sábado, 30 de diciembre de 2023

Demogan Reflexiones para Mejorar la productividad de los minifundios

Somos un país minifundista sin políticas para esos microempresarios, eso sucede desde siempre.

Hoy, compartimos reflexiones sobre minifundios, ganadería de leche y café.   

Las cifras que compartimos son del Censo Nacional Agropecuario; aunque muchos ganaderos se quejaron de la falta de rigor de esa fuente, otras, son el Ministerio de Agricultura, el ICA, La Federación de Cafeteros y Fedegan. Es lamentable pero nuestras estadísticas no tienen el análisis ni la exactitud que el campo requiere; esa falencia “justifica” que los gobernantes olviden que las actividades agrícolas son serias y exigen información actualizada y permanente. Un dato que corrobora la afirmación es que la data del censo es de 2013 y 2014. Tampoco tenemos controles satelitales para cada finca. Esa tecnología debería ser implementada y puesta en marcha.

Colombia tiene 114 millones de hectáreas el 42% son baldíos, 48% son selvas (información que debe ser auditada) quedan 11 millones de hectáreas que sería el balance entre producción agrícola y ganadería, situación que debería prender las alarmas del gobierno, gremios, ciudadanos y entidades de control.

No hay cifras confiables. Miren la razón: 30 millones de hectáreas en ganadería, 900 mil hectáreas en café, 4 millones de hectáreas en frutales, 7 millones en cereales etc. Todo esto sin contar baldíos y selvas. Al final quedamos con la idea que tenemos más hectáreas que país.

Es importante que podamos tener esa información antes de pensar en comprar más tierras, y por encima de todo entender cómo vamos a poner a producir predios sin información de suelos, aguas, clima, polinizadores, plagas, perfiles de las personas que se necesitan para labrarlas y desde luego el ingrediente que hace la diferencia, saber si Las familias estarían dispuestas a trabajar y en qué condiciones.

Analizaremos dos productos: la ganadería de leche y el café. La primera, junto con la cárnica es la que más tierras ocupa, es transversal a todo el agro y está en todos los pisos térmicos. La segunda la que más dinero aporta a la economía familiar campesina.

El 81% de los 620.000 predios ganaderos tienen menos de 50 animales. Desde luego el análisis sería más preciso si supiéramos cuantos predios tienen 10 animales o menos.

Ganado de leche son entre 290.000 y 330.000 predios (Volvemos a la inexactitud de los datos).

No hablamos aquí de leche especializada que son producciones desde 12 hasta 28 litros diarios en dos ordeños y pueden ser unos 50.000 predios en el país.

Nos quedan entonces 240.000 a 280.000 predios para ser analizados. Vamos a trabajar con la menor cantidad de predios, eso son 240.000 fincas. Les compartimos el siguiente ejemplo: producción promedio de 5 litros día/vaca, 10 vacas en total, 7 en ordeño, 4 partos año, de los cuales 2 son machos y dos hembras, precio $2.100 por litro dinero recibido en finca $73.500 que facturan al día o $2’205.000 mes. Esto le permite al campesino recibir un neto mes de $1 millón y una “prima” por venta de los dos terneros de Otros $2’560.000 año. Le quedan 2 hembras que pueden aumentar su “hato” en el 20% que puede comenzar a ordeñar a los 3 años de vida después del primer parto.

Sin embargo, el enemigo del campesino es la espera, la mayoría no tiene el flujo de caja para esperar a que los ciclos se cumplan y por eso las deserciones y los fracasos son el pan de cada día. Si tuvieran más vacas y más producción por vaca, y la seguridad del acopio, los números mejorarían. Y otra variable que quienes consideran que tienen la solución en sus manos olvidan, educar al campesino para que maneje con austeridad sus ingresos, reinvierta con cuidado y no gaste en exceso; es una realidad, confundimos excedentes con utilidades y ahí la ecuación colapsa.

A pesar de todo el minifundio continúa, pero sin una política que rechace el populismo va a continuar siendo un fracaso estable, una frustración eterna. Entregar tierras sin analizar todas las variables NO FUNCIONA.

Se producen al día más de 22 millones litros de leche. El acopio y la industrialización es un negocio que mal contado excede los US $3 mil millones de dólares al año y genera más de 2 millones de empleos entre fincas ganaderas, industrias, transportadores, fabricación de empaques, en fin, toda la cadena. Si se fortalece el minifundio no hay duda de que podemos duplicar esos empleos.  

Por otro lado, está la cultura cafetera. La federación ha sido denostada y aplaudida. La crítica requiere menos análisis que el trabajo productivo. Injuriar no tiene castigo, intentar producir puede tenerlo.

Nos reunimos con un Analista Sensorial Profesional (Catador) en Cali, nos dio una clase de calidad profesional más que de calidad de cafés, nos enseñó los valores agregados que le entrega a sus clientes. Se llama Gustavo Valderrama Tascón y su empresa 5Sento analiza finca por finca y cada exportación la califica, nos advierte que una calificación de 80 es porque el café es especial, de 80 a 84, “Especiales Buenos”, de 85 a 90 “muy buenos”, y de 90 en adelante, “Extraordinarios”. Sus clientes, quienes deciden y pueden pagar por el perfilamiento de taza para conocer qué tan especial y complejo es su café, TODOS reciben más dinero por cada kilo de producto que vendido al granel logrando que el entusiasmo y la necesidad que los dueños de finca cuiden su producción y vivan en sus parcelas.

El café ha sido embajador del país por años. Lamentablemente esa primacía se la quito por un tiempo la violencia, la droga y las malas prácticas de algunos de nuestros dirigentes.

La certificación NO es vitalicia, por eso cuidar cada grano cosechado es fundamental.

La especialización de Valderrama es larga, dura, dolorosa y tampoco es de por vida tiene dos: CQI (Instituto de calidad del café) y SCA (Asociación de Cafés especiales) Ahora va a tomar un curso como Sommelier de agua ¿Tenemos Sommelier de carnes y de leche?

Nuestros pisos térmicos y clima tropical variable, no permite que podamos segmentar por departamento, los logros cafeteros de nuestro país venían decayendo hasta que muchos particulares y seguramente la federación decidieron dar valores agregados definiendo lo que en vinos hace años tienen los franceses y lo llaman “Terroir” que significa terruño, es darle cédula de identidad a cada metro de cada finca. Esos son valores agregados, hoy tienen infusiones de pulpa que antes enterraban y hoy ya no contamina, sino que se consumen, bebidas frías de café, aceite, etc. Muchos valores que aumentan el interés en la rubiácea.  

Dos productos, dos actitudes, dos esperanzas para un campo que en ocasiones olvidamos que está lleno de corazones que vibran con lo que hacen.

Unas breves conclusiones: mejorar la productividad por finca exige aumentar la capacidad del acopio, crear medios para escuchar permanentemente al campesino es primordial, enseñar manejo del tiempo, prácticas lecheras y finanzas, no da espera.

Feliz navidad y feliz año para todos.