Casi nunca
coincidimos con ANALAC.
Ser cultores
del desacuerdo, es razón de ser de DEMOGAN.
Respetar y
proteger a nuestros contradictores es fortalecer la democracia.
Una
institución que ha estado presente en la ganadería colombiana durante 61 años, merece
toda nuestra consideración y respeto. En las instituciones serias, hay debates
internos que fortalecen y en ocasiones amenazan la continuidad de las mismas.
Las diferencias que puedan existir hoy entre sus agremiados no es el propósito
de esta nota. Nuestra única intención, es llamar al país lechero para que
sostenga la antorcha de una institución que la ganadería necesita, que el país
requiere, que la industria demanda.
Disentir es
un ejercicio que fortalece. Gracias a nuestras diferencias de conceptos,
Demogan ha explorado nuevas maneras de presentar ideas y por eso le agradecemos
al gremio más antiguo de ganaderos, qué con sus críticas, nos exija de manera
permanente, para que fortalezcamos nuestros argumentos.
Con Carlos
Alberto Estefan, nos separan las ideas, pero nos une la caballerosidad y el
interés por el bienestar del ganadero y de la cadena. Lo respetamos y lo
combatimos, y así esperamos que continúe siendo.
Al igual que
DEMOGAN, ANALAC se ha movido en la austeridad desde siempre, la diferencia es
que ellos llevan 61 años y nosotros tan solo cinco.
Tenemos
discrepancias cuando hablamos de modernización de la ganadería, o de educación
continuada, de comercialización, de ciencia, en fin, de muchas condiciones que deben
estar latentes y ser lugar común de todos los gremios ganaderos.
El problema
entendemos es presupuestal. Estamos seguros qué de los dineros del Fondo
Nacional del Ganado, puede existir un apoyo, no un subsidio (No nos gustan los
subsidios), para que ANALAC continúe siendo un gremio importante. No se trata
de acabar con lo que hay, sino de fortalecer lo que tenemos.
El dinero
que sugerimos se le entregue como préstamo no reembolsable y hasta por dos años
de funcionamiento, exigiría que en 24 meses presenten propuestas para ser
autosostenibles. Los gremios deben serlo, esa continuará siendo otra razón para
los desencuentros con todos nuestros contradictores, que piensan que la
gremialidad debe ser mantenida por gobiernos, fondos o agremiados. Estamos
convencidos, que no se pueden hacer propuestas de productividad, si no somos
capaces de serlo.
ANALAC, debe
entender todo el país lechero. No quedarse en el centro del país.
Viajando por
el país, nos damos cuenta que, a esta respetable organización, la perciben como
un emprendimiento de lecheros del centro. No tienen presencia en el eje
cafetero, tampoco en Antioquia o la Costa, mucho menos en departamentos de alta
producción como Caquetá, el Valle o el Cauca.
Demogan,
aboga por que el gremio se modernice y proponga una política lechera de fondo,
en diálogo abierto no solo con sus asociados, sino con todos los lecheros y las
industrias.
Las juntas
de los comités, las asociaciones y los gremios, deben ser nombradas democráticamente
sin excepción. Estas organizaciones no pueden ser lugares de exclusión, sino
donde se aliente la participación y el diálogo.
Coletilla: Cuando esto escribimos, aún está el
Santo Padre visitando Colombia ¡¡¡Que lección de inclusión, humanidad y reconciliación
nos ha dado!!! Desde luego esperamos que quienes se autodefinen como líderes,
tengan el valor de dejar a un lado sus diferencias e inicien cuanto antes, un
diálogo fraterno.
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