Desde hace muchos años, la situación del Cauca ha estado en las primeras planas por cuenta de las mil y una revueltas que no terminan nuestros dirigentes de entender para poder resolver.
En Demogan
no hemos sido ajenos al dolor de los caucanos, pues quien para nosotros era uno
de los principales “Caucanologos”, Jorge Castro Bucheli líder y moderador de nuestros frecuentes debates sobre las desesperanzas y oportunidades que ofrecía
su tierra, consideraba que, para lograr la paz del departamento, debían tenerse
en cuenta todas las razas, todas las etnias y todos los habitantes PRODUCTIVOS
de la región. Nosotros complementábamos la urgencia de mantener vivo un
comité de consulta permanente donde el gobierno central que cree haber
entendido el problema pero que luego de escuchar a los involucrados, nos queda
la preocupación que no es así, proponíamos, que ese grupo lo conformaran, solo
personas del departamento y tuvieran cabida en esa reunión todos los
pensamientos.
Una historia
para compartir que seguramente pocos de nuestros lectores conozcan: El líder de
los afroamericanos durante la guerra civil Americana, Frederick Douglass, en una de sus reuniones con
Lincoln, le sugirió: (se cita de memoria) “Señor Douglass, hay un pequeño país
en Centro América que se llama Bogotá, ¿Por qué no se van todos ustedes para ese
lugar y así evitamos más derramamientos de sangre?” desde luego Douglass no
aceptó y no tenemos su respuesta, pero la anécdota, nos permite unirla con el
pensamiento de algunos que creen que podamos vivir sin la confrontación
permanente con algunos de nuestros compatriotas, siempre y cuando podamos estar
en lugares distantes. La multirracialidad debería ser el ingrediente que nos
diera inteligencia, fortaleza, salud y otros beneficios, pero no es así y eso es lamentable.
Desde
Demogan se nos ocurre que al Cauca se lo saca adelante invirtiendo, creyendo en
él, asegurando la paz teniendo claro que la paz se consolida en la medida que
tengamos seguridad.
Cuando uno
sobrevuela la cordillera y entra al Cauca, se encuentra cientos de equipos de maquinaria
amarilla extrayendo oro que no paga impuestos; Jorge Castro nos hablaba que eso
podían sumar 15 toneladas al año, eso son 480.000 onzas de oro, que al precio
actual excede los US $800.000.000 (Ochocientos millones de dólares), ese dinero
ingresa al flujo de dinero ilícito que corrompe el departamento, el país y fortalece la ilegalidad.
Si a eso le
sumamos la coca, la amapola, la marihuana, esta última se siembra con alta
tecnología y se puede ver desde la Panamericana a la altura de municipios de
Corinto, Caloto y otros que en la noche con energía que NO pagan y por lo visto
a nadie le importa, nos damos cuenta qué
el departamento se está deshaciendo con el conocimiento y el silencio del gobierno
central.
Desde luego también
existen emprendimientos que Asohofrucol, el gremio de los fruticultores y hortalizas,
que Jorge también lideró, promovió y todos los días se fortalecen, como el
aguacate (para citar un solo ejemplo), que hasta donde supimos había excedido
las 1200 hectáreas en la región, generando empleos dignos y bien remunerados.
El Cauca es
Colombia, no tomar en serio las urgencias que tiene, permite que, en todos los
departamentos, crezca la posibilidad que grupos de desadaptados intenten hacer
lo mismo y vemos poco probable que atender muchos más frentes de insurrección
sea factible.
Terminamos
con nuestra convicción y es que podemos caminar juntos por la senda del
desarrollo en la medida que actuemos sin buscar revanchas, ni perder la
claridad que la paz SI es posible, siempre y cuando ninguna de las partes
queramos sacar provecho.
Ojalá
nuestro artículo le llegue al nuevo gobierno, que como lo afirmamos en nuestro
escrito de la semana pasada lo apoyamos, entendiendo que no estamos detrás de
nada diferente a conseguir que se aclimate la paz, para que el empleo y la
productividad no sean una vana promesa sino una propuesta de país, en la cual
tengamos lugar todos los colombianos.
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