domingo, 25 de junio de 2017

Demogan Brote de Aftosa en Arauca

El brote de aftosa que detectó el ICA en Tame, Arauca, no es el primero, tampoco será el último. De hecho, según información del Ministerio de Agricultura entre 2004 y 2009 se presentaron 5 brotes que no nos quitó la denominación de: “País libre de aftosa con vacunación”
Primero, intentaremos definir el alcance del problema.
Según La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) a través de su oficina de control de epizootias, nuestra condición de país libre de aftosa con vacunación, no se pierde, pues existe una clara delimitación por regiones, haciendo que el territorio de Tame (1,064 kilómetros cuadrados) y probablemente algún municipio vecino de Boyacá o Casanare, queden en observación por unos meses.
Muchas veces, hemos sido críticos del ICA. En esta ocasión, debemos decir que este organismo está perfectamente preparado para atender la emergencia. Los científicos y profesionales con los que cuenta el país en esta materia son de primera línea.
Entendemos que las coordenadas del brote están identificadas. La idea, es definir la zona de afectación, y de manera concéntrica (de la periferia al centro) vacunar toda la población bovina y bufalina que allí pasta, sin importar si estaban vacunadas.
De acuerdo con la información con la que contamos, el problema debe resolverse máximo en los próximos 12 meses, insistimos, sin que eso afecte al resto del país. Podremos continuar exportando, desde luego sin contar con animales de la región. Recordemos, que la zona no es productora importante de leche y que la industria no acopia allí. Aspecto que trataremos en una próxima entrega, pues el país tiene un potencial lechero muy importante en los Llanos Orientales.
Ahora, detengámonos en la razón por la que esto sucedió. Lo más probable, es que el virus lo introdujera un animal traído de contrabando desde Venezuela. Las personas que esto hicieron deben ser calificadas de apátridas. No solo son criminales, sino que pusieron en riesgo la sanidad animal del país en la que los ganaderos trabajan todos los días a un costo muy alto. Sugerimos emprender una fuerte redada para identificar los delincuentes que esto hicieron. Todo el peso de la ley debe caer sobre los culpables, de lo contrario, las autoridades aduaneras, la justicia y el país como un todo continuará siendo el hazmereír de los contrabandistas. Ojalá el ministerio entienda que de esta coyuntura puede salir la gran oportunidad para ubicarse como el verdadero defensor de la seguridad alimentaria.
La vacunación en Venezuela que venía siendo atendida por empresarios privados, se convirtió en herramienta política y de corrupción. Según la información que tenemos los malogrados revolucionarios, también intentaron ganar dinero con la salud animal, haciendo que las dosis no llegaran a sus destinatarios, convirtiendo en juerga un trabajo que exige rigurosidad y seguimiento. Las fronteras se cubren de estos ataques de enfermedades, permitiendo entre otras, que sean los empresarios privados los que resuelvan la manera como debe distribuirse, cobrarse y aplicarse la vacuna. Es conveniente que el ministerio de agricultura de Colombia, no intervenga en el trabajo de filigrana que ese ejercicio demanda.   
Apenas hemos mencionado una de las posibles razones por la que tuvimos esta emergencia sanitaria. Pueden existir otras. De ser así, es urgente que se identifique que sucedió.

Debemos de todas maneras, aplaudir la inmediata reacción del ministerio y proponer que esta situación no sea aprovechada por gremio o institución alguna. Esto es un problema que ya se ha presentado y solucionado, debemos entre todos ayudar a mejorar. No se trata de buscar ganancia de pescadores en este río revuelto. 

domingo, 18 de junio de 2017

Demogan La Palma Oleoflores Lo Social La Dignidad que da la Paz

País de matices el nuestro.
Hace unos días en forma de preguntas y respuestas, compartimos la propuesta que es importante liderar, para construir la mayor empresa de pulverización de leche de Colombia, dónde la idea es que los lecheros que quieran, puedan ser socios. La empresa que aspiramos poner a funcionar, con la participación de los ganaderos que consideren que así se construye un país de empresarios agrícolas en paz, ya tiene industriales que pueden mostrarnos ejemplos concretos. Aquí, la historia.
El modelo ya funciona. Sorprende la poca difusión que tiene. Carlos Murgas Guerrero, caballero, empresario, agrónomo, con profundo sentido social, imaginó y puso en marcha en el año 2004, una  planta en Tibú, Catatumbo, departamento del Norte de Santander, la figura de alianzas productivas, para de esa manera ampliar su operación, permitiendo que los campesinos sean socios.
Hoy tiene unos 1,600 socios estratégicos, representados en pequeños y medianos palmicultores, que comparten las tribulaciones y ganancias que significa ser empresario. No solo está en Tibú, sino en María La Baja, Bolívar, y su operación principal está en Codazzi, Cesar.
1,700 empleados, 50,000 hectáreas de palma en varias regiones del país, y prepara su nueva mirada para la Colombia del siglo XXI, que es incluir entre sus socios a guerrilleros desmovilizados.
Oleoflores, es un hito en la historia de un país en guerra. Creyó en Colombia, lo mismo que otros miles de empresarios, cuando no se podía creer, cuando no había esperanza, cuando se repetían las noches sin futuro.
Su nueva creación de tejido Social-Empresarial, decidieron sus socios principales, que se continúe ampliando en un lugar emblemático por su falta de seguridad, una región, dónde la mata de coca hacía su agosto y que para muchos continúa haciéndolo. Catatumbo, donde los rayos de guerra, aún no se silencian del todo, dónde la vida poco valía y vale, dónde pensar en empresas resulta una equivocación para muchos.
Oleoflores y sus socios mayoritarios, son un ejemplo para el mundo, un llamado a creer en lo nuestro, una epopeya que se escribe todos los días.
Visitamos campesinos en la región de María La Baja; en especial queremos compartirles las realidades de uno de ellos, aunque debemos advertir que tienen mil casos de éxito comprobado para mostrar.
Se trata de don Marcos Arrieta y su esposa doña Virginia Celmira De Lara y sus 5 hijos. Tienen 5 hectáreas de palma sembradas en el año 2002 en el Viso, Bolívar y sembraron 2 hectáreas nuevas en el año 2013. Sus ingresos (utilidades) en los años 2015, 2016 y hasta abril de 2017 respectivamente fueron, $25’5 millones, $20’7 millones y $17’4 millones (recuerden que este último dato es hasta abril). Pasaron de un rancho de paja y barro a una hermosa, sólida y colorida casa con tres habitaciones, cocina, baño y sala. Doña Virginia, en 900 metros de espejo de agua, produce al año bocachico fresco, que factura en $7 millones de pesos y uno de sus hijos, compra leche, produce y vende queso costeño generando utilidades adicionales para la sociedad familiar por $7 millones más. Pero aún falta: su cheque por dividendos que le llega religiosamente todos los años en mayo. Este 2017, a don Marcos, que vota libremente por quien quiere que lo represente en la junta de la planta extractora, le consignaron en su cuenta del Banco Agrario, $2’6 millones.
Don Marcos, es un campesino que debemos repetir, pues solo con su firma, en abril de este año, sin papeleos de ninguna clase, volvieron a prestarle $12 millones en el Banco Agrario, siendo su cumplimiento crediticio, el único soporte de esta decisión.
Pero este es solo el inicio. Ver la mano benefactora de María Victoria Dávila de Murgas, que en cada uno de los lugares donde está Oleoflores, construye respeto, credibilidad y fe en Colombia y sus empresarios. En los municipios donde están, enseñan a niños y adultos, no es caridad, es dignidad lo que ella viene instituyendo.
Por eso, desde nuestro rincón ganadero, invitamos a Carlos, su extraordinario grupo familiar y de ejecutivos, socios, aliados estratégicos, a que nos acompañen enseñándonos la manera como debemos construir el nuevo modelo empresarial lechero, que desde Demogan, con el apoyo de otro maravilloso constructor de sueños, nos ayude a pensar en una ganadería renovada, con modelos incluyentes que ya conoce, en los que cree y que genuina y respetuosamente le pedimos nos ayude a pensar, diseñar y construir.

Debemos agradecer a David, Carlos y sin duda a nuestro antiguo (no viejo), amigo Abel Mercado Jaraba, quienes nos acompañaron generosamente durante dos días, mostrándonos este emprendimiento que hace honor a Colombia y sus empresarios.                

domingo, 11 de junio de 2017

Demogan Llorar sobre la leche derramada

Iniciamos este artículo con las reflexiones de nuestro director Benjamín Quiñonez Mera:
La posición y actuación  del Señor Alejandro Galvis en Santander botando un día ocho mil litros de leche fresca a un potrero, nos muestra es su postura personal propia de una persona soberbia e inconsciente del mundo en que vive. Independientemente de los problemas que tenemos ahora los ganaderos con todas las situaciones  de las fincas, también existe una responsabilidad social con la comunidad en la cual desarrollamos nuestros negocios. Hubiera sido más efectiva su protesta si regala a los muchos necesitados que deben existir en su departamento Santander con necesidades básicas insatisfechas y si más ansiosas por las necesidades que genera la pobreza, que el malestar y la rabia de una persona poderosa que  cree que porque tiene poder decisorio en su comunidad y dinero para botarlo es poseedor de la razón y sus actos encuentran justificación social y empresarial. Creo que la mayor parte de los ganaderos no comulgamos con sus acciones. Sí tenemos los ganaderos problemas, tal vez en proporción más graves que los que puede tener una persona rica que tiene su finca para tener que hacer o quien sabe por qué, pero que con sus actitudes muestra no  tener un compromiso como empresario del campo responsable del balance de su empresa y de la armonía que debe tener con la comunidad donde realiza su trabajo.  
No me siento representado por colegas como Galvis y lamento tan deplorable actitud que no se justifica en un país como el nuestro.
Esa no es la clase de ganaderos que necesitamos para tener una ganadería creciente y comprometida con nuestros esfuerzos y con la sociedad en la cual nos desarrollamos. 
Y dos videos que hablan por sí solos:
Y ahora el escrito de nuestro movimiento.
Circuló una nota de un importante lechero, exigiéndole al ministro de agricultura, que contestara a sus exigencias y de no hacerlo, llevaría su leche en sus carrotanques y la botaría enfrente de esa entidad.
La alternativa que esgrime el empresario nos deja perplejos; esa posibilidad no la tiene ningún campesino. Pagarle flete a una leche que se va a tirar al piso suena a exceso, entre otras cosas porque menciona que produce al día 8,000 litros, que son el equivalente a la producción diaria de entre 100 y 200 campesinos.
Desde luego que un productor tenga la capacidad de hablarle  o en este caso de escribirle al ministro, diciéndole la cruda verdad, es una posibilidad que pocos de los pequeños tienen.
Les confesamos que nosotros también hemos intentado hablar en muchas oportunidades con el alto funcionario y francamente se dificulta por su agenda tan apretada. De hecho, luego que en cada reunión sacara un cuaderno para tomar apuntes que nunca se convertían en realidades, en la última reunión que con él tuvimos, decidimos “bautizar” la dichosa libreta como el “cuaderno del olvido”
En Demogan respetamos a los grandes productores, pero desde luego nos preocupan mucho los pequeños que son los que no tienen voz. Es precisamente por esa razón, que  trabajamos en un esquema donde no quede el pequeño desamparado cuando hay excedentes. Para hacerlo, mantenemos un contacto permanente con la industria, donde de manera respetuosa pero firme y franca planteamos la necesidad de no dejar sin recoger leche aun en las peores enlechadas.
En alguna oportunidad Jenaro Pérez (Presidente de Colanta) afirmaba que el peor precio de la leche para el campesino es el de la leche que este no vende y se queda en la finca. Es por eso, que en Demogan abogamos por que la industria recoja el 100% del producido, entendiendo que en las épocas donde el país mucho produzca, se acopia toda, pagando un menor precio por el excedente, sobre el presupuesto presentado al inicio de la temporada o del año.
Muchos dirán que hacer presupuestos que anticipen estimados de producción en vacas es ingenuo. Hasta el momento la ganadería ha funcionado sin presupuestos, no dar siquiera el beneficio de la duda a esta nueva idea, es confirmar lo refractarios al cambio que somos. Pensar diferente nos convierte en proscritos de la sociedad, es consolidar el oscurantismo como única alternativa para la ganadería.
Copiar ideas de otros lugares del mundo es plausible. Para hacerlo es menester comparar condiciones como son: la genética, el clima, el suelo, los pastos, la educación, la infraestructura, la seguridad, la sanidad de nuestros hatos frente a la del país con quien nos comparamos y desde luego comparar las realidades económicas de los productores del país, con nuestros lecheros. En fin la lista se puede ampliar tanto como queramos y es probable que la variable a la que menos peso le damos, sea al final la que más afecte el resultado.
En alguna de las pocas reuniones que sostuvimos con el ministro actual, le sugerimos que hiciera reuniones con los campesinos, donde ellos tuvieran la oportunidad de compartirle sus preocupaciones durante una hora y que luego propusieran soluciones durante dos horas. La voz de los que no tienen voz no es fácil de ser sustituida, su sabiduría, no nace en los centros del conocimiento, que muchas veces se guía más por sus paradigmas que por sus meditaciones. la sabiduría del campo, florece en los prolongados silencios, en observar el ganado, en escuchar el ritmo al que crece la yerba. Desde luego esa propuesta quedó en el cuaderno del olvido y nunca se puso en práctica.
¿Cómo cambiar si siempre hacemos lo mismo? La discusión acerca del precio se repite sin que nadie proponga nada nuevo. Algunos ganaderos consideran que el único costo que tienen los industriales es el de la leche, olvidando que hay amortizaciones, costos de distribución, acopios, laboratorios, tratamientos de aguas residuales, empaque, en fin todo lo inherente a la industria. A su vez los industriales no pueden olvidar que los productores están expuestos a las vicisitudes del clima, las enfermedades, la inseguridad, las pocas o las muchas preñeces, el deterioro de su genética, la financiación mal concebida, el mito de las instituciones financieras que los campesinos son malas pagas (mito que en ocasiones puede no serlo) y otras muchas.
Nuestra propuesta insistimos, es caminar de la mano la industria y el productor, ninguna de las dos partes es concebible sin la otra ¿Qué hacemos peleando a cada instante? ¿Es productivo hacerlo?   ¿O acaso lo hacemos para curar nuestras frustraciones?

Amigos ganaderos e industriales, busquemos encuentros, no politicemos el agro, esa alternativa no ha resultado efectiva y en cambio sí nos aleja de las soluciones.      

lunes, 5 de junio de 2017

Demogan La Porcicultura y la Avicultura nuestra gran competencia

No solo de gerencia vive el hombre y mucho menos la ganadería. Nuestro buen amigo Jaime Cifuentes que es un excelso y pragmático gerente, nos recordó, el efecto en el consumo de carne (no así de la leche) del cerdo y el pollo.
Estas dos fuentes de proteína, se han fortalecido a través de los años, en primer lugar gracias a tener al frente de sus gremios, líderes que han fijado metas realizables, descifrando las necesidades de sus afiliados y desde luego ofreciendo soluciones técnicas y financieras. Han diseñado estrategias de mercadeo que buscan identificar soluciones para los consumidores finales, pero adicionalmente y a pesar de las amenazas que significan los avances en sus áreas en otros lugares del mundo, han entendido que el primer indicador es definir la rentabilidad por metro cuadrado de galpones y granjas porcícolas. Cuando un negocio se demuestra rentable, comienzan a aparecer gentes interesadas en invertir y trabajar en el ramo.
Nuestro éxito ganadero desatendió por décadas profundizar la razón para que esto sucediera; no hay nada que distorsione más a un empresario de cualquier sector, que no tener claras las razones por las que su negocio es rentable, lo más probable es que empiece a creerse el “cuento” que es gracias a sus habilidades.
El gremio ganadero tenía ingresos doble propósito: por un lado, se valorizaban sus tierras y por otro, la ganadería exigía poco trabajo, cuidar la sanidad, tener dos o tres carniceros amigos a los que regularmente llamaba para que compraran en la finca sus novillos gordos, la conversación giraba en torno a múltiples temas, al final en un rápido acuerdo en donde ambos intentaban exaltar su producto y el otro intentaba demeritarlo, se tomaban un par de aguardientes y hasta luego, nos vemos en seis meses o tres según los lotes que tuvieran disponibles.
Luego vinieron las subastas ganaderas que se tornaron en el club de la región, dónde muchos iban, escuchaban los chismes de la región y desde luego hablaban del peor azote de todos, las amenazas y los secuestros, en esto no ha habido un gremio más valeroso ni que crea más en Colombia que el ganadero. (Sea esta la oportunidad para recordar desde este blog al amigo entrañable don Jorge Sarmiento Del Castillo que murió la semana pasada y le dio un toque de inteligencia, cultura, humor y conocimientos ganaderos a la subasta de Yopal) 
Sin duda, el factor seguridad fue uno de los que más retrasos le generaron al negocio. Esa variable marchitó muchas expectativas y de manera que nadie ha establecido, hizo que el valor del ganado bajara, pues muchos tuvieron que salir a feriar sus terneros para pagar secuestros y extorciones. Esa posibilidad NO puede regresar.
Muchos hombres de campo, fueron estigmatizados y señalados como formadores de grupos paramilitares. Decir que eso no sucedió es ingenuidad, pero afirmar que todos estaban involucrados es infamia. En nuestros permanentes recorridos por Colombia, la pregunta más frecuente cuando hablamos del hecho es: “¿Y entonces no teníamos derecho a defendernos ni cuidar lo nuestro?” La ausencia de estado descuida regiones y obliga a muchos a cuidar sus familias y patrimonios, de manera non santas. Sin justicia y sin estado todo nuestro planteamiento se derrumba.
Volvamos a nuestro tema original. Es importante que a los que nos preocupan los bovinos y los bufalinos, nos tomemos el tiempo de entender como lo hacen nuestros hermanos porcicultores y avicultores. Con seguridad ellos tienen muchas experiencias que compartirnos. De ahí que mencionáramos con tanto énfasis la necesidad de imprimirle al negocio disciplina y una mirada empresarial diferente a la que hasta hoy manejamos.               

Desde Demogan intentaremos recoger experiencias de ambos gremios para compartirlas, las analicen y resuelvan de manera independiente cual es la mejor. Recuerden que cada empresa tiene su impronta y es cada empresario el llamado a definir lo que es mejor para cada uno.