lunes, 5 de junio de 2017

Demogan La Porcicultura y la Avicultura nuestra gran competencia

No solo de gerencia vive el hombre y mucho menos la ganadería. Nuestro buen amigo Jaime Cifuentes que es un excelso y pragmático gerente, nos recordó, el efecto en el consumo de carne (no así de la leche) del cerdo y el pollo.
Estas dos fuentes de proteína, se han fortalecido a través de los años, en primer lugar gracias a tener al frente de sus gremios, líderes que han fijado metas realizables, descifrando las necesidades de sus afiliados y desde luego ofreciendo soluciones técnicas y financieras. Han diseñado estrategias de mercadeo que buscan identificar soluciones para los consumidores finales, pero adicionalmente y a pesar de las amenazas que significan los avances en sus áreas en otros lugares del mundo, han entendido que el primer indicador es definir la rentabilidad por metro cuadrado de galpones y granjas porcícolas. Cuando un negocio se demuestra rentable, comienzan a aparecer gentes interesadas en invertir y trabajar en el ramo.
Nuestro éxito ganadero desatendió por décadas profundizar la razón para que esto sucediera; no hay nada que distorsione más a un empresario de cualquier sector, que no tener claras las razones por las que su negocio es rentable, lo más probable es que empiece a creerse el “cuento” que es gracias a sus habilidades.
El gremio ganadero tenía ingresos doble propósito: por un lado, se valorizaban sus tierras y por otro, la ganadería exigía poco trabajo, cuidar la sanidad, tener dos o tres carniceros amigos a los que regularmente llamaba para que compraran en la finca sus novillos gordos, la conversación giraba en torno a múltiples temas, al final en un rápido acuerdo en donde ambos intentaban exaltar su producto y el otro intentaba demeritarlo, se tomaban un par de aguardientes y hasta luego, nos vemos en seis meses o tres según los lotes que tuvieran disponibles.
Luego vinieron las subastas ganaderas que se tornaron en el club de la región, dónde muchos iban, escuchaban los chismes de la región y desde luego hablaban del peor azote de todos, las amenazas y los secuestros, en esto no ha habido un gremio más valeroso ni que crea más en Colombia que el ganadero. (Sea esta la oportunidad para recordar desde este blog al amigo entrañable don Jorge Sarmiento Del Castillo que murió la semana pasada y le dio un toque de inteligencia, cultura, humor y conocimientos ganaderos a la subasta de Yopal) 
Sin duda, el factor seguridad fue uno de los que más retrasos le generaron al negocio. Esa variable marchitó muchas expectativas y de manera que nadie ha establecido, hizo que el valor del ganado bajara, pues muchos tuvieron que salir a feriar sus terneros para pagar secuestros y extorciones. Esa posibilidad NO puede regresar.
Muchos hombres de campo, fueron estigmatizados y señalados como formadores de grupos paramilitares. Decir que eso no sucedió es ingenuidad, pero afirmar que todos estaban involucrados es infamia. En nuestros permanentes recorridos por Colombia, la pregunta más frecuente cuando hablamos del hecho es: “¿Y entonces no teníamos derecho a defendernos ni cuidar lo nuestro?” La ausencia de estado descuida regiones y obliga a muchos a cuidar sus familias y patrimonios, de manera non santas. Sin justicia y sin estado todo nuestro planteamiento se derrumba.
Volvamos a nuestro tema original. Es importante que a los que nos preocupan los bovinos y los bufalinos, nos tomemos el tiempo de entender como lo hacen nuestros hermanos porcicultores y avicultores. Con seguridad ellos tienen muchas experiencias que compartirnos. De ahí que mencionáramos con tanto énfasis la necesidad de imprimirle al negocio disciplina y una mirada empresarial diferente a la que hasta hoy manejamos.               

Desde Demogan intentaremos recoger experiencias de ambos gremios para compartirlas, las analicen y resuelvan de manera independiente cual es la mejor. Recuerden que cada empresa tiene su impronta y es cada empresario el llamado a definir lo que es mejor para cada uno. 

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