La exportación de ganados en pie ha generado el rechazo de algunos animalistas. En Demogan, apoyamos el debate de todo lo que tenga que ver con la ganadería.
Evitar que
se cuestione el debate, es más intrigante que útil, más autocrático que
democrático.
Intentaremos
analizar las diferentes aristas que el tema tiene y ser objetivos en nuestros
razonamientos.
El país
necesita generar divisas. Adicionalmente el agro está obligado a exportar compensando
no solo las importaciones que necesita el sector, sino aportarles a otras
actividades que no es posible que puedan comercializar internacionalmente.
El debate
ambiental contra los ganaderos viene de hace años. Lo aceptamos, pero desde
luego no compartimos los argumentos que ambientalistas y animalistas esgrimen,
pues lo hacen con información parcial y porque no, en ocasiones con mala
intención. En las últimas semanas hemos recibido informes de fincas, donde los
oseznos de anteojos, se salen de las matas de monte donde habitan con sus
madres, a jugar con los terneros; esto pueden tomarlo como anecdótico, pero les
aseguramos que es poco probable ver este espectáculo de la naturaleza en la
mayoría de los cultivos.
A los
ganaderos les preocupa, la fauna, cuidar las aguas de sus fincas, sembrar
árboles y desde luego tener negocios rentables.
El maltrato
que alegan unos pocos que reciben los terneros que son embarcados, no suena
razonable. Pueden estar seguros que no existe un empresario que no cuide hasta
el exceso que los animales lleguen todos al lugar de destino y en el mejor
estado. Si esto no fuera así, ¿los compradores repetirían los negocios?
Las mayores
exportaciones de ganado se realizaron en el 2012 (Fuente Fedegan) en ese
momento el inventario de machos era de 5’929,418 y el inventario total
22’666,751 (fuente ICA) eso significa exportaciones equivalentes al 1,3% del
total del inventario, o el 5% del inventario de machos.
Nuestro
inventario hoy ha crecido: tenemos 28’245,262 cabezas y 9’726,190 machos (ICA).
Hasta el mes de julio se habían exportado 132,281 animales y según Fedegan, al
final del año debemos alcanzar los 200,000 animales, 2% del inventario de
machos y 0,7% del total del inventario; eso son US $100 millones de dólares, a
países donde antes no exportábamos nada o muy poco.
Cada cabeza
que exportamos de ganado repercute favorablemente en la economía de
prácticamente los 655,461 predios ganaderos que tiene el país. Dinero que les
llega a familias que hoy venden con relativa facilidad sus mautes y que antes
tenían que peregrinar con ellos para venderlos.
Sin embargo,
el mayor beneficio de nuestras exportaciones en pie, es la preservación de
vientres. Ningún ganadero va a sacrificar hembras si además de la leche, cada
tres años, puede vender dos machos o producir leche y crías sin son hembras.
Quienes
critican estas operaciones ¿tienen alternativas de generación de ingresos para
esas familias? Si es así, es urgente que nos las compartan para ponerlas en
práctica.
En síntesis,
pensar en dejar de ampliar mercados para nuestro hato, no es solución. Tampoco,
evitar dar valores agregados.
De otra
parte, están las exportaciones de carne en canal. En el pasado Fedegan intentó
cuestionar sin éxito que se suspendieran las ventas de ganado en pie y cambiarlas por exportaciones de carne en canal. Eso suena obvio y es
obvio, pero no soluciona los ingresos de los ganaderos.
En el 2018,
exportamos 18,000 toneladas de carne (Contexto Ganadero) que traducido en
cabezas de ganado son menos que el ganado en pie exportado y menos dólares que lo exportado en ganado vivo. Mientras el país
contó con ese espejismo que era el mercado vecino, las toneladas y dólares que
vendíamos, contribuyendo a su corrupción y a su desmadre, adormecieron nuestra
austeridad y nos dejamos convencer de un cuento que no era. No entendimos la
razón de nuestro éxito y se repitió la paradoja que seguimos sin entender: y es
que, si quebramos la ética, quebramos el negocio. En ese momento, advertimos lo
equivocados que estábamos despachando principalmente a ese mercado. Nadie nos
escuchó.
No podemos
dejar de mencionar la experiencia uruguaya, que luego de analizar las
exportaciones de ganado en pie, concluyó que el país perdía una media de US
$319 por animal vivo exportado y que desde el 2008 hasta el 2016 y 1’5 millones
de bovinos exportados, las pérdidas para el país sumaban US $478’5 millones.
Desconocemos
si los frigoríficos colombianos tienen estos análisis. Les solicitamos que, de
tenerlos, nos compartan no solo las conclusiones sino el soporte de las mismas.
La
preocupación de nuestros ganaderos es sencilla: si exportamos en pie, a ellos
les llega el beneficio inmediato de mejores precios con menos tiempo en la
finca; mientras tanto, los industriales de la carne, no han encontrado la
manera de poder trasladar algo de sus beneficios al productor.
De otra
parte, nuestro consumo doméstico es bajo. Uruguay con apenas 12 millones de
animales, tiene un consumo interno que se obligaron a bajar, por razones de
salud, de 70 a 60 kilos per cápita y nosotros, sin obligarnos por falta de
estrategias de todos, pasamos de 23 kilos a 18,6 kilos en 2019 (Fuente consejo
nacional cárnico).
Hoy, gracias
a muchos empresarios y sin duda al apoyo del ICA, de ganaderos, subastas,
puertos, y una extensa red, que hace posible tener nuestros productos en más de
20 países, crecemos poco a poco, que es la manera como debemos hacerlo.
¿Qué nos
falta? A pesar de nuestra incapacidad para trabajar en equipo, sugerimos crear
marca país, de carne no estabulada dando así el primer paso para diferenciarnos
de otras, con la mira de exportar carne orgánica, que es un producto que el
mundo demanda y paga bien.
En segundo
lugar, es importante que conjuntamente se escriba y se ponga en práctica un
plan quinquenal ganadero. Nos dirán, que eso ya está; es verdad, pero hasta el
momento no han prosperado, pues no basta escribirlos, sino nombrar responsables
en la red de actores que tiene el negocio.
Fortalecer
el nombre de Colombia como solución ganadera integral, es nuestra propuesta y
nuestro sueño, hoy tenemos vacunas, conocimientos del manejo de rebaños tropicales,
carne en canal, ganado en píe, muy pocos lácteos, menos artesanías de cuero, cuernos
y pezuñas, y un conocimiento que hace falta ordenar para poder compartirle al
mundo.
La
generación de divisas por parte de la ganadería debe ser un propósito de país,
del MADR, los gremios y los ganaderos. Esperamos que coincidan con nosotros.
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