martes, 15 de diciembre de 2020

Demogan el discurso inaugural del 38° Congreso Ganadero

Luego de nuestro blog del 2 de diciembre, donde comentamos acerca de los diferentes temas tratados durante el congreso ganadero, nos llegó el largo discurso inaugural.

Coincidimos en la necesidad que los ganaderos asumamos nuestro compromiso con el medio ambiente. No estamos de acuerdo con la politización del gremio.

En los años 2006 y 2014, se hicieron propuestas para el futuro de la ganadería que no se han cumplido; en especial la del 2006, cuando Fedegan propuso y se comprometió para que llegáramos al 2019, con una cabeza de ganado por habitante. Eso significaba que al final del año pasado tendríamos un inventario de 48’2 millones de animales. Hoy apenas se ha cumplido con el 58% del compromiso.

Habría sido conveniente, saber que sucedió con las obligaciones adquiridas y no cumplidas. No puede ser que los desaciertos recaigan sobre un gobierno que ya no está y los aciertos en una dirección gremial que está vigente desde el 2004.

Estamos de acuerdo que la demanda de carne y leche debe aumentar en la medida que la población mundial crece.

Sin duda los empresarios hacen bien su trabajo. Gracias a ellos hemos incrementado la exportación de ganado en pie a la que se oponía Fedegan en años anteriores, opinión que en buena hora modificó. Hay ganaderos e industriales de la carne que no aprueban la exportación de ganado en pie. En Demogan estamos de acuerdo con ella, esa actividad le da caja temprana a los criadores. El precio de los mautes se mantiene, y eso es bueno.

Para aquellos que se oponen a la exportación de ganado en pie les recordamos que las 183,000 cabezas exportadas son apenas el 0,64% del total de nuestro inventario. Ya nos hemos referido a los argumentos de algunos que suponen que los animales viajan en malas condiciones, así, que no vale la pena volver sobre el tema.

No discutimos tampoco que las exportaciones de canales le dan valor agregado a nuestro ganado y mejor aún si vendemos cortes de carne; por eso sería conveniente que las industrias estudiaran la propuesta de un importante empresario ganadero que ha creado la manera de vender por adelantado el ganado con rendimientos para el finquero y la industria.

Restar no puede ser la propuesta de ninguno. Debemos prepararnos para mejores días en la ganadería.

No leímos propuestas para la exportación de leche. En cambio, sí se mencionó la importación de leche en polvo. Ni una mención a la inclusión de lactosueros a la leche que consumen los niños, que es un volumen equivalente al de la leche en polvo. ¿por qué se menciona solo una parte del problema? ¿Qué propuesta tiene el gremio para cuando tengamos escasez de leche y la oferta al público se vea disminuida? Desde Demogan hemos planteado desde hace varios años la posibilidad que cuando tengamos excesos se pulverice nuestra leche y se libere cuando hay poca producción, sustituyendo buena parte o todas las importaciones. Hay quienes equivocadamente piensan que se le compraría al ganadero TODA su producción a un menor precio. Eso nunca se ha propuesto y por eso estamos listos cuando así se requiera debatir el mecanismo.     

Los ganaderos han pagado un precio en exceso alto por cuenta del conflicto armado. Ninguno quiere continuar lidiando con el tumor de un problema que hizo metástasis. Preferimos la paz a la guerra. Preferimos el diálogo al fanatismo. Creemos que la mayoría estamos por una paz negociada y no por un conflicto sin fin.

Ni la izquierda extrema, tampoco la derecha extrema ofrece soluciones para terminar la guerra. Estamos convencidos que la paz no solo es compatible sino necesaria para los ganaderos.

No se ofrecieron soluciones para el minifundio. Son muchos más los predios pequeños que los grandes. Desde Demogan estamos trabajando en una propuesta para que el minifundio sea fuente de trabajo y rentabilidad, para que el campesino pueda alimentar, darle salud, pensionarse y darle educación de nivel superior a sus hijos. Invitamos desde luego a que Fedegan nos acompañe para hacer una propuesta conjunta a los campesinos y al gobierno para redactar una política de estado que permanezca en el tiempo.

Estamos de acuerdo con la idea de La Universidad del Área Andina y desde luego esperamos que la certificación llegue no solo para graduar tecnólogos, sino profesionales para el agro.

El aumento del precio de las tierras no sirve de mucho si los prediales se elevan por los cielos. Muchos ganaderos nos han tratado el tema. Si las fincas no son rentables, gravar la improductividad es dispararse en el pie.

El apetito de riesgo en el sistema financiero por el agro es limitado. Necesitamos que los bancos crean en el campo. Para hacerlo es necesario que lo visiten, que lo entiendan, que lo estudien. Eso no da espera. Comparen un país con seguridad alimentaria con un campo rozagante y una Colombia con todos los pisos térmicos produciendo para el mundo, frente a un país con un campo marchito.

Es de la mayor importancia que los ganaderos conozcan los resultados del trabajo que se hizo en temas silvopastoriles con los aportes del Reino Unido. Por lo visto fue exitoso, pues van a volver a invertir en este proyecto.

La digitalización del campo es otro tema que debe estar en la agenda de todos los días. Como lo afirma en su discurso el señor Lafaurie, la ganadería es de los trabajos más antiguos del hombre, ahora debemos juntar esa tradición con lo digital.

Por último, la asistencia técnica, es importante que se le entregue a agrónomos y veterinarios independientes con un “pensum” flexible, pero con objetivos comunes.

Aprovechamos para hacer votos para que esta navidad esté llena de buenos augurios, luego de un año difícil que algunos no pudieron terminar. De igual manera, que el 2021 nos permita pintar color verde esperanza a nuestro país, que la leche y la carne crezcan, que los privilegiados seamos todos y no unos pocos, que no contaminemos el agua, que las vías terciarias mejoren y tengan el cubrimiento que nuestros campesinos necesitan. Un feliz 2021.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

Demogan el 38° Congreso Ganadero

Durante tres días y de manera virtual, Fedegan llevó a cabo su 38° congreso ganadero.

En Demogan, escuchamos la mayoría de las conferencias que se llevaron a cabo. Debemos decirlo sin ambages: Fue un éxito. Felicitaciones a sus organizadores.

Dos conversatorios no tuvimos oportunidad de escuchar, pero según la información de quienes asistieron, fueron un éxito: La de Enrique Murgueitio director del CIPAV y la de Gabriel Jaramillo Sanint, gran emprendedor que está empeñado en redefinir la Altillanura.

A continuación, haremos un análisis breve de algunas de las intervenciones.

Carlos Albornoz y María Corina Machado, dos venezolanos que no necesitan refrendar su compromiso por Venezuela compartieron su preocupación por el futuro de nuestro país. Nosotros, también les compartimos la nuestra por el suyo. Resaltamos la afirmación de Albornoz, que advirtió con claridad que el latifundio había sido el principio del fin en Venezuela, sin embargo, debemos advertir que de los 660.000 predios ganaderos que tenemos, más del 90% son pequeñas fincas, estas, en nuestro concepto, refuerzan una “clase media ganadera”, que no estaría dispuesta a permitir que se haga populismo con sus tierras. La tierra define condiciones empresariales que son afines a los ganaderos.

El precio de la leche en Venezuela equivalente a COP $450, precio inviable en el mundo; además, los consumos de carne y leche afectan no solo la ganadería sino la nutrición de nuestros hermanos.

María Corina, ojalá futura presidente de Venezuela, denunció que una parte de la comida que les llega, está podrida y a pesar de estarlo, el régimen ejerce con ella control político. ¡¡¡Cómo no estar preocupados!!!

Las charlas en su mayoría, fueron orientadas por invitados con ideas políticas afines a Fedegan. Respetamos esa decisión, entre otras razones porque en su gran mayoría se despojaron de extremismos y compartieron propuestas con sentido ganadero con las que estamos de acuerdo.

La democracia cafetera se mencionó, pero no se profundizó en ella; ojalá lo hagan, creemos que ese es el modelo para la gremialidad agrícola. Qué todos los ganaderos voten, esa ha sido nuestra propuesta.

Una charla de quitarse el sombrero y que recomendamos altamente, fue la de Carlos Enrique Moreno, no deja dudas la maestría de este conferencista, que además de darnos datos de los movimientos económicos en el mundo, enfatizó la importancia de las energías verdes, habló de la justicia sin corrupción, de la equidad si queremos mantener nuestro país con vida democrática, la reforma de la salud, el diálogo social, nos recordó a Álvaro Gómez en su acuerdo por lo fundamental, enfatizó en un programa de industrialización, en diversificar el agro, en las exportaciones de ganado en pie y en la esperanza que abre la siembra y proceso de la marihuana medicinal. Escuchándolo, confirmamos que el agro es el futuro.

Óscar Iván Zuluaga, ratificó su conocimiento económico entrevistando tres pesos pesados de la economía, sus preguntas eran dardos que pegaban en el blanco, despejó dudas, dándole tranquilidad a quienes lo escuchamos. Anticipamos que esas intervenciones, serán objeto, de otro escrito.

La sensatez estuvo en el orden del día, hasta que llegamos a la malograda intervención del presidente de Fedegan, que se hizo pública y viral, pues maltrató a un caballero que no conocemos: don Agustín Chávez, que le preguntó por un miembro de la junta que según cuentas lleva más de 2 décadas sin ser cambiado; la reacción fue desobligante, exigiendo respeto para el miembro de la junta y para él, pero no para quien preguntaba.

La democracia es una extraña pócima, que exige no hacer gestos de rechazo cuando la preguntas son amargas.

En Demogan, hemos cuestionado la falta de participación de quienes no comulgamos con las ideas de los actuales dirigentes de Fedegan. Lo hacemos con respeto, pues estamos seguros, que las instituciones se fortalecen cuando son democráticas. Cuestionar a quien no actúa democráticamente, pero no ser conscientes cuando no lo somos, es equivocado y desde luego, incomprensible para quienes creemos en la democracia.       

Invitar a que Agustín sea elegido, cuando no existen caminos para que su nombre sea considerado, no es una respuesta válida.

En nuestro concepto, hizo falta discutir en profundidad, soluciones para el minifundio. Las pequeñas parcelas son la gran ganadería y son parte importante de la realidad ganadera. También es necesario que los ganaderos profundicemos en temas como la etología, y entender y fortalecer nuestra condición de cultivadores de la nutrición de los animales. En muchas fincas, nace el ternero, se alimenta, se ceba y llega al matadero sin cambiar su hábitat inicial.

Igualmente sugerimos que se hable de la exportación de leche, no solo de carne y ganado en pie; lógicamente, no podían atender todos los frentes, esperamos que muy pronto se abra ese debate, mientras tanto iniciaremos esa travesía en Demogan.