Los
políticos son capaces de crear frases a partir de pleonasmos y quedar tan
tranquilos: “Democracia Participativa” o “La demagogia de los halagos falsos”
La demagogia
la utilizamos (Todos en algún momento lo hemos hecho), para decir lo que la
gente quiere escuchar.
Al
contrario, la democracia en su esencia, es para escuchar la mayor cantidad de
opiniones, debatirlas y por último tomar decisiones.
La demagogia
trasciende, cuando la democracia es débil, cuando el interlocutor no lo
educamos, es el opio de la democracia y solo se mantiene durante poco tiempo,
la demagogia es la alternativa fácil que tienen los que no entienden la patria,
cuando se alinea con el populismo, cuando apela a los prejuicios.
El ejercicio
de la democracia es largo, casi eterno, no termina, desgasta y hasta los que creemos
en ella, terminamos odiándola cuando prevalecen las ideas de las mayorías.
Mayoría en democracia es a partir de un voto bien ganado, cuando no hace parte
de componendas y mentiras infames. Efectivamente, la democracia es una de las
maneras que tenemos los ciudadanos para desentrañar verdades. Importante
advertir que tal y como nos enseñó un maestro, la verdad es apenas un instante,
solo los principios son inamovibles.
La
democracia, debe estar blindada por esos principios: derecho a la vida, debates
fundamentados en la verdad conocida, respeto por las ideas ajenas y algo que
debemos evitar para que no distorsione la pureza de esa quimera, la democracia
no debe buscar a toda costa el poder ni los privilegios, sino que las ideas de
las mayorías prevalezcan; y si por casualidad, eso coincide con las nuestras
pues santo y bueno, pero no podrá el verdadero demócrata, utilizar artimañas de
ninguna índole para hacer triunfar sus posiciones.
Lo anterior
¿suena a nuestra democracia? No siempre.
Son tan
confusos los conceptos, que muchos nos preguntan si fue que matamos el tigre y
nos asustamos con el cuero. Aclaramos: ni matamos el tigre, ni nos asustamos
con el cuero.
Como les
consta a quienes nos siguen, venimos pidiendo que sean los ganaderos quienes
decidan, quién debe manejar el Fondo Nacional del Ganado (FNG)
De igual
forma, los ganaderos previo se refuerce el entendimiento de los peligros
sanitarios a los que está expuesta la ganadería, y la obligación de vacunar, puedan
ellos opinar, si la venta de los biológicos de aftosa y brucella, deben o no ser
manejados por los laboratorios, o por
instituciones como el ICA. Sin duda el
debate es largo y desgasta. A su vez no consultar con la base, no es un
procedimiento incluyente, y por lo tanto, DEMOGAN no puede estar de acuerdo.
A Fedegan le
retiraron el manejo del FNG, entre otras razones, por no poder demostrar que es
un gremio incluyente. De ahí que en el caso hipotético que el actual gerente y
su junta, se retiren, pensar que de manera automática, pueda entregársele de
vuelta la administración del fondo y la campaña contra la aftosa y la
brucelosis, no es aceptable. Se puede acceder, en el caso que los ganaderos de
Colombia tengan la posibilidad de votar. Si así fuera, nosotros trabajaríamos
previo un debate interno, o para apoyar un gremio, o ser nosotros esa
posibilidad.
También
hemos escrito, que no es nuestro interés manejar la parafiscalidad; lo
reiteramos, sin embargo, estaríamos listos a debatir nuestras ideas de cómo
deben ser manejados esos dineros y en caso de no presentar nuestro nombre,
apoyaríamos a quien de manera genuina, acoja al menos los siguientes
planteamientos, que son en nuestro concepto la base del desarrollo ganadero:
Ser un gremio democrático, que entienda que esos dineros serán invertidos en:
sanidad, aumento del consumo, investigación, exportaciones y en la promoción de
soluciones crediticias y sociales. Además, que la conformación de la junta no
permita que grupo alguno prevalezca (La anterior junta, los representantes de
las cooperativas, Fedefondos etc. salían de la junta de Fedegan) que no impere
el clientelismo y que cada cuatro años (no cada 10 años) se vote para cambiar o
permitir que continúe la administración del momento, hasta por un máximo de
tres veces.
Haber permitido una sola voz que suponía
interpretaba el pensamiento ganadero, no era democracia, era demagogia, pero
ambas se escriben con D.
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