No es
nuestra costumbre escribir dos semanas consecutivas sobre un mismo tema. Sin
embargo, la importancia del Instituto para el agro colombiano, justifica
hacerlo.
Iniciamos,
pidiéndole a la junta directiva, que se pronuncie frente a estos hechos. Entendemos
que el presidente, el ministro de agricultura, La Sac y Fedegan, Planeación,
los usuarios campesinos, el Consejo de ciencia y tecnología están
representados. Como es obvio, pertenecer a una junta y obtener beneficios para
sí, o para la empresa o gremio que uno representa, está descartado. Más adelante,
volvemos sobre este hecho, para evitar no ser suficientemente entendidos.
Luego de
nuestra columna de la semana pasada, nos llegaron muchas denuncias refiriéndose
a circunstancias idénticas a las del Meta. Huila, Cesar, Tolima, casi todos los
departamentos se quejan de la incapacidad para manejar guías y ejecutar
trabajos, sin importar lo elementales que estos puedan ser. La repartija de
puestos que se presenta en las seccionales es vergonzosa. La
desprofesionalización del ICA, avanza, no se para, lo están acabando.
El
organismo, va perdiendo su contacto con la ciencia. Solo avanza su politización.
Debido a que esa práctica viene desde hace años, el ICA se rezagó.
Obviamente,
no vamos a caer en el juego de cuestionar todo. Esa práctica es de
desadaptados, de gente que solo quiere poder y no servir a los ganaderos.
Demogan quiere servir, y de ninguna manera caer en exageraciones o mentiras
para acabar con la honra de nadie.
Los contratos
a los supernumerarios, se firman por tres a seis meses, así no hay
emprendimiento humano que pueda ni enseñar, ni progresar, tampoco crear
políticas de largo plazo. Es muy probable que, si contratan personas por tan
corto tiempo, se corrompa todo, más de lo que nos dicen que está.
La autoridad
sanitaria, es indelegable. Debilitar o delegar esa función, es impensable. No
queremos especular, pero ya sucedió que se entregó sin licitación el Fondo
Nacional del Ganado, que se creó para servir a los ganaderos y poco lo ha hecho.
Mencionamos
esto, pues en el escrito de la semana anterior, anticipábamos la posibilidad
que se le regrese el manejo de guías y trazabilidad a Fedegan o a cualquier
otro gremio, por cuenta de nuestras denuncias, además de las realizadas por
comités afiliados a la federación.
No estamos
pidiendo que se venda el sofá, nuestro reclamo es para que tengamos un
instituto profesional y transparente, sin gamonales incrustados. Tampoco se
interprete nuestra denuncia, para quitarle responsabilidades propias del
gobierno y pasárselas a otros.
Colombia
tiene tres regiones con estatus sanitarios diferentes, que, deben ser vigilados
por el ICA. Ellos son: San Andrés y el Urabá antioqueño, que son libres de
aftosa, las zonas de frontera que son de alta vigilancia y el resto del país.
El doctor
Luis Barcos de la organización mundial de sanidad animal, advirtió al ICA, que
de ninguna manera podía una organización privada sustituirlos en sus funciones;
complementando su advertencia, con la afirmación que ser juez y parte como es
el caso de algunos gremios, ponía en serio peligro nuestra sanidad. No solo
eso, quienes en ese momento ostentaban el liderazgo de los gremios porcícola y
avícola, le pidieron al viceministro de agricultura de la época (2011-2012),
que esa condición era inequitativa y discriminatoria. Parece que ya lo
olvidaron.
Se llegó al
extremo de pensar en una ley de tasas para Fedegan (que era el administrador de
las guías) y cobrar por los registros de hierros, guías sanitarias, bonos de
venta, bonos de transporte etc. afortunadamente, no se hizo.
Quisiéramos
saber, si además del pago que hacían los ganaderos por la expedición de estos
documentos, el ministerio de agricultura les reconocía algún dinero extra. Si
eso era así, lo consideramos un insulto a los ganaderos.
En la medida
que los gremios se mantengan con fondos parafiscales, la esencia de servir se
pierde, llevando a que busquen otras maneras de aumentar sus ingresos no para
investigar, sino en muchas ocasiones para que estas federaciones, se crean con
la capacidad de hacer negocios.
El ICA, debe
continuar manejando la sanidad. Esa es su responsabilidad y para eso no puede
tener socios ni privados ni públicos. La sanidad es un tema serio que no admite
hacer política. De la misma manera como hay contabilidad ambiental, debemos
tener contabilidad científica, saber si somos capaces de asumir las exigencias
que el agro tiene, saber, si los ganaderos y agricultores se sienten bien
servidos, si el ICA, ayuda para que sus parcelas sean negocio, y no si solo le
sirve a unos pocos.
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