La ganadería
no es una excepción del país, sino probablemente, uno de sus mejores
intérpretes.
Demogan, es
un movimiento que está en el corazón de muchos que creen en nuestros ideales;
eso nos permite tener un buen número de seguidores, que desde luego no
carnetizamos, sencillamente, porque las creencias que se plastifican, pierden
espontaneidad, independencia y una condición fundamental, libertad de pensamiento
(Te doy el carnet si piensas como yo).
Los mayores
avances del hombre, están ligados a su libertad, a la pluralidad con la que
interactúa, a evitar los extremos, por eso, los hombres solo podemos
arrodillarnos antes Dios y la naturaleza que Él nos entregó. Eso quiere decir
que nuestros avances deben preservarla.
El país va
mejorando en muchos campos de manera tímida pero continua. Esa es la propuesta
de Alejandro Gaviria, a quien en buena hora nombraron rector de los Andes. Nosotros
la aceptamos, pero consideramos que debemos ir más rápido, desde luego sin
tumbar la estantería. Nuestros avances son frágiles, nuestro país es complejo.
La obra del
túnel de Medellín –Ahora con muchos padres por cuenta de lo extraño que resulta
cumplir ̶ Nos devuelve un poco la esperanza.
Sin embargo, no es suficiente. Antioquia es atípica en sus realizaciones; a
unos le genera envidia, a la mayoría admiración, falta que el resto de los
alcaldes y gobernadores, la emulen, entendiendo previamente que son lo que son,
gracias a sus habitantes, que están orgullosos de su raza, de su historia y de
algo inédito en el resto del país, de sus futuros logros.
Pensar en grande y honorablemente, nos
hace falta. Un ejemplo que siempre traemos a colación, es la expedición
botánica, que sigue en España, sin que podamos acceder libremente a lo que es
nuestro. El alcalde de Mariquita se cubriría de gloria si saliéndose de todos
los parámetros, se le ocurriera pedir que, en ese municipio, se tuviera copia
de todos los trabajos de la expedición. Pero eso es pensar con el deseo, no con
la realidad de las limitadas posibilidades de quienes gobiernan. Para terminar
con ese tema, la paradoja, es que somos un país donde Dios se inventó la
botánica y de pronto la biodiversidad y tenemos muy pocos estudiosos de esas
disciplinas.
Y ahora a lo nuestro.
Nos preocupa el futuro de la
ganadería. No tenemos norte, porque no tenemos brújula, porque no tenemos ideas
grandes, y cuando las tenemos, solo sabemos enunciarlas, de ninguna manera
ejecutarlas. Para la muestra un botón: este año, de acuerdo con un escrito que
presento Fedegan en noviembre de 2006, titulado: “Plan estratégico de la
ganadería colombiana 2019”, que luego intentaron recomponer en noviembre de
2014, con un plan a cinco años, así que también se vence este año. Resumiendo, de
acuerdo con el escrito original, hoy tendríamos que estar con un inventario
ganadero equivalente a una cabeza de ganado por habitante, eso sería 45
millones de animales, estamos en 27 millones y eso gracias a que desde el 2015
a la fecha aumentó el inventario en 5 millones de animales.
45 millones de animales, habría sin
duda resultado en un logro formidable, tendríamos más carne, más leche, más
genética, mejores explotaciones ganaderas, innovación, desarrollo,
investigación, convirtiéndonos en una potencia ganadera no solo en la región, sino
que tendríamos mucho que opinar, mostrando resultados a nivel mundial.
Pensar en diminuto, es intentar
echarle la culpa de nuestros fracasos e incompetencia a terceros. Cuando arriba
mencionamos a los antioqueños, es precisamente esa una de sus particularidades,
no se escudan en terceros, sino que asumen sus responsabilidades y las
resuelven.
Pensar en grande la ganadería es ser
incluyentes, democráticos, no idealizar nuestro sector, al contrario, pensar en
el con los pies en la tierra.
Por esa razón se nos ocurre, no
enfrascarnos en más estudios, sino que pongamos nuestra mira en llegar a 45
millones de cabezas, proyectándonos a 10 diez años, con revisiones cada 12
meses, con pocos indicadores, que a modo de ejemplo sugerimos: empleo generado,
nuevos desarrollos (biológicos, software, trazabilidad) inventario final versus
inventario inicial, logros ambientales (desmitificando que la ganadería es la
peor contaminadora) sanidad del hato, producción lechera, aumento de consumo
nacional, mejora de infraestructura etc.
Como
pueden ver, nos convertiríamos en factor de desarrollo y paz para el país.
dejaríamos de estar perdiendo el tiempo en decidir quien maneja el fondo
nacional de ganado o la aftosa. Pensaríamos en grande, dejando de pensar en
diminuto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario