La urgencia de políticas
ganaderas que permitan la consolidación del sector, empieza, por tener estadísticas
confiables. Gracias entre otros a la información que nos comparte Gustavo
Castro, ministro en varias ocasiones, líder gremial quien además en el pasado
fuera presidente del banco ganadero, y
muchos otros emprendimientos que permitieron que exportáramos carne, a España,
Curazao, Aruba, Perú, Italia e Israel entre otros lugares. Hoy desde la
presidencia de la Asociación Nacional de Industrias Cárnicas (ACINCA) que es
responsable por más del 60% del total de sacrificio del país, con indiscutible
conocimiento de lo que es la industria de los frigoríficos tan mencionados en
las últimas semanas, con logros ganaderos, comparte con nosotros algunas cifras
y sugiere temas que vale la pena que empezando por las autoridades, no
dilatemos más.
En primer lugar, el
sacrificio de ganado hacia el sur occidente del país ha bajado dramáticamente. Los
porcentajes son:
Putumayo -17,32%
Nariño
-10%
Cauca
-10%
Valle -7,82%
Huila
-6,59%
Tolima
-13,80%
Bogotá -3,87%
A su vez, Jorge Castro
Bucheli, desde el Cauca, nos reporta, que el precio de ganado en pie en la
frontera con Ecuador ha llegado hasta $10,000 el kilo en pie. El contrabando
nos está desabasteciendo, arrasando con nuestros inventarios. Lo anterior
quiere decir que en Colombia el ganado esta barato. Sin embargo, si sube el
precio del ganado vivo, hay estadísticas que demuestran que se disminuye el
consumo interno; la sugerencia es que tengamos un sano equilibrio en todos los
frentes.
En nuestra opinión, el
mejor incentivo para la retención de vientres, es que el precio del ternero sea
remunerativo para el ganadero. Eso se ha logrado, entre otras, gracias a la
memorable intervención de Horacio del Castillo, quien públicamente les solicitó
al presidente Santos y al ministro Restrepo, que permitieran continuar exportando
terneros en pie. A esto solamente se opuso Fedegan que siempre ha tenido la
urgencia de mejorar el balance de un negocio que no le correspondía hacer, y
para el cual no tenía los conocimientos; pero eso es otra historia.
El sector debe manejarse,
con información confiable para todos los involucrados. Partimos de un
inventario que se ha deteriorado por falta de política, de gremio, de sector y
sin duda de las urgencias de dinero que día a día trae la vida. Hoy según
varias publicaciones que hemos consultado, el inventario es de 22’550,000
animales. Estamos sacrificando según estadísticas del DANE 3’950,000 animales año
(Redondeo las cifras). Eso es una tasa de extracción, del 17,5%, el consumo per
cápita de carne según todas las fuentes pasó, de 23 kilos a menos de 17 kilos;
el pollo y la carne de cerdo en hora buena entendieron que había una gran
oportunidad y trabajaron con éxito para mejorar sus guarismos. En cambio, el
sector se durmió en sus laureles, no entendió la importancia de mantenerse al
menos cuidando el consumo de 23 kilos por habitante, eso nos tendría hoy con un
sacrificio de 5’400,000 reses, manteniendo la tasa de extracción en 17,5%,
nuestro inventario tendría que ser de 30’857,000 cabezas. Desde luego, eso
generaría más producción de leche, más exportación de terneros en pie y sin
duda más ingresos para el sector.
El ministro Iragorri,
nos confirmó que ya está firmado el decreto para retención de vientres, que
debe ser complementado con créditos a tres años para hacer inventario de
ganados de ceba y levante. El esfuerzo no puede quedarse allí, el ganadero debe
mejorar praderas y cuidar árboles para retener agua y disminuir el estrés
térmico de sus hatos. El curioso documento que entregara Fedegan con bombos y
platillos anunciando que en el 2019 tendríamos una res por habitante, se frenó
incomprensiblemente y hoy, faltando apenas tres años para el 2019 y con el
compromiso que ese manuscrito presentaba de estar en 38 millones de cabezas en
el 2015, solo llegamos a 22’550,000. Despilfarramos el dinero del petróleo, hoy
con recursos mermados debemos lograr los objetivos. Eso debe involucrarnos a
todos, la propuesta de hacer sentir a los ganaderos víctimas no resuelve las
necesidades. Recordemos que desde siempre hemos sido un país austero, que vivió
el espejismo de los hidrocarburos. A diferencia de nuestros padres, pocos
pensaron en ahorrar, y solo pensamos en gastar. Ahora debemos trabajar para ser
los mejores, interpretando nuestras realidades, no importando teorías sino que
con nuestros académicos y científicos se ofrezcan soluciones aterrizadas, sin
olvidar que quien todos los días trabaja la tierra, es quien mejor la conoce. Un
país de microclimas y suelos diversos debe entenderse en el campo, no solo en
el laboratorio.
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