martes, 25 de abril de 2023

Demogan La inseguridad puede terminar sacando a miles de ganaderos del negocio

Con nuestros limitados recursos, visitamos permanentemente departamentos ganaderos intentando dar ánimo a muchos amigos que sienten que su vida ganadera está llegando al ocaso.

En esta entrega, intentaremos hacer una radiografía puntual de lugares nada remotos, pero si agobiados por el olvido del gobierno central y más grave aún por la falta de autoridad en sus territorios. Nos referimos puntualmente a Acacias, San Carlos de Guaroa y Castilla, desde luego quisiéramos ampliar la mirada a territorios cercanos que probablemente están sufriendo de abigeato extremo, pero no nos dio la “cuerda” para visitar más gente.

Sin tener estadísticas exactas podemos afirmar que al menos se han robado en la zona unos 300 animales desde principio de año y se han sacrificado en las fincas unos 200. Desde luego es probable que las cantidades sean mayores, pero es que mucha gente se siente amenazada por falta de autoridad y por esa razón, evita denunciar.

Un amable suboficial de la policía nos decía: “el problema es que no podemos actuar, porque necesitamos el acompañamiento de la fiscalía y actuar hasta donde estemos autorizado”. La pregunta que siguió desde luego sin ánimo de ofender, pero sí de entender, fue: “¿Entonces el ganadero debe saber con alguna anticipación cuando lo van a robar para poder dar información anticipada?” Como usted entenderá, la fuerza pública y los ciudadanos no pueden anticipar delitos, ni cuidar animales que suponen que van a ser carneados o hurtados”.

Otro ganadero cabizbajo y derrotado, nos dijo, “No sé cómo salirme del negocio, yo soy capaz de producir, en verano y en invierno, curar, vacunar, vender mi ganado, cobrar las ventas y pagar mis deudas, pero ¿cómo me defiendo de los “hachazos” que me dan en la oscuridad? Si vendo el ganado ¿vendrán por mí? Si no lo vendo se lo llevan personas que están armadas, tienen drones, presupuesto para delinquir, cinismo para burlarse de las autoridades y obviamente de mis compañeros y de mí, incluso para matarme y lo peor para quitarle la vida a un ser querido. ¿Ustedes qué harían? Nos preguntó; y siguió compartiéndonos sus preocupaciones en voz alta.

“Nos han señalado de paramilitares, nos han aumentado los prediales, los impuestos, los salarios y las prestaciones” ¿Quién va a hablar por nosotros? ¡¡¡Imagínese!!! según un montón de ignorantes que estigmatizan la ganadería suponen que somos los grandes contaminadores del planeta, contaminadores de agua, secadores de ciénagas, millonarios, en fin, el desfile de infamias no para, se perpetúa, solo falta que mis hijos se cambien de anden cuando me vean, pensando que alguno de esos insultos son verdad.”

¿Quieren hacer reforma agraria? Les vendo YA mi finca, antes que continúe desvalorizándose. Le hago una pregunta a ustedes que viven en Bogotá ¿Mi finca se la entregarían a unas personas que aman el campo? ¿Cuánto dinero le van a dar por hectárea para mejorarla? ¿ese dinero se entrega como subsidio o como préstamo no reembolsable o como préstamo con intereses subsidiados? ¿Van a seguir pagando los prediales? Si me responden que todo va dirigido a mejorar la vida del campesino, no es mejor que me dejen la finca que amo y conozco, soy campesino y con una o todas las prerrogativas que me den, les aseguro que yo genero empleo, con prestaciones, pago impuestos y no me toca a mi edad (54 años) empezar un nuevo oficio que es costoso para mí y para el país, eso en el caso que consiga que hacer.

¿Si me sacan de aquí me ayudan a conseguir empleo? Yo no me puedo ir a gastarme el dinero que me paguen por mi finca porque termino en un manicomio.

La conversación se extendió unas dos horas más, mirábamos a este héroe anónimo que pocos conocen pero que define a cientos de miles de trabajadores del campo.

Sin decir palabra, casi arrepentidos de haberle preguntado porque la pregunta le había lacerado el alma, nos despedimos.

A nuestro valeroso interlocutor, le escribimos reservándonos su nombre y le comentamos que vamos a pedir que la fuerza pública lleve a cabo una operación rastrillo, que encuentre animales y delincuentes, desde aquí le pedimos al fiscal que cree una unidad especial que agilice los permisos para que la fuerza pública pueda actuar, desde luego cuidando los derechos de las personas, pero es que los derechos de los ganaderos están siendo mutilados y eso no podemos aceptarlo. Porque no puede ser que gente trabajadora no se la trate justamente.

No pedimos privilegios, sino que permitan que la lechería y la ganadería continúe creando empleos, dando valor agregado a la leche y la carne, con denominaciones de origen, que tengamos metas conjuntas entre campesinos, empresarios, gobierno, para llegar a 100.000 toneladas de leche en polvo exportada, y dupliquemos año tras año las toneladas de queso que se consuman internamente y que exportemos. Carne y ganado en pie, ya se exporta, si cerramos el ciclo de la leche vamos a fortalecer el campo.

Creemos en la necesidad que las tierras baldías y las incautadas al narcotráfico se les entreguen a gentes del campo con vocación y dispuestos a aprender, pero no que acabemos con los sueños de la gente.

Seguiremos compartiéndoles historias, no para transmitir quejas, sino oportunidades. Y para que el optimismo que es un derecho del hombre de campo no se pierda.     

No hay comentarios:

Publicar un comentario