Es probable
que cada vez que hacemos observaciones muchos se crispen, en lugar de entender
que apoyar no permite ser permisivo. La democracia, no es para congraciarse
tampoco para ofender, pero definitivamente exige transparencia en la crítica.
Demogan no
apoya partido alguno, tampoco nos interesa destruir, es sobre la discusión
juiciosa que se construye democracia, es por eso que hoy mencionaremos
hallazgos, que en la medida que recorremos el país vamos desentrañando.
La Tuberculina es
un reactivo obtenido del Mycobacterium Tuberculosis, utilizado para
el diagnóstico, es decir para establecer si los animales de una finca están o no
infectados, o son o no portadores de la enfermedad. Es un
reactivo fácil de preparar y que debemos pensar en hacerla en Colombia, para
no depender de terceros.
La prueba se renueva cada dos años, quien va cumpliendo el tiempo, está en la obligación de renovarla y tiene un valor alto para
las posibilidades de los ganaderos (Entendemos que $13,400 por animal). Luego
de inocularse la tuberculina en forma intra-dérmica, ya sea en el pliegue
caudal (debajo de la cola) o en la tabla del cuello,
debe dejarse actuar 72
horas, quien hace la prueba regresa y verifica si existieron reacciones, y en
caso de sospecha debe confirmarse con tuberculina aviar.
Hasta aquí
el procedimiento.
La
tuberculosis, es una zoonosis, no tiene cura para el ganado, se decomisa la
res, se sacrifica y por último se inspeccionan sus órganos. Además que la finca
donde se confirme que existe la enfermedad no podrá vender
durante un tiempo su leche. Hablamos de una enfermedad grave para la Colombia
ganadera.
Resulta que
en Diciembre del 2016 era la fecha límite para hacer las pruebas y según la
información que tenemos, no había el reactivo. Eso es grave. Si la enfermedad
se dispara, no tendríamos como atender la crisis. Para colmo, Demogan se enteró
que las pruebas NO se adelantan en todas las fincas, y según nos dijeron, personas
sin un ápice de ética introdujeron unos búfalos de contrabando al país, les
toca a los dueños de búfalos aceptar sin chistar que sus animales sean
analizados, mientras que las fincas que tienen bovinos no los obligan. Esa es
una interpretación curiosa, pues la enfermedad se propaga de bovinos a
bufalinos y viceversa, así que estigmatizar los búfalos es una decisión nada
científica.
Antes de
juzgar, estamos en la obligación de pedir explicaciones que aclaren los
interrogantes que hacemos. Ahora bien si no tenemos respuestas, tendremos que
pedirle a las asociaciones que ahora están embelesadas con la posibilidad de
quedarse con el Fondo Nacional del Ganado (FNG), que por favor se dediquen a
trabajar por los ganaderos. Desde luego en Demogan continuaremos haciéndolo.
El
Ministerio de Agricultura, El ICA, y en general todos los institutos
gubernamentales, les recomendamos que le comenten al país cuáles son sus planes
para atender esta amenaza.
Ahora
pasemos al programa identifica. Hoy tan solo están aprobadas 300,000 chapetas u
orejeras para todo el país. De acuerdo con el mismo ICA, el inventario ganadero
está llegando a 23 millones de cabezas cosa que también exige verificación y
comunicaciones breves pero certificadas.
Es
importante conocer de primera mano cuántos animales están debidamente
identificados y desde luego con este 1,3% de nuevas chapetas (Eso es lo que son
las 300,000 chapetas, comparado con el inventario) saber si cubre el total de
nacimientos del 2016, suponiendo que ya estuvieran con sus orejeras el 100% del
hato.
Va llegando
Demogan a la conclusión, que somos pobres porque no sabemos manejar ni
prioridades ni austeridades. Y eso señores es la realidad de nuestra ganadería,
que sigue viva gracias a miles de pequeños ganaderos y sin duda a empresarios
importantes, que sienten pasión por lo que hacen.
¿Qué tal si
le sugerimos al gobierno que nos ayude menos, fiscalice menos y piense que si
somos responsables? No creemos que los ganaderos tengan tendencias suicidas y
quieran incinerarse a punta de hacer cosas mal hechas.
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