lunes, 23 de mayo de 2016

Demogan Reformar la ley 89 del 93

La ley que rige el manejo del Fondo Nacional del Ganado (FNG) es la 89 de 1993. En ella se establece con nombre propio que la maneje Fedegan, que en su junta por derecho propio asistan el presidente de esa federación que además tiene la potestad de nombrar los delegados del carne y leche, asiste el ministro de agricultura, el gerente de ANALAC, un representante de las cooperativas, el gerente o un representante del ICA, un representante de la Unión Nacional de Asociaciones Ganaderas, Un representante de la Federación Nacional de Fondos Ganaderos –FEDEFONDOS, un representante de los pequeños ganaderos.
DEMOGAN no considera que una ley con nombre propio tenga sentido alguno, si a esto le sumamos, que el gerente de Fedegan puede nombrar dos más y que el representante de las cooperativas desde hace mucho tiempo es miembro de la junta de Fedegan y asiste a la junta del FNG, que el ministerio nunca a nombrado el representante de los pequeños ganaderos, que Fedefondos no tiene sentido  pues tan solo quedan vigentes máximo 5 fondos, de los muchos que existían en el momento que se expidió la ley, y  lo más importante, no hay un solo miembro elegido democráticamente por parte de los gravados que son los ganaderos de a pie, que nunca se enteran que sucede con sus dineros, ratifica que tenemos una razón adicional para que se reforme la ley.
Hoy sin esfuerzo alguno Fedegan hace mayoría con Fedefondos, los dos que nombra, su miembro de junta y representante de las cooperativas, el gerente de esa federación, y como no tiene el décimo participante (Los pequeños ganaderos) esos dineros los manejan 5 asistentes de la misma casa. Esta nueva demostración de la total falta de democracia llama la atención.
Entendemos que el FNG se va a liquidar pues comprometieron su patrimonio en el negocio de Friogan. Demogan, venía advirtiendo esa situación hacía 5 años, finalmente se está desenredando el ovillo.
La reforma de la ley, debe ser clara en definir que  el FNG, lo manejen los gravados, de igual manera, que la junta la conformen democráticamente aquellos que aportan, los representantes del gobierno, deben ir con voz pero sin voto, también, que no puede quedar nadie excluido del pago de la parafiscalidad; eso incluye las cooperativas que estamos seguros accederán a hacerlo siempre y cuando se democratice la junta, y encontrar la manera para que quienes sacrifican animales informalmente y desde luego quienes acopian leche en muchos rincones de la patria, también paguen. Sabemos que estos dos temas son complejos de poner en práctica. La informalidad saca de las posibilidades de crédito a una gran cantidad de ganaderos. Para la muestra un botón: la industria láctea recoge leche de 50,000 lecheros y quedan por fuera de esos 50,000 unos 12,000 que le venden a cooperativas (Siempre y cuando sean cooperados) y  otros 300,000 que venden la leche a varios cientos de acopiadores que merecen ser apoyados para que puedan ingresar a la economía del país.
El recurso de los ganaderos, no puede ser dirigido a desarrollar ningún negocio, de hecho, para que los aportes de todos los propietarios tenga una contraprestación inmediata, se nos ocurre que el 100% de la vacuna contra la aftosa al igual que sucede en Uruguay, se le entregue gratis a los gravados, a aquellos que muestren su Registro Único de Vacunación (RUV) que tendrían derecho siempre y cuando pagaran la parafiscalidad; en una reunión que sostuvimos expresábamos, que la vacuna de aftosa se pagaba dos veces: cuando retenían la parafiscalidad, y cuando pagaba la vacuna el ganadero.
Debemos ser conscientes que a la mayoría de los ganaderos no les llega beneficio alguno por aceptar que le descuenten de sus ventas de leche y carne los dineros que van dirigidos al FNG.
Por último y no menos importante, la división de las cuentas debe ser transparentes para todos, eso quiere decir que nadie puede manejar dineros de todos para posicionar un solo gremio, que quien quiera que sea que maneje esos dineros debe hacer público sus estados financieros, su contabilidad, los pagos a directivos, y sin duda el costo que tenga manejar esos dineros. Todos entendemos que si una parte importante de los dineros, se dirigen para pagar directamente el 100% de la campaña de la aftosa, el resto que quede, será para pagar el 5% por administración, no como sucedía hasta el 29 de diciembre que Fedegan cobraba el 5% por administrar el fondo y adicionalmente, $22 mil millones para pagar la nómina para manejarlo. Los ganaderos entienden que la austeridad es condición innegociable para manejar sus dineros. El saldo sería para que los ganaderos tengan estadísticas que les sirvan para tomar decisiones, permitir que todos tengan acceso a una educación continua y promoción del consumo de productos cárnicos y lácteos.

La ley debe ser reformada, eso debe liderarlo el ministerio de agricultura. Estamos urgidos que esto suceda, esperamos que los ganaderos de Colombia no duden en apoyar esta iniciativa.   

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