domingo, 28 de junio de 2015

Demogan Entra La Queja y La Esperanza

Desde hace más de una década, la ganadería colombiana ha estado sin líder a la vista. Fedegan ha buscado protagonismo, no servir a los ganaderos, ni dar ejemplo promoviendo soluciones, o al menos, darle seguimiento a sus propios documentos, como es el caso del Plan Estratégico de la Ganadería 2019 (PEGA 2019) presentado en el año 2006, sin realizaciones prácticas para los dueños de finca  y mucho menos para un país que ve desaparecer un negocio que era factible hace apenas 15 años.
La queja como alternativa, solo sirve para agravar al enfermo. Sin duda, la manera como se acercan algunos de los protagonistas como son el ministerio y Fedegan o ANALAC y el ministerio, no ha resultado ser solución para los males que aquejan a lecheros y productores de carne. Sorprende que el llamado por algunos  “gremio cúpula de la ganadería” se preocupe más por maquillar a su administrador para sus encuentros mediáticos, que preparar propuestas que no insulten a sus interlocutores en ocasiones, o sea áulico cuando el gobierno de turno le permita hacer lo que le dé la gana dentro del Ministerio. La ganadería, requiere que sus dirigentes sean serios, que presenten propuestas realizables, propuestas valorizadas y claro, ejecutar lo que propone. Si algo hacen mal los finqueros es hablar, si algo hacen bien es ejecutar y superar obstáculos, si un grupo empresarial ha demostrado valor ante la adversidad, es el ganadero, ha logrado reinventarse una y otra vez para mantenerse funcionando en solitario, sin tener idea si existe un gremio que lo defienda, que trabaje para todos y no para los pocos que pertenecen al sanedrín. Si alguien ha debido ser condecorado por los colombianos, es el ganadero anónimo, ese que le pone el pecho a la adversidad todos los días, sin importarle el clima ni la falta de carreteras, ni de comunicaciones, sin indicadores, olvidado y solitario en su finca.
Los ganaderos son la esperanza de Colombia y de la seguridad alimentaria,  necesitamos más ciudadanos ganaderos que sigan con la antorcha en alto, que no llene el país de miradas lúgubres, sino de miradas llenas de futuro. A eso se llega, si, como lo venimos diciendo desde esta tribuna, logramos resolver alguna o todas las siguientes necesidades:
1.       El apoyo decidido desde el MADR, para que no se eleven los prediales de la manera que ya lo denunciamos.
2.       Un inventario ganadero bien hecho, que permita saber el número de fincas por región, de hembras de machos, de razas, de trabajadores, de genética, de calidades de pasto, de costos por litro de leche, del costo que tiene producir un kilo de carne en cada región, de calidades de ambos productos, los precios históricos, la manera para acceder a los mejores precios de ventas, etc. El ganadero debe ser atendido con la dignidad que le da ser columna de esta sociedad. No con más o menos prebendas que el resto de los ciudadanos.
3.       Tener soportes especializados en sus regiones para saber cómo avanza la sanidad animal en el país y cómo debe ser cada finca guardiana de esa seguridad sanitaria. Recordemos que no es solo la aftosa o la brucelosis las amenazas que tiene el ganado.
4.       Entender a fondo cómo y en que se invierten los dineros parafiscales de los cuales hoy nadie da cuenta ni razón. El balance del Fondo Nacional del Ganado que pertenece a todos los ganaderos debe ser público         
5.       Los ganaderos y los industriales no están en viviendas separadas, de hecho los primeros son el cimiento del edificio, los segundos son las ventanas desde donde se miran las oportunidades que existen. La industria empieza a entender que su primer gran aliado es su proveedor, hace falta que trabajemos en crear foros donde se converse y se creen para beneficio mutuo las oportunidades. Estigmatizarse unos u otros no está en el menú de las soluciones, mirar con ira contenida las demandas de ambos tampoco. NO PODEMOS SEGUIR SIENDO ENEMIGOS SINO SOCIOS.
6.       Ofrecer soluciones para la actualización permanente es parte de las responsabilidades tripartitas: Gobierno, empresario del campo e industria, son el trípode de la esperanza. A eso le apuesta Demogan, proponemos que estos suceda lo más pronto posible. Avanzar en preparar a los dueños de finca a sus administradores y trabajadores es importante, crear la posibilidad que podamos hacer que las denominaciones de origen sea pan de todos los días, que exista en cada pueblo del país, la tienda ganadera donde se ofrecen productos únicos y con especificaciones exportables, es parte de la solución, para que tengamos precios remunerativos y desde luego campesinos que puedan mandar a estudiar a sus hijos al exterior y a las mejores universidades del país. Proponemos que el MADR haga un primer case para empezar a educar lo antes posible; la ecuación podría ser, 80% el MADR, 15% el fondo nacional del ganado (Donde aportan los ganaderos) y 5% la industria, educar es mejorar la calidad de la interlocución, no lo olvidemos.
7.       Las exportaciones, no pueden ser algo exótico, sino algo permanente. Demogan ha venido promoviendo que el MADR aporte un dinero adicional para hacer factible que podamos exportar leche. Ya se dio un primer paso, ahora hace falta que todos los funcionarios entiendan, que los mercados no se conquistan saliendo eventualmente a ofrecer los productos, sino con presencia permanente ante los clientes. Por ahora se habla de unas 8,500 toneladas de leche, eso no es suficiente, los países que conquistan mercados, no lo hacen con excedentes de producción, sino exportando todos los meses, de esa manera se ganan adeptos, aspiramos que este tema lo acepte el MADR.
8.       La renovación generacional del campo en general y de la ganadería en particular no está sucediendo. No tenemos datos claros de cuál es el promedio de edad de los campesinos de la patria. De hecho, la mala política y la falta de la misma en los gremios le resta credibilidad para animar que las nuevas generaciones participen. Lo único que escuchan de sus progenitores son quejas permanentes. No hay créditos accesibles, tampoco servicios públicos, los impuestos avasallan al que produce. Quedarse sin juventud en cualquier actividad, promueve su colapso, evita la innovación, destruye la esperanza.  
9.       Por último y en extremo importante, que la seguridad no sea una súplica, sino una constante en toda nuestra geografía. No hay un solo ganadero que no añore la paz. Muchos han sido lacerados por el dolor del secuestro, el asesinato, el abigeato y todas las formas de delito que acompaña la siembra del terror. Nadie mata para imponer ideas, eso se califica como cobardía, cultivar el desacuerdo es la manera como evitamos que nos sigamos matando. Desde luego para empezar, la fuerza pública debe continuar siendo la gran aliada de la ganadería colombiana, estamos seguros que no hace falta convencer a nadie para que esto suceda.
Invitamos a que el presidente y el ministro de agricultura, convoquen a un Acuerdo Para La Prosperidad  Ganadera (APP), donde las propuestas tengan líder y puedan revisarse los avances cada seis meses.
Que la queja quede atrás y el verde esperanza de nuestros campos, se imponga por la razón y no por la imposición.
Roberto Ramírez Ocampo
DEMOGAN
Un Ganadeo un voto, No a la parafiscalidad sin representación

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