domingo, 22 de enero de 2017

Demogan Los ríos soporte de la ganadería y la agricultura

A raíz de los comentarios que han venido apareciendo acerca de los  dineros para financiar la etapa de Pre-Construcción de Navelena en el río Magdalena, consideramos que vale la pena compartir reflexiones que enriquezcan el debate.
En primer lugar, la corrupción debe ser perseguida por las autoridades y tener sanciones sociales. Ya basta que quienes desfalcan dineros públicos o privados, los acepte la sociedad como si nada. La riqueza mal habida, distorsiona valores fundamentales. Promueve el engaño y la mentira y sin duda siembra  violencia.  
La noticia se regó como pólvora. “El Banco Agrario (BAC) de los agricultores y para los agricultores, prestó $120 mil millones de pesos a Navelena a una tasa del DTF más el 2%, desviando dinero que debía ir a financiar campesinos. Adicionalmente, la tasa de los hombres de campo es del DTF más el 5%, probable llegue hasta el 7%.”
Aclaro, que quien esto escribe, pertenece a la junta del BAC, y no pertenecía a la junta en el momento que se aprobó el negocio. Sin embargo, como resulta que tengo más de 250 artículos sobre los ríos, y presido Demogan, ambos temas me interesan, son mi foco, los he estudiado y creo que puedo aportar.
El BAC sustituyó  la antigua Caja Agraria Industrial y Minera, institución que se quebró entre otras cosas por no hacer operaciones rentables, ser permisiva con la corrupción, tener almacenes de insumos agrícolas mal administrados, burocratizarse y dar tumbos gerenciales. Hoy la institución tiene 749 oficinas y 331 corresponsales, una nómina profesional en su mayoría, la supervisan la Contraloría y Procuraduría y a su junta directiva nos toca trabajar más de lo que muchos teníamos presupuestado. 
Pasemos a los dos temas que propuse. El negocio con Navelena, es rentable, los intereses como lo han expresado el presidente anterior y el actual, están en los parámetros del mercado y lo más importante, está garantizado su pago.
Y ahora hablemos del río. 77% de la cobertura vegetal de la cuenca ha desaparecido (está también el río Cauca, lo incluyo pues es el principal afluente del Magdalena). Entre ambos ríos reciben las aguas servidas de 724 municipios. La cuenca del Magdalena, es el 86% del producto interno bruto de Colombia, 24% de la superficie del país, 32’5 millones de habitantes, genera el 70% de la energía hidráulica, es el 70% de la producción agrícola; solo un ejemplo, en su cuenca se produce el 90% del café de Colombia, desde las piscícolas en Betania y a los largo de su cuenca, está la producción del 50% de la pesca de agua fresca del país.
Desde el kilómetro cero en el puente Pumarejo, hasta Palanquero en Puerto Salgar (887 kilómetros), el río tiene identificados 353 caseríos, pueblos, ciudades, metrópolis, desembocadura de afluentes, pasos complejos, que los navegantes del río conocen; adicionalmente en los 117 kilómetros del Canal del Dique hay otros 18 lugares. En su trayecto, deben construirse al menos 90 puertos para pasajeros y carga, pues los campesinos no tienen como sacar sus productos, tampoco como embarcarse con comodidades mínimas, no les llegan ni turismo, ni visitas, tampoco insumos, ni sacan ganado, tampoco arroz, ni cacao, ni frutas que quedan para llenar de perfumes que se añejan en el piso y embriagan el aire. ¡Tan cerca de todo, tan lejos del mundo!
La mayoría de los pueblos contaminan el río, casi todos dependen de las aguas del Yuma (Nombre indígena del el río) para abastecer de agua potable a sus comunidades.
La agricultura utiliza sus aguas para irrigar cultivos, las mejores ganancias en peso día en ganado de engorde en Colombia está en la isla de Morales. Del Alto, Medio y Bajo Magdalena, salen más de 2’000,000 de litros de leche diariamente.       
Por otro lado, están los impactos ambientales, por el Cáncer Climático, que los expertos insisten en llamar cambio climático, esa palabra distorsiona pues hay cambios buenos y la verdad no conozco cánceres buenos. El Magdalena pasa de la inundación a la sequía sin previo aviso, permitiendo que sus habitantes se olviden de las tragedias recientes y solo vivan el presente.
No tengo la menor idea como llegó Odebrecht a manejar el APP, entiendo que los otros proponentes se abstuvieron de licitar. Una compañía que ganaba licitaciones comprando conciencias la única manera como se entiende su éxito es por la descontrolada corrupción que tenemos enquistada en toda la geografía.
Falta desde luego hablar de turismo, pero eso no es agricultura y por eso no lo menciono.
Como ven, pensar en no apoyar este proyecto, que con seguridad se puede mejorar, pero que al menos empezamos, no tiene sentido. Vender el sofá, no resuelve el problema, en cambio sí quedan sin puertos y sin transporte millones de agricultores.
El río Magdalena puede generar más de 500,000 nuevos puestos de trabajo, no solo conservándolo, sino estudiándolo, protegiéndolo, reforestándolo, proyectándolo al futuro, para que sea de todos, construyendo puertos y artefactos fluviales. Sin APP, es más difícil, por eso creo que debemos apoyar el proyecto, y apoyar empresas idóneas que quieran trabajar con transparencia.  

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