domingo, 14 de enero de 2018

Demogan Lactosuero

Desde hace unos meses, venimos mencionando la necesidad de identificar los volúmenes de leche que dejan de procesarse, porque se sustituyen con alternativas que no se muestran claramente en las etiquetas de los productos terminados, como es el caso de la adición de lactosueros.  
Empezamos por definir lactosuero: Es subproducto de la fabricación de quesos. 50% de las queseras de Latinoamérica procesan menos de 10,000 litros de leche al día, generando un total de 8,400 millones de litros de lactosuero al año que se desecha o es utilizado en alimentación animal (Fuente Universidad Nacional de Colombia Corpoica y otros) también se utiliza, como sucede en nuestro país para disminuir los costos en la elaboración de leche pasteurizada.
En Colombia se producen 2’033 millones de litros de lactosuero al año y se utilizan el 70% para alimentación animal (Fuente U. Nacional y Corpoica 2014) 
Colombia tiene la capacidad y el conocimiento científico para determinar la presencia de lactosueros en la leche, no podemos contaminar fuentes de agua con el suero sobrante, sino desarrollar productos con lactosuero, y reforzar la reglamentación que claramente indique los porcentajes de ese producto donde sea que lo utilicen.
Las adiciones oscilan entre 2,5% y el 11,1% de suero. Proponemos que sea obligatorio, indicar claramente, no solo lo que contiene el producto, sino para mayor claridad del consumidor final, advertir en mayúsculas: “ESTA BEBIDA NO ES LECHE 100%”
Sabemos que no es obligatorio indicar los porcentajes de leche, esa es precisamente una de nuestras propuestas: los consumidores tienen el derecho de saber el detalle del producto que compran.
Desconocemos el promedio de las adiciones de suero por litro, el costo de ese suero es en promedio $60 litro.
Queremos explicar en este artículo, el impacto en el bolsillo de la nación ganadera, el desestimulo a la producción, para en un próximo escrito enumerar aspectos nutricionales.
La utilización de lactosueros para “rendir” la leche, logra el efecto de unir consumidores, productores e industriales. Es esta una ecuación infame donde todos perdemos, no hay un ganador.
En primer lugar, los consumidores, que compran un producto que no está bien etiquetado, una bebida que NO es leche pura, y se vende como leche sin especificar que no es 100%; Los compradores seguramente se preguntan, ¿por qué se derrama leche de primera calidad, que contaminan afluentes y en cambio se permite la venta de un producto que le quita mercado a los lecheros? ¿Afecta esto la seguridad alimentaria? De igual forma, la Confederación de Consumidores de Colombia está en la obligación de averiguar: ¿Están los consumidores recibiendo los beneficios de la leche cuando se mezcla con lactosuero? El público está en el derecho de saber con exactitud que le venden y desde luego la manera como puede verse afectado. El suero, tiene un menor valor y en una dieta que clama por proteínas ¿Es aceptable vender productos sustitutos sin advertir de manera clara que NO es leche? Por último, el manejo de los lactosueros debe hacerse con cuidado sanitario extremo, para evitar inconvenientes de salud y de ninguna manera tolerar, que se venda en las raciones escolares.   
En segundo lugar, los productores pues dejan de comprarles leche. ¿Cuántos litros? Les compartimos los números de una empresa especializada en este tipo de estudios, que nos confirmó que el promedio de utilización es del 15%. Eso son 225,000 litros de leche al día que no se le está comprando a los productores o 82’125,000 litros al año. La información que les hemos compartido es que la industria formal acopia unos 8 millones de litros al día, si dejan de comprarle a los productores esa cantidad, es el equivalente a no recolectar leche 11 días del año, si a eso le agregamos las importaciones de leche estaríamos hablando de 31 días sin recoger en las fincas el producto ¿Puede el país lechero asumir ese costo? ¡¡¡Desde luego que no!!!
Por último, la industria, sin ella los productores no podrían vivir, ese es nuestro convencimiento. Ellos están en la OBLIGACIÓN de comprar la leche y venderla con los más altos estándares de calidad para lograr la fidelización de sus clientes. Llegan todos los días a unas 50,000 fincas, de las cuales algunas están a borde de carretera, pero la mayoría de las veces en veredas olvidadas. La industria debe ser la gran aliada de la cadena láctea, ponerla a competir con productos que no son 100% leche no es leal y destruye valor.
Demogan propone que el INVIMA, el Ministerio de Agricultura, el Ministerio de Salud, La Superintendencia de Industria y Comercio, los gremios, la industria, se reúnan para definir y hacer cumplir las reglas de juego. Dilatarlo no tiene sentido.

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