martes, 24 de septiembre de 2019

Demogan Ciencia Gerencia y Ganaderos

Las preocupaciones de los ganaderos, cuando ya vamos al 20% del siglo XXI están lejos de ser la ciencia o la gerencia. Eso nos preocupa. Es mucho el camino que nos falta por andar.
Quienes fungen de dirigentes, se despertaron únicamente para reclamar el Fondo Nacional del Ganado (FNG), cuando se apagó esa oportunidad, inmediatamente, perdieron entusiasmo, se olvidaron de sus promesas, volvieron a la inmovilidad.
No quiere eso decir que estamos extasiados con el mediocre manejo del FNG, quiere decir que como sector no tenemos propuestas serias para un gremio que las exige, solo nos preocupa manejar el dinero de todos, con ideas de nadie.   
En el sector de la ciencia, tenemos que entender las condiciones para volver productivas áreas muy diversas y negocios diferentes, que exigen propuestas que encajen con la realidad de cada finca.
La media de producción de leche en el país está en 2,1 litros (Nuestro cálculo son: 9’000,000 de vacas ordeñadas promedio día y 19’000,000 de litros producidos al día) desde luego el promedio disminuye, cuando descontamos la leche que producen las vacas de leche especializada, que oscila entre 10 y 15 litros día. De otra parte, tenemos las lactancias que es un indicador que debemos mejorar, ojalá llegando a los 300 días promedio hato país.
¿Qué hacer para aumentar en un litro la producción media de leche a nivel nacional? Si esto llega a suceder, la primera pregunta es si la industria está en la capacidad de acopiar ese excedente permanente. Nuestra respuesta debemos hacerla lo más didáctica posible: SI es capaz, tendríamos que sacar de juego las importaciones de leche, no agregar un solo gramo de lactosueros a la leche, aumentar el consumo interno de 143 litros a 150 litros, aumentar el consumo de quesos y claro esta exportar leche en polvo a diferentes destinos.
Desde luego se hace urgente, tener una política para aumentar el inventario ganadero; corriendo el riesgo de repetirnos muchas veces, para hacerlo bien, nos hace falta genética, mejores pasturas, créditos, paz en los campos, actualización gerencial de nuestros ganaderos, entendimiento científico de todos y de ninguna manera especialización científica, pues demandaría mucho más trabajo.
¿Cómo llegar a producir 3’285,000,000 de litros adicionales al año? La fórmula se escribe fácil, siendo su ejecución algo más compleja. Por ahora: Nutrición, Sanidad, Gerencia, Acopio y Créditos.
La ganadería en su crisis o desconocimiento, no se habla de producir pasto, pues eso exige abonar y abonar cuesta y si no abonamos, no producimos y si no producimos nos salimos del negocio.
La mayoría de los ganaderos no hacen presupuestos y eso es el ABC de la gerencia. De ahí, que no tengamos indicadores de producción de gramos de carne día por hectárea o de litros de leche por hectárea día.
Todo lo anterior debemos alinearlo con la realidad ambiental, que es un indicador mundial que, si cumplimos con él, vamos a poder ofrecer esta ventaja que todos los días es más cercana al interés de los consumidores. Así que la otra condición de gerenciar exige estrategias comerciales y de mercadeo, las cuales desde luego no tenemos y por lo visto por ahora están en el rincón de los olvidos.
Volver rentable el campo y en nuestro caso específico, la ganadería no solo frena la avalancha de gentes que se movilizan todos los días del campo a la ciudad, sino que generaría nuevos y mejor remunerados empleos; la paradoja del campo, es que, en un país sin empleo, no hemos entendido la importancia de este para generar oficios, seguridad alimentaria, estabilidad ambiental y calidad de vida en la periferia del país. Todo eso se resume en al menos 200,000 puestos de trabajo adicionales, que nos urge generar, y poco hacemos.
Hablando con un pensador venezolano, de esos que ya no dejan que piensen, pues con la libertad se va la creación, nos preguntaba la razón por la que no habíamos inventado las gentes de campo, el premio “Nobel de la Agricultura y la ganadería”. La respuesta exigió tiempo, pero aquí intentamos darla: Porque, aunque el campo es vital para la vida, solo nos acordaremos de él cuando la alimentación agonice, porque, a la gente de campo le está vedado pensar, crear, actualizarse, enfermarse y vivir bien de su trabajo, porque, en el campo no se investiga y tampoco se gerencia. Porque el campo y sus campesinos, aunque son vitales, son los grandes olvidados de una sociedad que vibra con su liviandad.  

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