Corresponden los comentarios que siguen a continuación a la
tercera y última entrega de nuestro objetivo de plantear unas propuestas de
actualización de la ganadería fundamentalmente de leche en nuestros trópicos
medio y bajo.
En la primera entrega concretamos propuestas para los sistemas de producción
con base en pasturas y con suficiente respaldo de investigaciones probadas,
para lograr una producción con resultados positivos en los estados financieros
de nuestras Haciendas.
Para la segunda entrega profundizamos en el fortalecimiento y
consolidación de nuestra producción
local en el mercado interno y en la exportación de los excedentes proponiendo
la creación de una atención permanente al mercado externo.
Para finalizar me parece importante la integración que
debemos lograr efectivamente con los Industriales de la leche y de la carne y
con el Gobierno central para alcanzar entre todos un desarrollo armónico y
satisfactorio de la ganadería colombiana.
La forma como se trabaja la ganadería en Colombia, y en
muchas partes del mundo, fomenta en su
misma esencia una actitud individualista de los propietarios de las tierras
dedicadas a esta actividad. En nuestras fincas y sin pretender ser una
exageración, los mismos propietarios deciden, sin la obligación de tener
aprobaciones del Estado o de las entidades encargadas de la operación de las
actividades en el campo, sus programas de acomodación a esos campos, sus
construcciones, sus programas de desarrollo y en fin todas las actividades que
tienen que ver con su operación. También somos los ganaderos responsables de
nuestros éxitos y fracasos cuando muchas veces por falta de conocimiento y
experiencia real decidimos como operamos finalmente nuestra explotación.
Este estilo, por llamarlo de alguna forma de hacer nuestro
trabajo, nos da también una forma de enfrentar los problemas y la vida misma.
Nuestras Haciendas son en la mayoría de los casos “reinos” en donde sus
propietarios deciden como amo y señor todo lo que quieren realizar. Muchas veces las cosas resultan mal y se
traduce en resultados financieros negativos que echan por la borda todos los
sueños que en algún momento tuvimos para nuestra ocupación.
Para mi esta es la principal razón por la que los ganaderos tradicionales no somos muy
dados a asociarnos o a buscar entre todos una solución más adecuada a nuestros
problemas permanentes. Cuando los resultados no se dan, nuestras fincas con el
tiempo y sin hacer nosotros nada diferente a perder dinero, obtienen unos
valores en el mercado que justifican o mejor tapan cualquier error que nuestras
equivocadas decisiones administrativas hayan llevado nuestra operación a
resultados negativos. Esta situación que
ha sido real, sobre todo en épocas con altas inflaciones, no nos ha permitido
que se consolide una crisis y los ganaderos hagan un balance de la situación
que los llevó a pérdidas y cambien su estilo de operación y mejore el sistema
como un todo. Esto se repite generación tras generación, sobre todo en las más
recientes.
Efectivamente pagamos la contribución a la parafiscalidad,
que es una forma de contribuir entre
todos para generar una solución a nuestros
problemas. No nos enteramos realmente de ese hecho y dejamos que otros decidan
por nosotros creyendo que no está en
nuestras manos tomar decisiones comunes
e intervenir y buscar sanamente entre todos un mejor andar para resolver nuestros
problemas. Debemos entender que solos no
vamos a encontrar la solución adecuada y por eso necesitamos entender la
importancia de la participación democrática y efectiva en los entes que tiene
nuestro sistema ganadero.
Dentro de esta misma filosofía tenemos la relación con los
industriales de la leche y de la carne. Nuestro mercado de la leche y en menor
medida el de la carne, funcionan como mercados de oligopsonio, donde unos pocos
se ponen fácilmente de acuerdo y deciden el futuro de las relaciones
comerciales para una cantidad muy grande de afectados. Es por esta razón
fundamentalmente que los ganaderos tenemos tanta desconfianza con los industriales
de la leche, pues muchas veces nos han sacado ventaja en la relación comercial
y debemos aceptar sin alternativa diferente lo que ellos proponen y deciden. Su
participación en estos procesos de las relaciones entre los industriales de la
leche y los productores se limitan a propuestas sobre los precios y condiciones de compra que los
ganaderos debemos aceptar.
Si queremos crear un
sector con un crecimiento sostenido y de futuro este estilo de relación
comercial debe cambiar. Con los industriales podemos y debemos tener unas
sinergias que nos lleven a otros estadios. Nos podemos comprometer los
ganaderos a volúmenes y calidades que compitan eficientemente en los mercados
internacionales y los industriales nos pueden ayudar sinceramente a que esos
logros sean cada vez más cercanos. De hecho ya hay en Colombia muchas empresas
ganaderas e industriales que han llegado a acuerdos más cerca de esta ilusión
que ahora planteamos aquí y que han permitido a ambas partes crecer con
confianza y optimismo en sus relaciones.
Con el objetivo de resolver
el problema coyuntural que ahora padecemos, generado fundamentalmente
por los altos niveles de inventarios de leche en polvo en poder de la industria
como consecuencia de la importación ante equivocados pronósticos de escases y
con niveles de producción normales, el Gobierno está proponiendo, acogiendo
propuesta presentada ya en 2013 por el entonces Ministro de Agricultura Doctor
Juan Camilo Restrepo, la creación de un Fondo tripartito para generar excedentes
permanentes de exportación de leche en
polvo. Esta situación, la de los altos inventarios de leche en polvo, fue
creada por los industriales de la leche y los únicos afectados han sido los
ganaderos pues a raíz de esos hechos terminaron finalmente vendiendo los
ganaderos la leche a menores precios para conjurar así la crisis de los
industriales.
Así como en este caso, el Gobierno puede presionar la
integración de los ganaderos entre ellos y con la misma industria para obtener
nuevos programas y estrategias de asistencia técnica, de créditos y de
capacitación, para solo nombrar tres áreas donde es muy obvia la integración y
la posibilidad de resultados que aligerarán la modernización del sector.
Los ganaderos colombianos tenemos hoy problemas en la producción
y el mercadeo de nuestros productos. Una sana integración con los industriales
de la leche y el acompañamiento del Estado, seguramente nos llevarán a plantear
soluciones que necesitamos para lograr
mejores resultados en la operación de nuestras Haciendas ganaderas.