Durante las
últimas semanas han aparecido brotes de enfermedades vesiculares no solo de aftosa,
sino también de estomatitis. El tema es grave; por esa razón nos proponemos
sugerir alternativas para proteger al país y evitar sobresaltos sanitarios.
Debemos
volver a recordarles a nuestros lectores, que en varias oportunidades hemos advertido
acerca de la vulnerabilidad sanitaria de nuestro país.
La estomatitis
apareció en varios departamentos. Esta enfermedad, tiene la particularidad que
es cíclica, aparece cada, 3, 4 y hasta cada siete años. A pesar que tenemos vacuna,
esta no está disponible, entre otras razones, porque su aparición es
esporádica, no tiene la virulencia de la aftosa y ningún gremio o autoridad se
ha preocupado por generar conciencia en torno a esta. Un laboratorio particular
no puede tener la vacuna en sus cavas, pues se vence y se pierde. Esa debería
ser responsabilidad de Vecol que es de todos los ganaderos. Desde hace tiempo,
siempre que se pregunta por la vacuna en los almacenes veterinarios que
distribuyen la marca del gobierno, dicen que no hay, a su vez Vecol, afirma que
sí la tienen. Sugerimos sin más que la vacuna esté disponible. Para mitigar los
riesgos, proponemos que Limor y Vecol la ofrezcan y por lo menos durante los
próximos dos años la subsidie el ministerio y el CNCL (consejo Nacional de
Carne y Leche). No está de más recordarles que miembros de Demogan han
solicitado públicamente a Vecol, explique la razón por la que la vacuna no está
disponible.
La pérdida
por animal en estomatitis, oscila entre $200,000 y $250,000. Esto es demasiado
dinero, pues si simulamos un escenario donde se infecta el 1% del total de
nuestro inventario que según el ICA en el 2017 es de 23’7 millones, eso son 237,000
animales que sumarían una pérdida de $47 mil millones de pesos que sobre el
total de reses, equivale a decir que la vacuna podría costar $2,000 por cabeza.
De acuerdo con la información que tenemos en Demogan el valor de la vacuna no
sobrepasaría los $800 por dosis. Los números que compartimos, es pensando en
$200,000, no en $250,000.
La infección
es reversible en un 90% de los casos. Recuerden, se revierte pero se pierde
dinero.
Saber si es
estomatitis y no aftosa, teniendo en cuenta que los síntomas son similares,
exige enviar las muestras a un laboratorio especializado. Existe la posibilidad
que si coincide la enfermedad en una finca con equinos, la enfermedad le da a
los equinos que no tienen pezuña hendida, que es la gran diferencia con la
enfermedad de las aftas.
Esta
enfermedad tiene la característica de ser zoonótica (Puede transmitírsele a las
personas) los casos son escasos y no son mortales; sin embargo puede ser una
razón para prohibir la exportación de ganado.
Tiene la
estomatitis menos problemas a nivel mundial que la aftosa, pues los
norteamericanos la tienen y como es el denominador común, eso le resta
gravedad, cosa con la que no estamos de acuerdo.
El virus
vino de Venezuela. Lo grave, es que ellos tienen otras enfermedades endémicas
además de la aftosa y la estomatitis, como son la encefalitis equina venezolana
y la peste porcina clásica. Parte de la vacuna que enviara Vecol al gobierno de
ese país, terminó siendo mal manejada por falta de organización y logística.
Sin duda siempre es mejor que esa coordinación la realice el sector privado. La
cadena de frío se perdió y el cubrimiento en la vacunación fue precario.
Nuestra recomendación es que por ahora y mientras se estabiliza la situación
donde el vecino, el MADR, les ofrezca apoyo, incluidas fórmulas de pago para
que pueda ser adquirida a través de empresas privadas especializadas. La
veeduría de la OIE y PANAFTOSA, complementan nuestra propuesta, para asegurar
nuestra seguridad sanitaria.
¿Qué
proponemos? Que el ministerio de agricultura de manera inmediata, previo estar
seguros que no existan incompatibilidades si se vacuna contra la aftosa y la
estomatitis al mismo tiempo, urja a los dos laboratorios (Vecol y Limor que
saben cómo hacerlo) a que produzcan al menos 10 millones de vacunas y se
apliquen en las regiones afectadas, entregándosela a los comités que hoy la
administran. Desde luego, que los ganaderos solo paguen por el frío y la
aplicación.
En segundo
lugar, que esto no sea golondrina de un día. Sugerimos que al menos por los
próximos 5 años se incluya en las campañas de vacunación, la estomatitis.
La
estomatitis tiene dos cepas: La New Jersey y la Indiana (Mejores pruebas que el
problema viene de USA, imposible) la aftosa 7 cepas, de las cuales solo 2 han
tenido ocurrencia en Colombia. Recomendamos no descuidar ninguna de las dos
enfermedades.
Queda por
supuesto vigilar que la ganadería no continúe con la amenaza de toda suerte de
males, la seguridad alimentaria que requiere el país empieza por la seguridad
sanitaria.
Queremos agradecer a los doctores Antonio
Betancourt y Jairo Oviedo por su pacientes explicaciones y que nos compartieran
sus conocimientos con absoluta generosidad. Nos falta en una próxima entrega,
proponer soluciones para el resto de las enfermedades.
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