sábado, 2 de julio de 2016

Demogan los interrogantes del inversionista de Friogan

El 21 de abril de 2016, le aprobaron al señor Pedro María Moreno Gómez, en representación de su compañía, Agroindustrial Pecuaria Integral SAS (API) un crédito hasta por $85 millones de dólares al 4,8% anual, una institución bancaria de nombre RPA-NPO TAZA BULAK dirección 34ª, DOSTYK AVE. 050010, ALMATY, KAZAKHSTAN su correo es FINANCE@TAZABULAK.NET su sitio web es www.tazabulak.net su teléfono, +77113509462. La garantía que exigen, es un seguro que tiene un costo de $680,000 dólares al año. Adicionalmente, las cuotas son constantes con vencimientos anuales, pagando intereses durante la vigencia del crédito, por un total de $28’560,000 dólares. Estos son los puntos relevantes del negocio financiero.
Vienen ahora las preguntas que muchos nos hacemos y que aún no tienen respuesta. No consideramos necesario ahondar más en el pasado del señor Moreno; en cambio, si creemos importante tratar de entender las razones por las que un empresario con esa capacidad de conseguir dinero, no logró entender la inviabilidad del negocio que compraba con un  préstamo a siete años. Que según nuestros cálculos y teniendo solamente en cuenta la cancelación de los $100 mil millones de pesos colombianos por el 53% de las acciones ($33 millones de dólares), en siete años exigiría un pago mensual en dólares (El préstamos era en esa moneda) de $473,324, o si lo prefieren de $1’390 millones de pesos al mes. Dice el señor Moreno, que otra parte de la garantía, eran las acciones de Friogan, eso supondría que la empresa repartiera un total de $2’622 millones al mes, para ayudarle a atender el pago a su nuevo accionista. La empresa jamás ha tenido esa caja libre.
De otra parte, está la entidad financiera que solo exige un seguro como garantía de pago. Da la impresión que no estudió los balances. Esa liberalidad no es propia de una institución seria.
En este espacio, hemos repetido una y otra vez las cifras de Friogan, llamándonos la atención la cuenta de intangibles, que aparece en su balance (2014) por $50 mil millones. ¿Licencias de Software? ¿Marcas? ¿Patentes? ¿Ninguna de las anteriores? ¿El inversionista analizó esa y todas las cuentas? No lo sabemos; tan solo dejamos la inquietud.    
Todo esto, debe poner a pensar a los ganaderos de Colombia. No hay profesionalismo, esto se evidencia en todas las operaciones. Que el gerente de Fedegan no se hubiera preocupado por estudiar quien era el comprador, ratifica la falta de cuidado que tiene ese gremio para hacer sus negocios. De ahí, los desenlaces en cada uno de sus emprendimientos, que el gremio ganadero no termina de lamentar.
No entendemos como la junta de Fedegán, fue tan permisiva con su gerente. Eso desde luego, no es algo acerca de lo que DEMOGAN pueda opinar pues no pertenecemos a esa institución. Sin duda, algo que ofende sobremanera y acerca de lo que si debemos discutir, es la junta del Fondo Nacional del Ganado (FNG) que por decir lo menos fue permisiva, con las propuestas que hacía el gerente de Fedegan para prestar e invertir en Friogan. A pesar que no teníamos toda la información, anticipábamos que no era un negocio para el Fondo por dos razones: la primera, porque los dineros de la parafiscalidad son de destinación específica, la segunda, porque para todos era evidente lo mal manejado que era ese negocio.
El Ministro Aurelio Iragorri, el viceministro Juan Pablo Pineda y el antes promotor y hoy liquidador del Fondo, Pablo Muñoz Gómez, han actuado con cuidado extremo, siempre dándole a Fedegan todas las garantías para que pudiera solucionar sus dificultades.
El gremio solo fue capaz de amenazar a las autoridades, y desde luego comprometer y acabar con 347 empleos del fondo y entendemos que más de 750 empleos de Friogan. Cuando la arrogancia se impone sobre la razón y el buen juicio, no hay mucho que se pueda hacer. Ahí están los resultados, la gran perdedora, es la ganadería colombiana que hubo de tolerar más de 11 años un diminuto emperador que arrasó con la institución. Es urgente, que los dineros para liquidar justamente a los empleados del Fondo Nacional del Ganado, se giren para que estas personas no tengan más inconvenientes, lo mismo debe suceder con los empleados de Friogan.

Por último, esperamos que nos definan la fecha para adelantar el gran acuerdo para la prosperidad ganadera, y allí debatir el futuro de una profesión que le permitió a Colombia alimentarse y llegar hasta hoy.   

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