domingo, 16 de octubre de 2016

Demogan Abrimos el debate en torno a las diferencias entre la Cepa 19 y la RB 51

Vecol lleva mucho tiempo promoviendo la cepa 19 como la solución para neutralizar la brucelosis en el país. La realidad, en ocasiones es diferente. De hecho, nos llegan testimonios de fincas, denunciando que no funciona. Contratistas del ICA, ante los justos reclamos de los ganaderos por cuenta que los resultados de laboratorio dan positivos una vez tras otra, avergonzados por tener que recomendar la salida del fusil sanitario, aceptan que son obligados a ofrecer la cepa 19, en lugar de la RB 51. ¿Es eso cierto? El gremio no lo sacamos adelante sin autocrítica y sin verdades.
Desde luego es fundamental despolitizar el ICA. Ese instituto tiene a su cuidado la sanidad agropecuaria del país, no para resolver la nómina de ningún movimiento político. De ahí la importancia que sea el ministro quien designe su gerente, de esa manera aseguramos unidad de mando y la posibilidad que si se equivoca en la designación, salga por sus errores y no por los de un político que solo le interesan los nombramientos.
Documentos de la mayor seriedad dan fe de la calidad que ofrece la RB51. ¿Es posible que lo desconozcan Vecol, el ministerio y el ICA?
Les compartimos puntos de vista diferentes: Argentina tiene prohibida la RB51, una de las razones, es que el laboratorio oficial produce la Cepa 19; seguramente tendrán otras, su vecino Uruguay con prácticas ganaderas altas, prefiere la RB51. Estados Unidos y Chile sugieren que es con la RB51 que pueden ERRADICAR la enfermedad, no solo controlarla. Por último, un ganadero estudioso nos hace el siguiente comentario: La cepa 19, da títulos positivos vacunales, pero no son por presencia de la enfermedad  que se pretende prevenir, desvirtuándose mediante  una prueba de laboratorio, Elisa Competitiva; debe considerarse  también si la muestra es representativa, al universo vacunado. Ninguna vacuna garantiza el 100% de inmunidad. Personalmente, tengo buen concepto de la Cepa 19., aunque uso la RB51, por razón de los títulos vacunales.” 
Como pueden ver, son tres puntos de vista diferentes. Al final, debe ser la comunidad científica en unión de los finqueros, Vecol, el ICA, el ministerio y otros laboratorios, quienes deben ayudarnos a despejar las incógnitas.  
No se trata de rasgarse las vestiduras, tampoco que el fundamentalismo en ninguna de sus expresiones, salga a decir que la afirmación es sesgada, sencillamente porque NO lo es. Para mayor tranquilidad de la empresa gubernamental y de los empresarios, queremos pedir que nos escriban denunciado los casos donde después de vacunado el ganado el resultado final es sacrificar vientres.
La vacuna contra la brucelosis,  la utilizan como argumento para comprar más dosis contra la aftosa, producida por Vecol. El concepto es errado. Inyectar el ganado con las dos vacunas al mismo tiempo, de acuerdo con información de organismos internacionales, NO es recomendable. Decir que le regalan a los dueños de hatos, y que luego tengan que sacrificar así sea una sola hembra, tiene costos evidentes y ocultos que exceden en mucho el “regalo”; es como entregarle a Superman, dulces envueltos en kriptonita.
No se trata de estigmatizar, tampoco de deificar al fabricante gubernamental, se trata de ser responsables con nuestro hato. 
La protección industrial es  buen tema de discusión, sobreproteger es una práctica que pervierte. Hemos insistido que se evite considerar a los hombres de campo, personas ausentes de raciocinio. ¿Quién mejor, que el dueño de finca, que es el primer interesado en la sanidad de sus animales, para orientarnos acerca de cuáles son las mejores soluciones para ser un país libre de aftosa con vacunación? O para determinar ¿Si la cepa 19 es la mejor alternativa para evitar la zoonótica enfermedad y mantener sus animales, libres de brucelosis? Desde luego, que la nuestra es una propuesta que no pretende excluir a  veterinarios y científicos que trabajan responsablemente, en torno al tema central que es la sanidad bovina y bufalina.   
Las prácticas no incluyentes que se fueron enquistando en nuestra ganadería, por cuenta de acuerdos incomprensibles entre Fedegan y aquellos que aceptaban sin chistar las pataletas del diminuto y ególatra dictador, permitían por ejemplo, que si se rechazaban lotes de la vacuna antiaftosa, se pospusiera a voluntad del gerente de la federación los ciclos para mantenernos con nuestro estatus de “libres de aftosa con vacunación”. Esa manera de actuar hizo que la mayoría se sintiera excluida de su negocio. Eso, no debe volver a suceder. Pensar que un gremio, tiene el poder científico o político de la ganadería, no lo aceptamos en Demogan, de hecho, buscamos que desde todas las fincas se active la inteligencia colectiva, que todos aporten sus experiencias, sus observaciones, sus ideas. El oscurantismo medieval que tenían que aceptar los finqueros, unido al culto de la personalidad de una sola persona, que condecoraba la mayoría de las veces (Desde luego, no siempre) a aquellos que columpiaban pebeteros con incienso, debe ser erradicado.
Nosotros apreciamos al ministro de agricultura, él lo sabe; sin embargo estamos convencidos que los gestos de verdadera amistad deben estar revestidos con la verdad. La manera como se dignifica al campo es cuando escuchamos al campesino, al empresario, al industrial.
Vecol, ya había dejado sin vacuna contra la estomatitis a algunas regiones, propensas a esa enfermedad. Lo denunciamos entregándole al ministerio un testimonio escrito; no tenemos idea que sucedió con eso. Nos urge saberlo junto con los correctivos para que no se repitan los casos. Dignificamos la comunicación cuando damos respuestas veraces, no disculpas inútiles.
Más allá de si sirve o no la vacuna, es que debemos continuar buscando tener una ganadería libre de problemas sanitarios. Sin escuchar a los  hombres de campo. La democracia es imperfecta, sin embargo, nada resulta tan anómalo, como evitar la crítica y no consultar a los que todos los días están al frente de sus fincas. 
Para los hombres de campo, el reconocimiento y el respeto de Demogan.

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