La ley que
rige el manejo del Fondo Nacional del Ganado (FNG) es la 89 de 1993. En ella se
establece con nombre propio que la maneje Fedegan, que en su junta por derecho
propio asistan el presidente de esa federación que además tiene la potestad de nombrar
los delegados del carne y leche, asiste el ministro de agricultura, el gerente
de ANALAC, un representante de las cooperativas, el gerente o un representante
del ICA, un representante de la Unión Nacional de Asociaciones Ganaderas, Un
representante de la Federación Nacional de Fondos Ganaderos –FEDEFONDOS, un
representante de los pequeños ganaderos.
DEMOGAN no considera que una ley con nombre propio tenga
sentido alguno, si a esto le sumamos, que el gerente de Fedegan puede nombrar
dos más y que el representante de las cooperativas desde hace mucho tiempo es
miembro de la junta de Fedegan y asiste a la junta del FNG, que el ministerio
nunca a nombrado el representante de los pequeños ganaderos, que Fedefondos no
tiene sentido pues tan solo quedan vigentes
máximo 5 fondos, de los muchos que existían en el momento que se expidió la
ley, y lo más importante, no hay un solo
miembro elegido democráticamente por parte de los gravados que son los
ganaderos de a pie, que nunca se enteran que sucede con sus dineros, ratifica
que tenemos una razón adicional para que se reforme la ley.
Hoy sin esfuerzo alguno Fedegan hace mayoría con
Fedefondos, los dos que nombra, su miembro de junta y representante de las
cooperativas, el gerente de esa federación, y como no tiene el décimo
participante (Los pequeños ganaderos) esos dineros los manejan 5 asistentes de
la misma casa. Esta nueva demostración de la total falta de democracia llama la
atención.
Entendemos que el FNG se va a liquidar pues comprometieron
su patrimonio en el negocio de Friogan. Demogan, venía advirtiendo esa
situación hacía 5 años, finalmente se está desenredando el ovillo.
La reforma de la ley, debe ser clara en definir que el FNG, lo manejen los gravados, de igual
manera, que la junta la conformen democráticamente aquellos que aportan, los
representantes del gobierno, deben ir con voz pero sin voto, también, que no
puede quedar nadie excluido del pago de la parafiscalidad; eso incluye las
cooperativas que estamos seguros accederán a hacerlo siempre y cuando se
democratice la junta, y encontrar la manera para que quienes sacrifican
animales informalmente y desde luego quienes acopian leche en muchos rincones
de la patria, también paguen. Sabemos que estos dos temas son complejos de
poner en práctica. La informalidad saca de las posibilidades de crédito a una
gran cantidad de ganaderos. Para la muestra un botón: la industria láctea
recoge leche de 50,000 lecheros y quedan por fuera de esos 50,000 unos 12,000
que le venden a cooperativas (Siempre y cuando sean cooperados) y otros 300,000 que venden la leche a varios
cientos de acopiadores que merecen ser apoyados para que puedan ingresar a la
economía del país.
El recurso de los ganaderos, no puede ser dirigido a
desarrollar ningún negocio, de hecho, para que los aportes de todos los propietarios
tenga una contraprestación inmediata, se nos ocurre que el 100% de la vacuna
contra la aftosa al igual que sucede en Uruguay, se le entregue gratis a los
gravados, a aquellos que muestren su Registro Único de Vacunación (RUV) que
tendrían derecho siempre y cuando pagaran la parafiscalidad; en una reunión que
sostuvimos expresábamos, que la vacuna de aftosa se pagaba dos veces: cuando
retenían la parafiscalidad, y cuando pagaba la vacuna el ganadero.
Debemos ser conscientes que a la mayoría de los ganaderos
no les llega beneficio alguno por aceptar que le descuenten de sus ventas de
leche y carne los dineros que van dirigidos al FNG.
Por último y no menos importante, la división de las
cuentas debe ser transparentes para todos, eso quiere decir que nadie puede
manejar dineros de todos para posicionar un solo gremio, que quien quiera que
sea que maneje esos dineros debe hacer público sus estados financieros, su
contabilidad, los pagos a directivos, y sin duda el costo que tenga manejar
esos dineros. Todos entendemos que si una parte importante de los dineros, se
dirigen para pagar directamente el 100% de la campaña de la aftosa, el resto que
quede, será para pagar el 5% por administración, no como sucedía hasta el 29 de
diciembre que Fedegan cobraba el 5% por administrar el fondo y adicionalmente,
$22 mil millones para pagar la nómina para manejarlo. Los ganaderos entienden
que la austeridad es condición innegociable para manejar sus dineros. El saldo
sería para que los ganaderos tengan estadísticas que les sirvan para tomar
decisiones, permitir que todos tengan acceso a una educación continua y
promoción del consumo de productos cárnicos y lácteos.
La ley debe ser reformada, eso debe liderarlo el
ministerio de agricultura. Estamos urgidos que esto suceda, esperamos que los
ganaderos de Colombia no duden en apoyar esta iniciativa.
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