día, esto es 1,460 litros al año. El gas metano, es 23 veces más contaminante que el CO2, de ahí la gravedad del tema.
De ninguna manera el 100% de nuestros animales pesan 500 kilos, el peso promedio de nuestro inventario (la fuente somos nosotros mismos, por falta de fuentes confiables) puede ser del orden de 300 kilos por cabeza. Son 27 millones de animales, así que serían 544 millones de toneladas de emisiones al año.
Según el censo nacional agropecuario, en el país, tenemos 42’3 millones de hectáreas para uso agropecuario, de las cuales el 80% son para la ganadería, eso son 33’84 millones de hectáreas.
Una hectárea con Buenas Pasturas, según la doctora María Cristina Amezquita (PhD en temas ambientales, específicamente en captura de CO2 equivalente en pasturas) secuestra una media de 2 toneladas año, eso quiere decir que solo con pasturas, secuestramos el 12,44% del total de nuestra contaminación; eso desde luego debe ser utilizado como argumento ambiental para que nuestros compradores, sepan que compran.
Además de las pasturas, tenemos la posibilidad de sembrar una media de 10 árboles por hectárea por año llegando en 10 años a 100 árboles por hectárea. ¿Qué significa eso en términos de captura de dióxido de carbono?, que llegaríamos a neutralizar en poco tiempo el 100% de nuestra generación de Gases efecto invernadero. Dependiendo de la especie, una hectárea con 1000 árboles, puede capturar a partir del décimo año, una media de 100 toneladas de CO2, desde luego que 10 árboles, no son mil, pero a razón de 10 árboles son 338’400,000 arbustos y a su vez son 338,400 hectáreas plantadas o 33’840,000 toneladas de gases contaminantes, capturadas. Al cabo de 20 años capturaremos 338’400,000 toneladas neutralizando 74,81% de nuestras emisiones.
Para terminar la ecuación deberíamos adelantar la “revolución de los biodigestores” para generar parte de nuestra energía en nuestras fincas; no solo por el costo que significa la mala electricidad a precios desmesurados, para el ganadero, sino que con seguridad utilizando el metano que producimos, nuestro saldo ambiental pasaría a negro, seríamos un ejemplo para el mundo y terminaríamos con la polémica en la que estamos inmersos hace muchos años.
Nos dirán que esto se toma mucho tiempo, nuestra respuesta es simple: En la medida que no tengamos propuestas de largo plazo y contenido ambiental, que den ejemplo y nos convierta en líderes, mundiales de la ganadería, seguiremos lamentándonos sin avanzar.
Tenemos la seguridad que muchos países, nos apoyarían con tecnologías para lograr nuestros objetivos, pero más allá, para aquellos que no sepan, podríamos hacer además de venta de carne y leche con sello verde, vender bonos de Mecanismos de desarrollo limpio (MDL), que según entendemos ya se transan a precios muy altos de hasta 14 Euros (14 €) por tonelada de CO2 capturada; supóngase que se vendan al 20% de la suma anterior, eso serían ingresos para los ganaderos de algo más noventa y cuatro millones de euros, COL$ 357 mil millones cada siete años, además que preservaríamos nuestras aguas, nuestro suelo,  nuestro medio ambiente.
¿Cuántas industrias pueden ofrecer algo siquiera similar? Volver un problema solución es la manera de hacer las cosas en Demogan.           

sábado, 17 de agosto de 2019

Demogan Pensar en Grande Pensar en Diminuto

La ganadería no es una excepción del país, sino probablemente, uno de sus mejores intérpretes.
Demogan, es un movimiento que está en el corazón de muchos que creen en nuestros ideales; eso nos permite tener un buen número de seguidores, que desde luego no carnetizamos, sencillamente, porque las creencias que se plastifican, pierden espontaneidad, independencia y una condición fundamental, libertad de pensamiento (Te doy el carnet si piensas como yo).
Los mayores avances del hombre, están ligados a su libertad, a la pluralidad con la que interactúa, a evitar los extremos, por eso, los hombres solo podemos arrodillarnos antes Dios y la naturaleza que Él nos entregó. Eso quiere decir que nuestros avances deben preservarla.   
El país va mejorando en muchos campos de manera tímida pero continua. Esa es la propuesta de Alejandro Gaviria, a quien en buena hora nombraron rector de los Andes. Nosotros la aceptamos, pero consideramos que debemos ir más rápido, desde luego sin tumbar la estantería. Nuestros avances son frágiles, nuestro país es complejo.
La obra del túnel de Medellín –Ahora con muchos padres por cuenta de lo extraño que resulta cumplir ̶ Nos devuelve un poco la esperanza. Sin embargo, no es suficiente. Antioquia es atípica en sus realizaciones; a unos le genera envidia, a la mayoría admiración, falta que el resto de los alcaldes y gobernadores, la emulen, entendiendo previamente que son lo que son, gracias a sus habitantes, que están orgullosos de su raza, de su historia y de algo inédito en el resto del país, de sus futuros logros.  
Pensar en grande y honorablemente, nos hace falta. Un ejemplo que siempre traemos a colación, es la expedición botánica, que sigue en España, sin que podamos acceder libremente a lo que es nuestro. El alcalde de Mariquita se cubriría de gloria si saliéndose de todos los parámetros, se le ocurriera pedir que, en ese municipio, se tuviera copia de todos los trabajos de la expedición. Pero eso es pensar con el deseo, no con la realidad de las limitadas posibilidades de quienes gobiernan. Para terminar con ese tema, la paradoja, es que somos un país donde Dios se inventó la botánica y de pronto la biodiversidad y tenemos muy pocos estudiosos de esas disciplinas.
Y ahora a lo nuestro.
Nos preocupa el futuro de la ganadería. No tenemos norte, porque no tenemos brújula, porque no tenemos ideas grandes, y cuando las tenemos, solo sabemos enunciarlas, de ninguna manera ejecutarlas. Para la muestra un botón: este año, de acuerdo con un escrito que presento Fedegan en noviembre de 2006, titulado: “Plan estratégico de la ganadería colombiana 2019”, que luego intentaron recomponer en noviembre de 2014, con un plan a cinco años, así que también se vence este año. Resumiendo, de acuerdo con el escrito original, hoy tendríamos que estar con un inventario ganadero equivalente a una cabeza de ganado por habitante, eso sería 45 millones de animales, estamos en 27 millones y eso gracias a que desde el 2015 a la fecha aumentó el inventario en 5 millones de animales.
45 millones de animales, habría sin duda resultado en un logro formidable, tendríamos más carne, más leche, más genética, mejores explotaciones ganaderas, innovación, desarrollo, investigación, convirtiéndonos en una potencia ganadera no solo en la región, sino que tendríamos mucho que opinar, mostrando resultados a nivel mundial.
Pensar en diminuto, es intentar echarle la culpa de nuestros fracasos e incompetencia a terceros. Cuando arriba mencionamos a los antioqueños, es precisamente esa una de sus particularidades, no se escudan en terceros, sino que asumen sus responsabilidades y las resuelven.
Pensar en grande la ganadería es ser incluyentes, democráticos, no idealizar nuestro sector, al contrario, pensar en el con los pies en la tierra.
Por esa razón se nos ocurre, no enfrascarnos en más estudios, sino que pongamos nuestra mira en llegar a 45 millones de cabezas, proyectándonos a 10 diez años, con revisiones cada 12 meses, con pocos indicadores, que a modo de ejemplo sugerimos: empleo generado, nuevos desarrollos (biológicos, software, trazabilidad) inventario final versus inventario inicial, logros ambientales (desmitificando que la ganadería es la peor contaminadora) sanidad del hato, producción lechera, aumento de consumo nacional, mejora de infraestructura etc.
Como pueden ver, nos convertiríamos en factor de desarrollo y paz para el país. dejaríamos de estar perdiendo el tiempo en decidir quien maneja el fondo nacional de ganado o la aftosa. Pensaríamos en grande, dejando de pensar en diminuto.

miércoles, 7 de agosto de 2019

Demogan La Paz en Los campos Nace de la dirigencia Política


Hoy cumple su primer año de mandato Iván Duque. Existen comentarios de diferente índole, unos pocos en pro, muchos en contra. Todos ellos polarizando el país.
Demogan por principio, apoya diálogos, no enfrentamientos. Hemos mantenido siempre la línea de aplaudir lo bueno, pedir explicaciones de aquello que no entendemos y cuestionar respetuosamente aquello con lo que no estamos de acuerdo.
Creemos que el enfrentamiento entre aquellos que son títeres de sus ambiciones, es gasolina permanente para los que no entienden a cabalidad la democracia.
Nuestra primera conclusión, es la mala educación que recibimos todos sin excepción, que creemos de manera determinista, que nuestros extremos y nuestro chauvinismo, quedan protegidos en la medida que prevalezcan las ideas de cada uno, así no tengamos la razón.
Muchos con tal de ganar discusiones recurren al engaño y nada les pasa; si logran prevalecer, son felicitados, de lo contrario los señalan para resaltar su “debilidad”.
Nuestra fascinación por las malas noticias es proverbial. Somos un país de católicos autistas, incapaces de comunicar el perdón y la comprensión y en cambio sí, de llevar a la inquisición a todo aquel que no concuerde con las ideas de quien sea el líder del momento; sin duda, esa es herencia de la política de los siglos XIX y XX, que promovió una masacre que superó los 300,000 muertos, donde todos fuimos cómplices.
No se salva ni la iglesia.
Nuestro campo que debía ser el guardián de nuestra seguridad alimentaria, sirvió como disculpa para aumentar las desigualdades. La tierra, dejo de ser patrimonio para convertirse en botín de unos pocos. Desde luego, no hacemos diferencia entre clase dirigente, guerrilla y paramilitares. Duro decirlo, pero inevitable mencionarlo.
El segundo gran conflicto que se mantiene pegado a nuestros corazones, es la incapacidad de romper con los paradigmas que nos hacen daño. Nos negamos a evolucionar, en cambio somos maestros de la involución.   
Duque salió electo de presidente y punto. No hay substitutos para la verdad. Quedó claro que las mayorías eligieron a un presidente y una vicepresidenta. Si lo hacen mal, pierde Colombia, si lo hacen bien ganamos todos.
¿Qué hacer para poder aportar para que al gobierno le vaya bien? ¿Vale la pena pedir que el gobierno escuche las voces de los ciudadanos y no de unos pocos? Pensamos que sí, que es urgente hacerlo. Dialogar con todas las tendencias, que es lo prometido siempre por todos los que aspiran al poder y que la mayoría, olvidan cuando llegan.
Durante el gobierno anterior, sugerimos un encuentro de ganaderos con el presidente y los ministros que tuvieran que ver con el agro, lastimosamente no se dio.
Volvemos a repetir la propuesta, sugerimos que, en la mesa principal, solo esté el gobierno, eso asegura que se escuchen ideas plurales. La demostración palmaria que las cosas no van bien, es que continuamos mal. Que, en el caso de la ganadería el debate se centra en el manejo del Fondo de Ganado y la aftosa, no hablamos de educación, de prediales, de productividad por hectárea, de amenazas sanitarias, de créditos ágiles, etc.
El presidente con algunos ministros, gremios e invitados fueron a la China. Nos informan que es probable que se cierre un importante negocio de carne. Lo apoyamos, pero antes creemos importante definir con mucho cuidado y escuchando a todas las partes cómo afectará ese negocio, el consumo interno, también es necesario definir las toneladas máximas con las que nos podemos comprometer, y desde luego buscar maneras para que podamos exportar leche. Esos negocios si no desequilibran la oferta ayudan a llevar paz al campo, de lo contrario una oferta que no consulte la realidad, crearía sinsabores graves.
La magia de este viaje, debe sustentarse en la manera cómo vamos a definir la forma de ser interdependientes, las exportaciones no deberían solo favorecer a los ganaderos sino al resto del empresariado.
La anterior afirmación la hacemos, pues en Demogan, pensamos en términos de país no solo del sector. Intentamos siempre decir la verdad, no la verdad de un partido, de un grupo, de un caudillo; la verdad sin arandelas, sin ser políticamente correctos. Sin ofensas, sin gritos ni pataletas, porque la verdad igual que la paz, no necesita subir los decibeles, solo demostraciones simples que no ofendan la contraparte.
Todos los que suponen o si lo prefieren suponemos ser dirigentes, estamos en la obligación de bajar el tono, dar discusiones que permitan llegar a la meta; esa meta es sencilla, llegar a la paz en el campo, que nuestros finqueros puedan trabajar sin amenazas, sin que se afecte su productividad por cuenta de afirmaciones truculentas, que todos los días salen de mentes enardecidas que nos están llevando poco a poco al despeñadero.