Las
preocupaciones de los ganaderos, cuando ya vamos al 20% del siglo XXI están
lejos de ser la ciencia o la gerencia. Eso nos preocupa. Es mucho el camino que
nos falta por andar.
Quienes fungen
de dirigentes, se despertaron únicamente para reclamar el Fondo Nacional del
Ganado (FNG), cuando se apagó esa oportunidad, inmediatamente, perdieron
entusiasmo, se olvidaron de sus promesas, volvieron a la inmovilidad.
No quiere
eso decir que estamos extasiados con el mediocre manejo del FNG, quiere decir
que como sector no tenemos propuestas serias para un gremio que las exige, solo
nos preocupa manejar el dinero de todos, con ideas de nadie.
En el sector
de la ciencia, tenemos que entender las condiciones para volver productivas
áreas muy diversas y negocios diferentes, que exigen propuestas que encajen con
la realidad de cada finca.
La media de
producción de leche en el país está en 2,1 litros (Nuestro cálculo son:
9’000,000 de vacas ordeñadas promedio día y 19’000,000 de litros producidos al
día) desde luego el promedio disminuye, cuando descontamos la leche que
producen las vacas de leche especializada, que oscila entre 10 y 15 litros día.
De otra parte, tenemos las lactancias que es un indicador que debemos mejorar,
ojalá llegando a los 300 días promedio hato país.
¿Qué hacer
para aumentar en un litro la producción media de leche a nivel nacional? Si
esto llega a suceder, la primera pregunta es si la industria está en la
capacidad de acopiar ese excedente permanente. Nuestra respuesta debemos
hacerla lo más didáctica posible: SI es capaz, tendríamos que sacar de juego
las importaciones de leche, no agregar un solo gramo de lactosueros a la leche,
aumentar el consumo interno de 143 litros a 150 litros, aumentar el consumo de
quesos y claro esta exportar leche en polvo a diferentes destinos.
Desde luego
se hace urgente, tener una política para aumentar el inventario ganadero;
corriendo el riesgo de repetirnos muchas veces, para hacerlo bien, nos hace
falta genética, mejores pasturas, créditos, paz en los campos, actualización
gerencial de nuestros ganaderos, entendimiento científico de todos y de ninguna
manera especialización científica, pues demandaría mucho más trabajo.
¿Cómo llegar
a producir 3’285,000,000 de litros adicionales al año? La fórmula se escribe
fácil, siendo su ejecución algo más compleja. Por ahora: Nutrición, Sanidad,
Gerencia, Acopio y Créditos.
La ganadería
en su crisis o desconocimiento, no se habla de producir pasto, pues eso exige
abonar y abonar cuesta y si no abonamos, no producimos y si no producimos nos
salimos del negocio.
La mayoría
de los ganaderos no hacen presupuestos y eso es el ABC de la gerencia. De ahí,
que no tengamos indicadores de producción de gramos de carne día por hectárea o
de litros de leche por hectárea día.
Todo lo
anterior debemos alinearlo con la realidad ambiental, que es un indicador
mundial que, si cumplimos con él, vamos a poder ofrecer esta ventaja que todos
los días es más cercana al interés de los consumidores. Así que la otra
condición de gerenciar exige estrategias comerciales y de mercadeo, las cuales
desde luego no tenemos y por lo visto por ahora están en el rincón de los
olvidos.
Volver
rentable el campo y en nuestro caso específico, la ganadería no solo frena la
avalancha de gentes que se movilizan todos los días del campo a la ciudad, sino
que generaría nuevos y mejor remunerados empleos; la paradoja del campo, es que,
en un país sin empleo, no hemos entendido la importancia de este para generar
oficios, seguridad alimentaria, estabilidad ambiental y calidad de vida en la
periferia del país. Todo eso se resume en al menos 200,000 puestos de trabajo
adicionales, que nos urge generar, y poco hacemos.
Hablando con
un pensador venezolano, de esos que ya no dejan que piensen, pues con la
libertad se va la creación, nos preguntaba la razón por la que no habíamos
inventado las gentes de campo, el premio “Nobel de la Agricultura y la
ganadería”. La respuesta exigió tiempo, pero aquí intentamos darla: Porque,
aunque el campo es vital para la vida, solo nos acordaremos de él cuando la
alimentación agonice, porque, a la gente de campo le está vedado pensar, crear,
actualizarse, enfermarse y vivir bien de su trabajo, porque, en el campo no se
investiga y tampoco se gerencia. Porque el campo y sus campesinos, aunque son
vitales, son los grandes olvidados de una sociedad que vibra con su liviandad.
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