Como la
canción TODO sigue igual.
A pesar de
las promesas, en el ICA funciona con perfección que nos arroba, la cuestionada
por nosotros, y por lo visto olvidada por quienes lo prometieron, un esquema de
mermelada excelsa.
No vamos a
mencionar sino un solo caso solicitándoles a nuestros lectores que nos dejen
saber sus denuncias.
El senador Cepeda, era quien “gobernaba” el ICA durante los 8 años del
presidente Santos, a su vez, en el Meta la senadora Martínez dirigía de manera
omnímoda el instituto.
El ICA, se
fundó en junio de 1962, terminando el gobierno de Alberto Lleras Camargo,
iniciando Valencia y luego el presidente Lleras Restrepo, llenó, con su curiosa
manera de hacer clientelismo, contratando a los mejores, más capaces, honestos,
estudiosos, sin filiaciones políticas, este y otros institutos. ¡¡¡Qué tiempos
aquellos!!!
Hoy en el
Meta, rige imperialmente, una dama del partido Centro Democrático -el partido
de gobierno- su nombre es Jennifer Arias, es representante a la cámara y esperamos que su gestión sea exitosa.
De acuerdo
con nuestras fuentes, doña Maritza Martínez, intentaba, no sabemos con qué
éxito, nombrar personas con alguna preparación; eso desde luego no la disculpa
de las múltiples equivocaciones que sus ahijados políticos cometieron, pero
ahora, la vara que mide los conocimientos la bajaron excesivamente.
Al Meta, le
han venido cayendo todas las plagas de Egipto. Para empezar, la carretera. Hoy
trasladarse de Granada, hasta Bogotá, puede tomar si no aparecen inconvenientes
mayores entre 13 y 14 horas. La cantidad de ganado que salía desde el Meta para
los frigoríficos, se desmoronó, pues a la plaga de las carreteras, le sumaron
la contratación de un ejército de nuevos empleados en el ICA, sin experiencia
alguna, terminando de colapsar el esquema sin metodología que tiene el
instituto.
Les
compartimos solo un municipio: Guamal; ¿por qué? Resulta, que este es el
segundo municipio en emisión de guías, Bonos de Venta y Determinación de
Procedencia del ganado, que tiene el país. para terminar de ajustar a los
ganaderos, en TODO el Meta, se estableció que en días que no fueran de mercado
o de vacunación, se entregaban un máximo de cuarenta (40) turnos, para
facilitar estos papeles. Pues bien, en Guamal en un día de poco trabajo se
necesitan atender entre 60 y 80 criadores.
Lograr
turno, exige que el ganadero salga de su finca antes de las 5 de la mañana.
Llegar, pararse a la intemperie y eventualmente, que al llegar donde el
funcionario, se encuentre con la sorpresa que no hay señal y por lo tanto el
trámite se demore aún más tiempo. Exigiendo que un ganadero gaste entre 6 y 7 horas para que si esta de
“buenas” le entreguen sus papeles.
¿desconoce
el ICA las tareas que un ganadero debe cumplir? ¿les parece correcto quitarle
en ocasiones el día entero de trabajo al finquero frente a su hato? ¿por qué no
han contado con los ganaderos en todo el país para que ellos sin cobrar
emolumento alguno, les expliquen cuál es la metodología que mejor se acomoda a
sus necesidades?
Hablando de
metodologías, las pocas que había durante el gobierno anterior, desaparecieron
con la llegada de los nuevos mandamases. Probablemente intentaron reproducir la
teoría del caos constructivo que se le atribuye al emperador Romano Julio
César, para crear un clima de inestabilidad y violencia.
Durante el
tiempo de implementación de la nueva autocracia, muchos empleados quedaron sin
salario durante 45 días, trabajando con la ilusión que sus contratos serían
renovados por otros 6 meses o un año. Eso no se dio, los contratos fueron
renovados por tres meses, y luego se nombraron gentes afectas al
nuevo régimen.
Lo que se
define en el ICA, como PSG (Puntos de servicio al ganadero) está manga por
hombro en muchos lugares del país. Es fácil de entender, que una persona que
llega al puesto no puede hacerlo con igual eficiencia que los anteriores que ya
tenían práctica en el oficio.
La forma
como pagan salarios, que desde luego no surgió con la nueva administración,
sino que viene de antes, funciona de la siguiente manera: Al mes se paga a ese
nivel de funcionario, cerca de $1’700,000; de allí debe sacar para pagar su
seguridad social, sin recibir primas ni horas extras. Si una empresa privada
hace esto, es demandada; ¿por qué el estado sí puede hacerlo?
El ICA, pasó
de ser un lugar de investigación, innovación y ciencia para convertirse en un
hervidero que resume las necesidades de votos de unos pocos políticos que no
creen que sea necesario y preservar y modernizar el conocimiento
agrícola y ganadero. Tampoco creen en la urgencia de consolidar nuestra
seguridad alimentaria.
Esperamos que,
con la disculpa del caos, no vayan a devolverle a Fedegan el manejo de las
guías, eso no debe suceder.
Insistimos, en nombrar finqueros de comprobada
idoneidad y sentido empresarial para que vigilen la calidad de los procesos. Todo esto debe ser ad-honorem.
Muchas veces
en los últimos ocho años hemos escrito acerca de ese instituto, pocas veces
hemos podido hacerle reconocimientos. Lo lamentamos, es urgente que se adelante
una encuesta y midan la percepción que tienen las gentes del campo sobre el
servicio que presta. Tememos que el resultado será vergonzoso; sin embargo, lo
peor de eso, va a ser que no les importa, ellos son parte de lo que un investigador
de la corrupción define como: “El retardo moral de nuestros gobernantes”
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