sábado, 4 de julio de 2020

Demogan Comentarios a la zonificación para el control de la fiebre aftosa que sugiere el ICA


Desde hace 12 años, 29 de los 40 municipios de Norte de Santander, están en Zona de Protección ¿Qué significa? El nombre resulta en apariencia inocuo, pero no lo es para los ganaderos; en la práctica eso quiere decir, que están confinados con sus hatos a estar en cuarentena y quedarse en ese estado, que no ha evolucionado en 12 años.
¿Tiene alguna ventaja este confinamiento? NO. Da la impresión, que este estado de cosas ha pasado desapercibido para el ICA, no lo creemos, pero solo podemos deducir que así sea, pues poco sucede. Por esa razón, sugerimos que, junto con el MADR, el ICA, Banco Agrario y desde luego con los ganaderos se lleve a cabo una TOMA de Norte de Santander, que para efectos prácticos es un encuentro entre las partes y no se termine hasta tanto, no se encuentren soluciones que incluyan: Estrategias sanitarias con día de inicio y proyectando el final del calvario, líneas de crédito sin abonos a capital, al menos hasta que regresen a la normalidad, propuestas de seguridad física a los ganaderos, seminario donde se les informe a los ganaderos prolijamente las implicaciones, mesa de soluciones valoradas que presenten los ganaderos.  
¿De dónde deben salir los fondos? Del MADR, el Fondo Nacional del Ganado, el Banco Agrario y desde luego el trabajo invaluable de cada finquero.  
Adicionalmente, desde 2019 el ICA definió como zona de alta vigilancia, Arauca y Vichada hasta el municipio de Casuarito; advertimos que eso no lo dice expresamente el comunicado, pero gracias al conocimiento que tenemos de la región y siguiendo las “fronteras” de cada zona lo deducimos.
Y a propósito de fronteras, la disertación de la directora del ICA y algunos de sus subdirectores, defendiendo la zonificación, nos parece bien; creer en lo que se hace es importante. Sin embargo, no tenemos clara la manera como un virus como el de la aftosa, va a poder reconocer los límites hasta donde puede llegar. ¿Puede el ICA darnos luces para entender?   
Desde este espacio hemos advertido del peligro que representa para nuestra seguridad sanitaria, la falta de profesionalismo con la que, desde hace más de 15 años, viene el gobierno venezolano desconociendo la importancia de adelantar las campañas de vacunación regulares, no solo de aftosa, sino de brucelosis, estomatitis, rabia etc. nuestros vecinos han descuidado todos los frentes, empezando por los derechos humanos.
El teniente coronel Chávez, recibió a la OIE para escucharlos. Les respondió que el tema no era trascendente para su país, que la ganadería no era algo que le interesara, que primero estaba sacar a Venezuela de la pobreza, alimentar bien a los niños y otras cosas que no valen la pena; los resultados están a la vista, ni resolvió los problemas del hambre, ni de los ciudadanos y convirtió su país en una bomba de tiempo sanitaria con la que hemos tenido que lidiar, sin hablarnos.
Reiteradamente hemos urgido para que se establezca una diplomacia sanitaria efectiva. Estos temas no avanzan sin hablar, y, al contrario, pueden tornarse insolubles, si no se comparten y se estudian en conjunto. Por esa razón, sugerimos que los ganaderos de la región diseñen y lideren una estrategia para acercarse e iniciar un diálogo buscando entendernos, siempre con el visto bueno de nuestras autoridades.
No entendemos la manera como se va a inspeccionar y proteger la zona de “alta vigilancia”. Nuestra frontera oriental tiene más de 3,800 kilómetros, la zona definida para ser especialmente protegida, estimamos que excede los 880 kilómetros donde faltan carreteras, comunicaciones, gobierno, policías, funcionarios entrenados, y sobran trochas informales por donde se permean muchos males y pocas soluciones.
Desde luego el ICA, entregó una resolución donde están establecidos los procedimientos para que se puedan movilizar animales (excluyendo la zona de protección). Les queremos decir que, desde nuestro punto de vista, no es susceptible que los ganaderos puedan cumplirlos. ¿A cuántos dolientes les preguntaron si era factible llenar los requisitos?
Norte de Santander, Arauca, Vichada y otros departamentos, han sido duramente golpeados por los brotes de aftosa. No se oponen ellos a los controles, pero si a las exigencias del ICA, que son impracticables.
La historia nos dice que los departamentos fronterizos tienen un intercambio natural con sus vecinos. El gobierno central siempre les ha “bailado el indio”, les impone condiciones, pero no les da herramientas para cumplirlas. Desde el centro del país, creemos que una ley o un reglamento son suficientes para resolver las dificultades y no nos damos cuenta que la ecuación es harto diferente: a más leyes, más crecen como maleza respuestas para no cumplirlas y enriquecer a unos pocos.
Un ciudadano ilustre de Cúcuta, nos decía que el fusil que él sugería para cuidar que no surjan nuevos brotes de aftosa, es la jeringa. Esto quiere decir que cualquier movimiento de ganado, debe vacunarse sin importar lo cercana que esté la última aplicación. Esa es la propuesta de Demogan desde hace varios años, la llamamos “Escudo Sanitario”, advertimos que esa revacunación, ni afecta la res ni se le puede cobrar al ganadero, sino que debe salir del esfuerzo conjunto del ministerio de agricultura, el Fondo Nacional del Ganado y los departamentos.
Los tres departamentos, de acuerdo con el inventario del ICA, tienen: Arauca, 1’188,000 cabezas, Norte de Santander, 488,000 y Vichada, 261,000. Un total de 1’937,000 animales ¿De cuántas dosis hablamos para cubrir esas movilizaciones? En el peor de los casos de 400,000, el costo, sumando frío, vacunadores etc. puede ser de $800 millones, una cifra ridícula que evitaría males mucho mayores, como por ejemplo perder nuestro estatus de país libre con vacunación.
El gobernador de Norte de Santander, Silvano Serrano, mencionaba en una entrevista, sin quejarse, pero denunciando que le habían llegado al departamento las siete plagas de Egipto (esa es nuestra versión): Faltan Unidades de Cuidados Intensivos, miles de migrantes unos que quieren salir y otros entrar a Venezuela, aumento de la inseguridad, violencia en varios municipios, en fin, un trabajo complejo en un departamento con pocas fuentes de trabajo, donde la ganadería genera al menos 61,000 empleos.
Los tres departamentos, necesitan movilizar sus ganados, modernizar su negocio, encontrar salidas para un problema que sin duda no ha sido creado ni por ellos ni por nuestros gobernantes, pero que, si debe ser atendido de manera expedita por todos, con presupuesto y soluciones aterrizadas.  

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