Con la
cantidad de eventos que debemos analizar todos los días, se nos ocurre que en
ocasiones vale la pena un escrito corto, en clave, en forma de acertijo.
Esta semana
fuimos informados que había aparecido de manera mágica, un empresario que tiene
el ánimo de capitalizar la quiebra de Friogan. Nos sorprendió el monto de la
capitalización, lo mismo que la modesta participación que pedía por aportar y
resolver semejante problema. La suma ofrecida fue por $100 mil millones de pesos
y pide participar en el 50% de la empresa.
Este personaje,
que seguramente analizó las realidades del balance, que le da poco valor a su
dinero pues no espera que tenga retorno alguno, es el Mecenas que pide a gritos
la ganadería colombiana.
Muy probablemente
los ganaderos que lean este escrito, pueden sugerirle mejores oportunidades a
nuestro inversionista.
Por lo visto,
más de una persona ha estado investigando de dónde salen los dineros y su
asombrosa capacidad de análisis, hasta ahora, nadie sabe dónde está ni para
dónde va este padrino que está dispuesto
a revivir, el fantasmal negocio donde fueron a parar los dineros del FNG. Desde
luego quienes sean sus asesores financieros, deberían anticiparle que puede
llegar a perderlo todo.
¿A quién se
le ocurre que es un buen negocio capitalizar una quiebra y quedarse con el 50%?
Nosotros, sin adelantar una valorización exacta, nos atrevemos a decir que no
vale más de $80 mil millones el 100%. Desde luego, es recomendable que
profundice en cada número, y si encuentra que vale la pena hacerlo, bienvenido,
le agradecemos que lo haga, pues el Fondo Nacional del Ganado no tendría que
asumir el descuaderne al que lo obligó la impericia gerencial de su junta
directiva.
El colibrí
fantasma, es una historia que mi padre me contaba de niño, cuentan que cada vez
que alguien iba a morir, veía en su ventana esta avecilla que le anticipaba la
buena nueva. Le decía que la eternidad estaba cerca. Pues si el inversionista
de marras aparece, lleva al Fondo Nacional del Ganado a la eternidad y los
ganaderos de Colombia le estarán perpetuamente agradecidos.
¿Quién será
el que tan generosamente consiguió el poderoso industrial? Por descontado los
dineros son de origen prístino, además solo le interesa continuar sacrificando
ganado y hacer las cuantiosas inversiones para que esos frigoríficos puedan
llegar a cumplir con el decreto 1500. Todo está fríamente calculado.
Desde aquí, le damos gracias al todo poderoso
por habernos encontrado al bienhechor, le pedimos que siga con nosotros para
que podamos ilustrarlo acerca de otros emprendimientos menos riesgosos, pero
igualmente importantes.
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