domingo, 26 de enero de 2020

Demogan Es Posible Tener un ICA Ideal


La palabra ideal para cualquier organismo gubernamental, consideran la mayoría de los que trabajan con el estado, imposible de comprometerse con ella. Probablemente por lo complejo que es encasillar o definir la palabra como adverbio, adjetivo o sustantivo.
Sin embargo, queremos en Demogan aportar algunas ideas, para ver la forma como podemos idealizar este instituto con el que tanto contacto tenemos.
Brevemente les compartimos algunos aspectos claves del ICA:
Ø El año 2018 el presupuesto total fue de $335’7 mil millones.
Ø El 2019 $335’4 mil millones.
Ø El 2020 $315’ mil millones.
Ø Lo anterior significa una disminución presupuestal en los últimos dos años del 6,16%.
Ø Este año la planta de personal contratado es de 1809 empleados y 2800 supernumerarios temporales, para un total de 4609, (60,7% supernumerarios).
Ø Los costos totales de la nómina son $92’700 millones; de eso, $1’045,771,000 es para pagar temporales (el 1,1% del total)
Ø En el momento que escribimos esto, nos llenan de mensajes diciéndonos que prácticamente todas las oficinas que expiden guías de movilización están atiborradas de campesinos y sin funcionarios para atenderlos.
Eso no es ideal.
Para un campesino desplazarse desde su finca hasta el pueblo más cercano a sacar una guía, puede ser una labor que le toma 24 horas entre esperar bus, viajar, hacer cola y regresar. Desde luego eso, no asegura que tiene la guía en sus manos, pero que perdieron todo el día, además del costo de su tiempo.
Aun no tenemos claro el presupuesto del MADR en el 2020, era de suponer que, en enero, ya tuviéramos cifras. Por esa razón debemos recurrir al 2019, cuando el presupuesto inicial para ese ministerio, fue de $1,05 billones. Desde luego los presupuestos del ICA y el ministerio son aparte el uno del otro, todo esto reafirma que la agricultura continúa siendo la cenicienta, en un país agrícola.
Eso tampoco es ideal.
Resolver la falta de funcionarios es urgente, no podemos creer que las negociaciones con los jefes de los partidos de cada lugar resulten tan complicadas, y mientras tanto, los ganaderos no pueden movilizar sus ganados. Lo mandatorio sería no tener temporales, sino personal fijo y no contratar por afinidades políticas, sino por capacidades comprobadas.
Eso, sería lo ideal.
El ICA, debería compartir con los ganaderos, el número de científicos y profesionales que tiene en su nómina. Cabe aquí aclarar que nos referimos a profesionales que tengan conocimientos y experiencias en ganadería y agricultura.
Muchas veces en el anterior gobierno y en este, hemos cuestionado al instituto, en ocasiones han reaccionado, en otras, han escondido la cabeza en un agujero, como los avestruces.
Algunos ganaderos nos han preguntado si la falta de personal puede crear las condiciones para que el ICA delegue en un tercero el manejo de las guías. No creemos que eso sea así, el gobierno debe tener claro que a nivel mundial estas actividades son de los estados, de ninguna manera de un tercero. Lo ideal, es que se pudieran elaborar por internet, sin desplazamientos, corroborando la legitimidad del documento digitalmente, como se hace en Ecuador.
Eso, de verdad, que sería IDEAL.
Mientras esto escribíamos un ganadero nos dijo: “el Estado tiene Entidades manejadas como empresas, es el caso del SENA. El otro caso es la DIAN, hoy los trámites se pueden hacer virtuales sin necesidad de acudir físicamente a sus oficinas. El sector bancario tiene el mayor desarrollo en este tema y sigue innovando. Lo que le sucede al ICA es que está tratando de implementar y modernizar su tecnología, pero tiene una barrera, un muro que vencer, la politiquería, la burocracia y la capacitación del personal y de los usuarios”
Y Desde luego, eso está idealmente dicho.

viernes, 17 de enero de 2020

Demogan La Importaciones Agricolas

Dos amables amigos nos compartieron hace unos días el escrito de don Juan José Arango R. que denuncia la importación de 32 productos que sembrábamos, y que hoy importamos. 
Pues bien, hicimos el análisis de los productos, desde luego sin el rigor que don Juan José lo hiciera y encontramos lo siguiente: en 12 de ellos podríamos ser competitivos, si existieran políticas para el agro; Como no tenemos política, pues no somos competitivos. En 10 NO somos competitivos, dos de ellos NUNCA que recordemos los hemos sembrado; nos referimos al garbanzo y la lenteja, así que será conveniente que continuemos importándolos si es que los queremos consumir y 8 falta ser más específico acerca de la variedad a la que se refiere, les mencionamos solo algunos: ciruelas, duraznos, peras, manzanas. Aquí se siembran estos productos y tienen su público, así que vale la pena no apresurar conclusiones.
El ejercicio de don Juan José nos resultó interesante, pues el debate de las importaciones, que sepamos, ha sido una escaramuza sin conclusiones, sin profundidad, con la participación de funcionarios que necesitan abaratar los costos de producción, sin tener en cuenta las variables que nos hacen poco competitivos.
En el pasado en Demogan nos hemos referido al tema, y hemos invitado al diálogo, si lo prefieren al debate y son pocos los agricultores y funcionarios que entran al ruedo.
En Demogan, vemos esto como una oportunidad, pues si logramos que junto con el gobierno trabajemos en mejoramiento genético para aumentar nuestra productividad lechera por hectárea y la ganancia de gramos día para la ganadería de carne, en lugar de quejarnos, seríamos propositivos. ¿Qué opinará el ministro de agricultura de esto? 
Desde luego, el análisis debemos hacerlo por regiones, teniendo en cuenta temas transversales, ventajas regionales que son puntuales y otros aspectos importantes.
Ahora, estamos frente a una nueva realidad: escases de leche por cuenta del verano. El contingente de leche para el año 2020 de origen norteamericano, ya se copó; de las 11,790 toneladas ya se definieron negocios (al 10 de enero) por 11,410 toneladas y las 380 toneladas que faltaban, ya se reservaron. Ahora tendremos que importar de otros orígenes.    
Nuestros faltantes agrícolas y una que otra tragedia, muchas veces serían previsibles, si tuviéramos capacidad de planear mejor, en lugar de estar dedicados a la vida contemplativa y discusiones inútiles y claro, tener gobernantes preparados para que gobiernen.
A la ganadería le falta gerencia, al agro también, lo más grave es que el gobierno y la gremialidad adolecen de esa capacidad. ¿Cuánto tiempo más seguiremos diagnosticando falencias, en lugar accionar correctivos?
Las importaciones son necesarias, desde luego las exportaciones también. Si no contamos con información al día y tomadores de decisiones que sean ágiles, continuaremos desestimulando la producción y perdiendo confianza en nuestros gobernantes.  
Los ganaderos tenemos muchos frentes que resolver, algunos, están en nuestros círculos de influencia, otros no; estos últimos debemos solucionarlos acudiendo a las autoridades, que por otro lado están copadas sin atender muchos de los problemas, por falta de medios, de presupuesto, de gente, de organigrama, de comunicaciones y aunque nos cueste aceptarlo de tiempo para verlo todo, pues normalmente se les exige a los más competentes que se encarguen de cubrir la incompetencia de muchos de los nombrados para cumplir con cuotas burocráticas.
¿Cómo pueden muchos ganaderos resolver amenazas? Es triste tener que aceptarlo, pero nos comunican que algunas autoridades se ven superadas por violencia sin límites que terminan encerrándolos en sus miedos, en nuestros miedos.
Empezamos escribiendo sobre importaciones agrícolas y hemos terminando nuevamente, compartiendo frustraciones.
La ganadería es una sola. Para intentar resolver nuestros problemas hacemos un llamado a que nos unamos y apoyemos a quienes deben tomar decisiones y que estos a su vez escuchen las recomendaciones.
No podemos acabar con las siembras de maíz, sorgo, soya y tantos otros productos, tampoco de leche y carne, pues se lesiona nuestra seguridad alimentaria. Seguir enfrentados cuando en el fondo queremos lo mismo, es insano, nos deja varados en la mitad del pantano. El problema no es de un partido o un presidente, mucho menos de un ministro o de un gremio, el problema es la manera cómo pensamos como sector; antes sin saberlo, nos hacía mal nuestra arrogancia, hoy nuestra desesperanza.