Cuando Dios
pensó en Colombia hizo gala de su creatividad, regalándonos diversidad, agua y
selvas. Hoy esa creatividad está ausente en nuestra ganadería.
Desde hace
muchos años el sector no sale del marasmo. Escribimos artículos solo para
aplaudirnos no para hacerles seguimientos.
Para la
muestra un botón: en el año 2006 Fedegan presentó un magnifico documento que
sugería tres escenarios, solo les compartimos dos: realista y optimista, donde planteaba
que los inventarios de bovinos crecerían de la siguiente manera:
2005
|
2010
|
2015
|
2019
|
|
Realista
|
23’235
|
29’906
|
30’261
|
31’162
|
Optimista
|
23’235
|
31’060
|
38’286
|
48’198
|
Real al
2017
|
23’740
|
Datos en
millones. Fuente Fedegan y Ministerio de agricultura
Los datos
son tozudos e incontrovertibles. Nunca se cumplieron las proyecciones, y hoy
tenemos para presentar, un “incremento” en nuestro inventario del 2% en 12 años.
Encontrar
culpables no es propuesta. Es reflexionar en torno a las responsabilidades que
cada uno de nosotros tiene. Si estamos esperando que un soplo de genialidad nos
llegue, eso no será posible. Esto lo debemos resolver entre todos, con
generosidad y sin protagonismos.
Los antecedentes
no ayudan. Un país con todo para ser una potencia ganadera y simplemente no lo
logramos.
El
oscurantismo que nos aportó ser un país mediterráneo con dos mares y ríos por
doquier, siguiendo las enseñanzas editadas de una sola verdad, no nos ayudó.
Se
fundamentó la democracia en proteger los privilegios para unos pocos, en
fórmulas de gobierno que estimulaban la contratación de recomendados, sin tener
en cuenta sus capacidades. Se nos pegó a la piel una propuesta clientelista,
que desvencijo presupuestos de estado y esperanzas de trabajadores. Aquí
estamos, sin autocrítica y sin líderes que desenreden el ovillo.
Son muchos
los frentes de crisis que tenemos; buscamos culpables que de ninguna manera nos
vayan a señalar, el país del agua y de los matices de verde lo estamos
desertificando, parte del problema de la ganadería es que no hemos hecho
propuestas que resuelvan esta crisis ambiental, las instituciones científicas y
crediticias, que tienen que ver con la ganadería, son nido cómodo para burócratas,
en este momento los gremios solo buscan ganarse el baloto que es manejar el
Fondo Nacional del Ganado; poco les importa que les sucede a sus agremiados, si
la razón de ser de un gremio es conseguir plata sin antes proponer un plan,
sugerimos que no se tenga en cuenta ese gremio. La ganadería tiene algunas
personas que sobresalen mediáticamente, buscando tener corona en un país sin
reyes.
Mientras
tanto, se acumulan los riesgos, todos nos miramos los zapatos, ninguno de
nosotros, busca alumbrar el horizonte.
La sanidad
sigue girando en torno a la aftosa. Hay muchos otros riesgos que solo unos
pocos ven y nadie escucha. La propuesta de Demogan, es hacer un escudo
sanitario, revacunando todo nuestro inventario, que es mucho menos costoso a
que nos quiten el estatus de país libre de aftosa con vacunación. Uruguay
perdió por aftosa en el año 2000, con un inventario tres veces menor que el
nuestro, mil quinientos millones de dólares.
Continuamos
sin avanzar en ideas de crédito para financiar el campo. Si hay alguien fácil
de encontrar es un campesino ¿Para dónde más se puede ir si solo tiene su
finca? Iniciemos por crear la cultura de pago, de erradicar la trampa. Es
conveniente que los políticos sean los primeros en dar ejemplo.
El
contrabando debe ser extirpado. Hasta el último finquero debe denunciarlo y
creer en la policía y las autoridades ¿Es eso ingenuo? Si se corrompe la sal
nada queda.
La ganadería
debe proponer un plan ambiental realizable. Nuestras fuentes hídricas se
contaminan todos los días y desaparecen. La propuesta debe ir acompañada de
sembrar una media de 50 árboles por hectárea, eso es el equivalente de
1’600,000 hectáreas de nuevas plantaciones y sextuplica el área deforestada el
último año.
Exportar,
seguridad, educar, todo eso nos falta. Estamos trabajando, proponemos unir
esfuerzos para fortalecer estos y todos los frentes.
En Demogan,
estamos dispuestos a hacernos de últimos en la fila de las ambiciones y apoyar
a quien decididamente entienda, que este momento no se arregla pidiendo, sino
entregándolo todo.
No hablemos más del Fondo Nacional del Ganado,
al menos hasta que veamos un horizonte despejado para la ganadería.
No hay comentarios:
Publicar un comentario