El 16 de mayo de 2019, el ICA envió a las seccionales de la frontera con Venezuela un memorando por el cual reglamentaba la “venta de vacunas de fiebre aftosa y brucelosis bovina a ganaderos venezolanos” El escrito como bien expresa el director técnico de vigilancia epidemiológica, Alfonso José Araujo, se envió a la frontera por las preocupaciones expresadas por las seccionales del ICA y desde luego por el clamor (que no menciona allí) de los ganaderos venezolanos y de nuestros ganaderos.
Se evidencia
en el memorando las limitaciones para poder vender el producto, llamando la
atención especialmente dos de ellas: La identificación de los ganaderos de ese
país, y la manera de hacer los pedidos separados. Se nos ocurre pensar que la
labor supervisora de un almacén que limita con otros países, no debe ser parte
de su trabajo, pues sin duda esa labor exige entrenamiento y responsabilidades
que nunca han tenido.
Por lo visto
no era de interés ni del ICA ni tampoco del gobierno promover exportaciones con
todo el rigor y desconocemos la reacción de los ministros de agricultura y
comercio de la época lo mismo que la posición de Fedegan que siempre ha
manejado este negocio.
Las
exportaciones, tienen el propósito de generar ingreso de divisas al país,
por eso surge una pregunta obvia y es porque no se reglamentó la divisa con la
que debían pagar los ganaderos venezolanos, o precio mínimo al que tenían que
vender; suponemos que eso debe estar en alguna otra comunicación para evitar malentendidos.
Mencionamos el precio pues la vacuna gracias a que tenemos dos laboratorios de
clase mundial es subsidiada en Colombia y no nos alcanza la “cobija” para
ayudar otros países.
Falta
claridad para entender como fue el manejo de las divisas desde Venezuela que ha
tenido desde 1983, RECADI, FADIVI, CENCOEX y SIMADI,
creando un galimatías cambiario.
Les
recordamos a nuestros lectores, que uno de los productos que exportábamos
regularmente a Venezuela eran las vacunas contra la fiebre aftosa, hasta que dejamos
de hacerlo por un tiempo por diferencias entre los dos gobiernos. Las ventas se
reanudaron en el 2014, hasta el 2019, luego, el único laboratorio que continuó
despachando fue VECOL, gracias a estrategias cambiarias que es muy importante
que compartan con los exportadores, pues hasta donde teníamos conocimiento la
consecución de dólares con tasas preferenciales es compleja en ese país.
Para mejor
comprensión resumimos de manera breve la actividad exportadora de vacunas a
Venezuela por parte del laboratorio oficial que es el único que lo ha logrado
en los últimos años.
Año |
#dosis |
Expo en $COP |
Inventario |
Predios |
TRM |
PVU en US$ por dosis |
2020 |
400.000 |
Sin datos |
28’245.000 |
655.661 |
3,693 |
|
2021 |
2’200.000 |
1’245.566.460 |
27’973.000 |
633.408 |
3,981 |
0,1422 |
2022 |
5’200.000 |
4’936.135.500 |
29’300.000 |
633.841 |
4,255 |
0,2230 |
La fuente es
el informe de gestión de VECOL, de los años que citamos.
En el
informe dejan claro que los datos tanto de predios como del número de animales
la fuente es el ICA.
No podemos
dejar de preguntarnos dos datos que resaltan y que seguro VECOL y/o el ICA
tienen respuestas adecuadas: ¿Por qué bajó el número de cabezas de ganado del
2020 al 2021 en el 3,6%, lo mismo que el número de predios en 3,4%? ¿Se
atendieron menos predios por alguna razón específica? o, ¿Los datos iniciales eran erróneos?
Tampoco
entendemos la razón del bajo precio de venta a Venezuela de la vacuna en
especial en 2021, sin tener datos del 2020.
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