Luego de las reuniones promovidas por el MADR para tratar el aumento del precio de leche y escuchar con cuidado todas las intervenciones, empezamos por felicitar al viceministro Juan Gonzalo Botero por la manera ecuánime y ponderada como manejo estos encuentros.
La decisión
de cuando subir la leche y en qué porcentaje hacerlo no era para nada fácil.
EL aumento
de costos no es lineal y afecta a todos; llevar unas reuniones donde ASOLECHE,
ANALAC, FEDECOLECHE y FEDEGAN tienen puntos de vista diferentes logrando al
final consenso, demuestra que el diálogo es fundamental, que no es necesario
atropellar a nadie para obtener resultados.
No aceptó la
mesa, la propuesta de aumento del 22% que proponía Fedegan, pues sin duda ese
monto se le había regresado a los ganaderos y a la industria. No es a partir de
titulares de prensa que desinforman como se puede construir una política agraria
y de seguridad alimentaria.
La posición
de Fedecoleche fue el otro extremo. Su director, Reinaldo Vásquez, que es sin
duda un hombre ecuánime además de respetuoso, no interpretaba la realidad del
sector, no estuvo de acuerdo con el aumento del 7% y propuso, el 5%. No podemos
olvidar que cooperativas como COLANTA, paga precios por encima del mercado a
sus asociados. Sus números evidencian que efectivamente les sirve a los campesinos.
Creemos que
las intervenciones de ASOLECHE y ANALAC, estuvieron cada una defendiendo a sus asociados,
explicando sus realidades, manteniendo distancias y buscando acuerdos. Eso se
llama gremialidad que construye sin buscar protagonismo.
Repacemos
algunas de las variables que han disparado los costos:
El paro
nacional, ha venido afectando y continuará aumentando el costo de producir durante
los próximos 6 o 7 meses. La mayoría de los lecheros, no pudieron continuar suplementando
sus vacas de la manera que lo hacían, teniendo que disminuir las porciones.
Esta rebaja en la oferta de leche, la industria ya la asumió pagando mayores
precios a sus proveedores y como lo afirmó Javier Ardila de ANALAC, en este
momento la pregunta no es si puedo vender la leche y a qué precio, sino durante
cuánto tiempo continuará el desabastecimiento, para que paguen por encima de la
resolución. Desde luego menos litros vendidos y un mejor precio pagado no es
propiamente la manera para mejorar la vida de los ganaderos.
La China,
aumentó sus compras de cereales y esto disparó desde el 57% hasta el 83% los
costos del maíz y la soya.
Los
fertilizantes en especial el fosfato diamónico han subido entre el 24% y el
51%.
La pandemia
incrementó el costo de los fletes y volvió lentos los procesos de nacionalización.
No sabemos
la cantidad de trabajadores de fincas que los afectó el Covid, enfermándolos y
dejándolos convalecientes durante días y en algunos casos durante meses.
Sin embargo,
en esta cadena los lecheros no han sido los únicos afectados, la industria por
estar en recintos cerrados ha sido más afectada por la pandemia, los costos de
sus insumos también se dispararon, ni que hablar del paro.
Ha pesar de
todo, el acopio continúa, el pago a los lecheros no ha dejado de llegar
quincenal o mensualmente y esa garantía cuida los flujos de caja.
Los altos
costos de la carne han derivado en que muchos productores, prefieran aumentar
la ingesta de leche de sus becerros “vendiéndola” a $2.000 el litro.
Desde luego,
que todo esto atenta contra la idea que lleguemos a un consumo per cápita año
de 170 litros.
En Demogan
tenemos la idea que leche y carne deben atender la demanda interna, el incremento
de esa demanda y las exportaciones de carne y leche, definiendo la
productividad en kilos de carne por hectárea año o litros de leche hectárea/año.
Eso se entiende que debe ser llevado a cabo en los próximos 10 años. Estamos
convencidos que los gremios no deben hacerle juego a la inmediatez de la
política, sino a la consolidación de un país ganadero que piense en el futuro.
Queremos
resaltar la manera como se desenvolvió el diálogo entre las partes, el
desacuerdo respetuoso fue el cimiento de estas reuniones y como lo afirmó Juan
Sebastián Bargans de ASOLECHE, la mesa de concertación se fortaleció luego de
estas reuniones.
La mayoría
de los participantes, apoyaron la importancia de no permitir que la leche con
lactosueros continuara en el mercado sin ser debidamente identificada por los
consumidores finales. El tema lo trajo a colación el viceministro Botero y fue
apoyado por todos. Esperemos que pronto pueda el INVIMA comenzar a actuar, obligando
que las etiquetas digan sin espacio para equivocaciones o engaños que una bolsa
de leche es producto intocado de las fincas de nuestros productores.
Entendemos
que en marzo volverán a la mesa para definir el nuevo aumento, esperemos que
continúen todos actuando con moderación, sin olvidar que este es un ejemplo
indiscutible de sinergia entre productores e industria; falta mejorar la comunicación,
pero nos estamos acercando.
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