El líder
sabe que hacer, el gerente cómo hacerlo.
La ganadería
ha estado durante años sin definir su rumbo. Seguimos anclados en el pasado,
sin propuestas que nos permitan modernizarnos, sin renovarnos, mascullando
complejos y frustraciones, intentando definir si la deficiencia en la cadena
afecta un grupo o a todos los ganaderos.
Decir que es
hora de hacerlo, es banal, no sirve de nada. La acción está ausente en todos
los involucrados (nos incluimos), sin embargo, queremos mejorar, por serendipia
(encuentros afortunados casuales) mágicamente, por cuenta del gobierno, o una
donación del exterior y muchos, rogándole a Dios para que les compren la finca,
las vacas y ojalá por el doble del precio.
Renovarse
está en el orden del día de muy pocos. Cambiar cuadros directivos es herejía.
Dialogar es una propuesta válida en la medida que sea solo para escuchar una de
las partes, de ninguna manera a todos y mucho menos de manera democrática.
En Demogan,
tenemos la certeza que la parte afecta el todo; eso quiere decir que si los
súper mercados se quiebran o no dan buen servicio o pagan mal a la industria,
inevitablemente los productores se van a ver afectados y, por ende, los
proveedores de insumos, para que al final perdamos inexorablemente nuestra
seguridad alimentaria. Nadie es capaz de crecer aislado del resto, somos un
mecanismo productivo, llamados a cuidar la naturaleza, de lo contrario nos
vamos al traste.
El
subdesarrollo se caracteriza por pensar de manera aislada, por desconocer al
equipo, por alimentar el ego como religión.
Cuando un
gobierno, un gremio, una empresa giran en torno a una persona, es una
autocracia. Por descontado, que un sector con más de 500,000 dolientes no se le
ordena que hacer, se lo convence, la igualdad es el norte, el protagonismo, sinónimo
de fracaso.
¿Cuánto
tiempo llevamos así? Desde que somos república. No evolucionamos, buscamos
caudillos no líderes. Esa es una equivocación.
La ganadería
debería ser una gran empresa y no lo es. Renovar los gremios es fundamental, no
creemos que los ganaderos aboguen porque Fedegan, Unaga o Analac se acaben, el
ruego es que se modernicen y piensen en el todo y no en una parte ¿puede eso
lograrse con la dirigencia actual? Si se puede, que lo demuestren y si no, que
a través de procesos democráticos se pongan a tono con el siglo XXI. Ya hemos
transitado el 20% de este nuevo siglo y toda la discusión se centra en torno al
manejo de los dineros parafiscales, no de servir a los ganaderos, tampoco de
mejorar mecanismos de financiación, de crecer en uno o dos litros diarios la
producción de la lechería doble propósito, de aumentar el consumo interno y tener
una política de exportaciones que nos permita ser jugadores permanentes de
leche y carne y hablar de la trascendencia de la sostenibilidad ambiental. Son
muchos frentes y un solo tema sobre el cual se centran los debates: La
Parafiscalidad. Eso es una vergüenza.
Analac
necesita salir de sus dificultades financieras. El ministerio, debería
encontrar la manera para que tuviera un respiro a través de un préstamo no
reembolsable, de un aporte de los dineros parafiscales (si es que acaso se
puede) de un contrato de asesoría técnica, en fin, hay muchas formas de
hacerlo. Lo que no es aceptable, es que el gremio más antiguo de la ganadería
tenga como principal propósito subsistir y no liderar y desde luego
controvertir sin la posibilidad que sean chantajeados. La única manera que
hasta ahora han encontrado para financiarse, es que, con la autorización de los
ganaderos, la industria les retenga un peso por litro y se los entregue al
gremio. Eso está bien, pero no va a ser suficiente. ¿Cómo hacer para que por
ejemplo emprendan una gran campaña para aumentar el consumo interno? o ¿apoyen
que no se puede continuar agregando lactosueros a las bebidas lácteas sin
incluirlo en las etiquetas? o ¿creen un gran tanque del pensamiento para
modernizar las fincas lecheras? Sin presupuesto ¿Cómo pueden ir a aprender con
los mejores del mundo? O enviar a gentes a estudiar afuera, de pronto ayudar a
mejorar los programas de formación. Eso por el lado de Analac.
En el caso
de Fedegan nos preguntamos, ¿han pensado en pensar diferente? ¿Por qué les
atormenta cambiar? ¿Cuál es la razón para no ser incluyentes? ¿Se dan cuenta
que sus aportes a la ganadería dejan mucho que desear?
Salgámonos del siglo XX, ingresemos al XXI,
dejemos a un lado pensamientos arcaicos y vamos todos a trabajar en equipo.
Demogan está listo a seguir un líder que nos asegure modernidad y
democracia.
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