domingo, 4 de octubre de 2020

Demogan Que la felicidad acompañe a los ganaderos de Colombia

El 30 de septiembre, se cumplió un nuevo día del ganadero. Para nosotros en Demogan, todos los días lo son, no imaginamos que sucedería si estos guardianes de la producción agrícola no estuvieran presentes en sus parcelas.

La pandemia reafirmó esta realidad. Mientras el gobierno, los senadores, la justicia, los empresarios, podían continuar con sus labores a través de internet, el ganadero tenía que hacerlo a la intemperie. Si no cuidaba, no ordeñaba o dejaba de ofrecer sus productos y se resguardaba en su casa para evitar ser contaminado por el Covid, nos quedábamos sin comida y el país no podía abastecerse.

Desde luego debemos completar la cadena productiva y agradecer a quienes transportan, a los industriales que transforman y preservan los alimentos, los supermercados que compran los productos, los proveedores de materia prima. En fin, todos los involucrados.

Increíble, casi todo gira en torno al campo ¿Cuántos de nosotros le hacemos reconocimientos todos los días a estos valerosos trabajadores?

Permítannos hacer un reconocimiento especial a los lecheros. Ellos deben estar al frente los 365 días del año. Las vacas, no van a carnavales.

El sol, la lluvia, las horas que deben transportarse desde su finca hasta el pueblo más cercano, cuando su mujer o sus hijos están enfermos, tampoco las noches sin luna, sin luz, sin entretenimientos, con la incertidumbre que genera la falta de estado, los alejan de su terruño; la razón es sencilla, ellos aman ese pedazo de tierra, lo conocen palmo a palmo, estoicamente lo disfrutan, allí nacieron sus hijos, sin alardes están dispuestos a dar su vida, su mejores años para que el fruto de su trabajo llegue hasta el consumidor final.

Y usted que disfruta en la comodidad de su hogar el sacrificio mal remunerado, poco comprendido de los campesinos…si, usted, compatriota querido, usted ¿se ha puesto a pensar que pasaría si nuestros hermanos ganaderos decidieran hacerse a un lado y dejarse encandilar por la ciudad?

Los gobiernos deberían promover que los citadinos estuviéramos unos pocos días en la casa del campesino, sin corriente, sin luz, bañarse en el páramo con agua fría y en las zonas tórridas, no tener para diluir el agotamiento que se acumula en los cuerpos sudorosos de estos héroes de la patria, para ver si en lugar de celebrarlo un día, prendemos una vela en cada hogar donde llega la leche, la carne, la continuidad de la vida.

¿Cuántos ganaderos han sido asesinados por paramilitares y guerrilleros? Gentes sin alma, psicópatas que mataron inerme a Jose Raimundo Sojo Zambrano, un hombre pulquérrimo, que dejó de entregar sus luces al país, por cuenta de esta absurda guerra que muchos quieren continuar.

Colombia debería ser una gran familia. Eso de ninguna manera implica que nos hagamos los de los oídos sordos, cuando se cometen injusticias.

En Demogan, no apoyamos privilegios, tampoco las infamias en que se han convertido las redes sociales. Los privilegios, deben iniciarse en la base de la sociedad ¿Ilusión o un ingenuo canto de esperanza? Si no sacrificamos algo de lo mucho que tenemos, un día nos vamos a encontrar sin campo, sin ser capaces de reconocer el verde, sin poder creer que un cauce hoy lleno de arena, antes lo llenaba el agua aun en los veranos más fuertes.

Dejemos correr las quebradas, permitamos que los bosques continúen, que la vaca amamante su ternero y el ternero corra libre por la pradera, para luego ser sacrificado para alimentar al hombre.

Feliz día, feliz año, feliz siglo, mujeres y hombres de la ganadería.

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