jueves, 12 de octubre de 2023

Demogan Estar en contra de las exportaciones es ir contra Colombia.

El último día del mes de agosto de 2022, recién llegado el nuevo gobierno se realizó una audiencia para hablar de los cuestionamientos que la senadora Padilla, les ponía a las exportaciones de ganado en pie.

Ella es una mujer de convicciones y ha hecho su trabajo por lo que la felicitamos, ya el ICA, sacó El proyecto de resolución –que está para observaciones hasta el 30 de octubre– “deroga la Resolución No. 097977 del 27 de mayo de 2021 y todas las normas que le sean contrarias, y establece nuevos requisitos sanitarios, de bienestar e inocuidad para la certificación de establecimientos exportadores de bovinos y/o bufalinos en pie y los destinados a sacrificio para la exportación de carne y se dictan otras disposiciones”.

Ya quisiéramos que todos los senadores trabajaran con esa convicción y entrega; lamentablemente no estamos de acuerdo ella.

El éxito de la senadora es que ha logrado unir a la ganadería, cosa que nunca nadie había logrado hacer.

Tal y como lo afirmamos en el título de este escrito: “Estar en contra de las exportaciones es ir contra Colombia”.

Es lesionar de manera grave las finanzas de 660.000 familias de ganaderos, pues limitar la exportación de ganado en pie es una reacción en cadena contra los ingresos de los ganaderos, es aumentar el sacrificio de hembras, inventario que debemos preservar y que se fortalece con la venta de animales vivos, es mantener los índices de empleo, mejorar el precios de kilo en pie, la seguridad del campo, pues los ingresos tranquilizan a los campesinos, se mejoran los ingresos de la periferia y desde luego, 392.965 unidades de bovinos vivos, que representaron ventas por 310 millones de dólares (Cifra de 2022) Eso son 3’780.000 barriles de petróleo que es poca cosa frente al nuevo precio que al seguramente se cotizará con desorden creado en el medio oriente y Ucrania por los facinerosos del mundo pues seguramente el precio del barril subirá y el mundo se destruirá un poco más.

Juan Gonzalo Botero, un hombre firme y pausado ha reclamado a la senadora invitándola a un debate público, pero no hay respuesta.

La capacidad de los barcos para llevar ganado al pasar de 1,4 M2, a 1,7 M2, disminuye la capacidad de carga del buque en 2.142 animales o el 21,42%; lamentablemente las cuentas no pueden hacerse pensando que los empresarios, que la senadora “estigmatiza”, pueden asumir el costo de la diferencia por varias razones: Primero, porque una exportación no deja el 20% NETO. Segundo porque deben entenderse los costos con todas las arandelas, que implica una menor exportación en las finanzas del exportador.

El buque cobra lo mismos por 10.000 animales que por 7.858. El número de personas manejando los animales en el buque no disminuye y claro, los ingresos de los exportadores son menores.

La prosperidad de esos empresarios le da bienestar al campo, anticipo que solo conozco a Botero.

Dejo como último argumento, el tema constitucional que fue el que esgrimió la ministra Cecilia López y es que, por constitución, NADIE puede oponerse a las exportaciones.

Tengo una solución sencilla, que en el pasado ya utilizamos y es que el gobierno compense a los exportadores por ese mayor costo y asunto concluido.

Los empresarios no podemos ser los que llevemos la peor parte de estas innovaciones. Impuestos, alto costo y mala calidad de la energía, aumento de los costos de combustibles, falta de mano de obra en el campo, no hay créditos, y sin seguridad.

Espero que nuestras observaciones ayuden a que todos pensemos en como salvar la ganadería y si nos queda tiempo como darle un respiro al campo.