Esta semana
apareció en “Carta Fedegán”, que es uno de los medios que utiliza Fedegán para
hacerle eco a los odios de su mal llamado presidente ejecutivo, un escrito bajo
el título: “Los nuevos enemigos”
Supone el
mensaje, que Juan Camilo Restrepo ha sido el promotor del colapso de la
ganadería, cuando en concepto de Demogan el único a quien puede atribuírsele
este “honor”, es al gremio que más prensa tiene y menos hace por los ganaderos,
que en nuestro caso es Fedegán.
En múltiples
ocasiones, hemos recordado y sustentado a los ganaderos, los diferentes
descalabros que ha promovido el timonel de esta chalupa: Utilizar de plataforma
política el gremio, primero para promover su candidatura y luego para darle
apoyo a otra candidatura, cuando se dio cuenta que eran muy pocos los votos que
podía conseguir. Algunos de los líderes de gremios afectos a esas candidaturas,
con decoro, entendieron que no podían afiliar a quienes representaban a ningún
partido; separaron sus lícitas preferencias de la ingenua suposición, que un
simple administrador de movimiento
agrícola, podía incidir para que sus afiliados votaran por uno o por otro
candidato. A eso lo lleva la vida cuando ha gozado de privilegios sin responder
por sus equivocaciones.
Fedegán
obtuvo la franquicia y la exclusividad en el anterior gobierno de ser el
ministro de la ganadería en la sombra; sus resultados fueron funestos. Nos hizo
creer que podíamos tener en el 2019, 48 millones de cabezas de ganado, eso lo
afirmó en el 2006, cuando con bombos y platillos lanzó un libro, donde se
comprometía a disminuir el número de hectáreas ocupadas por la ganadería y
duplicar el inventario ganadero. Su logro está a la vista, no ha disminuido las
hectáreas, pero en cambio sí ha disminuido el ganado que pasta en nuestro país;
de hecho hoy que podríamos exportar carne, no lo podemos hacer sencillamente
porque no hay ganado suficiente para cumplir con posibles compromisos en el
exterior.
Este viajero
impenitente con dineros de los ganaderos se fue a viajar por el mundo, ofreció
la carne y nada que pasa algo.
Propone en
su escrito un DOFA para definir las debilidades de la ganadería, olvidando que
el primer paso para que esa herramienta sea efectiva, debe ser la autocrítica;
nosotros consideramos que una las debilidades de Fedegán, es la eternización de
quien lo administra, que caza peleas con todo aquel que disienta de la única
voz que tiene todas las prerrogativas. El único que piensa, en este modelo de
gobierno, es el dictador de la república bananera, en que ha convertido un
gremio digno en una veleta sin norte. El responsable que no tengamos política
ganadera es en primer lugar Fedegán que ha estado vigente durante muchos años
con poder y sin ideas, solo buscando satisfacciones personales y no gremiales.
En el caso
de la quiebra de Friogan, culpa nuevamente a Restrepo, olvidándose que sus
competidores ganaban y ganan dinero, simplemente por estar dedicados trabajar y
no a sonreírle a las cámaras, promoviendo nuevas inversiones con oscuras
intenciones, sus instalaciones no son modernas, y desde luego lo bancos no
están dispuestos a apoyar otro descalabro.
Para
terminar esta breve nota en homenaje al eterno enemigo de la ganadería,
queremos recordarles a los ganaderos, que Friogan está quebrado, que es gracias
a la falta de gerencia de Fedegán y que por cuenta de su incompetencia,
convenciendo a muchos ministros de agricultura, logró que el fondo nacional del
ganado que es de todos los ganaderos, avalara los préstamos de esta fusión de
frigoríficos, sin cabeza. De esa manera, consolidó su imagen de pobre
administrador y vendedor de ilusiones; Friogán no es viable, y eso no es por
culpa de nadie diferente que aquellos que intervinieron directamente en su
administración.
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