lunes, 4 de noviembre de 2019

Demogan Es necesario tener fincas con excelencia genética apoyadas por el ICA


Hemos estado visitando hasta donde nos lo permite nuestro austero presupuesto, algunas fincas con prácticas ganaderas que resaltan la excelencia. Explotaciones de las que poco sabemos y de las que debemos estar orgullosos.
Iniciamos estas visitas, pues muchos se quejan de la manera como el ICA realiza los exámenes para determinar si algunos animales portan o no la bacteria de la brucella.
Nuestro compromiso con la ganadería y en general con el sector, es apoyar causas que pueden no ser populares, pero que son importantes para que la transparencia y las buenas prácticas se consoliden.
Desde luego el caso más sonado es el de María del Rocío Zapata, que apareció en el programa “El mundo del campo” compartiendo sus peripecias para intentar neutralizar una nueva manera de definir la enfermedad que según el ICA en el caso de su ganadería Zorrillos es: “Brucelosis Positiva Asintomática” ¿Qué quiere decir eso? ¿puede definirse como una brucelosis que no tiene síntomas?, ¿un infarto sin infarto, un cáncer sin cáncer, una diabetes sin problemas de azúcar? No entendemos.
La manifestación más evidente de la brucelosis, son los abortos, esta situación NO se presenta en Zorrillos.
¿Sería factible interpretar que, la naturaleza nos entregó una vacuna en bandeja para erradicar la enfermedad?
Sería la primera finca donde la brucella se presenta en forma de fantasma; significa que asusta, pero no enferma.  
Intentamos entender, pero no logramos hacerlo. Lo grave, es si la definición científica se convierte en plaga y se acoge la tesis, vamos a quedar en manos de la imaginación y no de la ciencia.
Resulta fascinante, convertir un enunciado en enfermedad, pero la horrible realidad es que no es chiste, ni aceptable, solo un monstruo que nace en las entrañas del estado.
“Al único que no le molesta que le tomen cuentas, es al hombre honesto” máxima de un sabio, cercano a Demogan. En este caso, nuestra sugerencia es que el ICA de manera transparente, permita que el 100% de sus resultados sean auditados por un tercer laboratorio. Nos preguntamos, ¿qué sucedería, si los resultados del instituto salen con glosas y se ha utilizado el fusil sanitario para erradicar una enfermedad que no existía? ¿Quién paga?
La valerosa doctora Zapata, ha tenido que sacrificar y está denunciando la situación de manera pública, pero nuestras pesquisas nos han llevado a más fincas de ganaderos atemorizados que han tenido que mandar al matadero, decenas de animales y no continuar certificados tal y como lo sugirió Alfonso Uribe, director del programa “El mundo del Campo”.
¿Es eso lo que quiere el ICA, que se erradique la excelencia de nuestras ganaderías? Esperamos que no.
Durante las visitas, algunos ganaderos, se quejaron de la intranquilidad que les genera la utilización de la cepa 19; nos participaron que no les genera confianza. Adicionalmente, (y esto será objeto de un próximo escrito) hace falta la vacuna contra la estomatitis, que tradicionalmente la entrega Vecol ¿Sigue entregándola?
La doctora Deyanira Barrero León, tiene la particularidad de ser la directora del ICA, con más años en esa institución que cualquiera de sus predecesores. No creemos que sea fácil timarla; es por eso que la invitamos a que intervenga para verificar si se está actuando con el cuidado que esta situación exige, si no hay visos de enfrentamientos personales que resten objetividad al análisis.
¿Se imaginan? Si un país como el nuestro que necesita estratégicamente convertirse en centro de la investigación, la ciencia, la innovación ganadera y agrícola; arruina las pocas empresas que intentan con sus propios recursos superar estándares mundiales y no lo logra por cuenta de una errada política estatal, a ¿dónde vamos a parar?
El ICA, que debe ser guardián de la calidad y las buenas prácticas, debe tener a los mejores en sus filas. Conocemos varios funcionarios que hacen honor a la confianza que depositamos en ellos, pero puede estar sucediendo que no todos sean así. Urge hacer una evaluación que tranquilice a los ganaderos. No es aceptable que un funcionario del estado tenga posiciones personales; si las tiene, decorosamente debe hacerse a un lado y permitir que un profesional diferente ejecute el trabajo.
La compleja, todos los días más olvidada y poco puesta en práctica ÉTICA, es la que debe prevalecer. El ICA debe ser un santuario de trabajo donde la ciencia debe sobresalir por encima de cualquier personalismo.
Doctora Deyanira: necesitamos que el ICA, vuelva por sus fueros, Colombia necesita empresas certificadas en genética y desde luego en tantas disciplinas del agro como sea posible. Eso nos permitirá buscar y consolidar el liderazgo para que podamos exportar a la región y el mundo productos con valores agregados. 

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