Cuando en 1973, Jenaro Pérez Gutiérrez asumió la gerencia de una fracasada cooperativa lechera, que se llamaba Coolechera, fundada en 1964, por Rafael Cerón Escobar, con más recordación por sus consecutivas quiebras que por sus logros, nadie imaginaba, que llegaría a ser la más grande empresa acopiadora y vendedora de leche de Colombia y una de las principales de América Latina.
“Haga todo
lo que deba, así deba todo lo que haga” De esa manera, cambió de manera radical
el enfoque de la empresa, pasando de vender insumos a procesar leche con un
préstamo del Banco Ganadero por $54 millones de la época, equivalentes a unos
$7 mil millones de pesos de 2020.
Hoy Colanta
tiene varios logros icónicos: compra leche a miles de productores, llegando a
muchos lugares donde no hay carreteras, acopia unos 2’4 millones de litros al
día, tiene 7,000 empleados y cerca de 14,000 cooperados, todos ellos socios de
la cooperativa, dando un ejemplo de capitalismo social que supera las
diferentes demagogias que nos persiguen todos los días.
En el 2019
Colanta vendió $2’4 billones y utilidades del 0,07%, pues la misión de esta
cooperativa es buscar que los lecheros y sus empleados sean quienes ganan
dinero. Para entenderlo mejor, si comparamos con la industria láctea la
utilidad promedio pudo estar en el 2% siendo la más exitosa, Alpina con el 4,3%
de utilidad neta.
Esos
resultados hablan de la esencia de Jenaro Pérez, que creía en la libertad de
empresas y en la democracia y que los beneficios tenían que extenderse a todo
el sector.
Asistir a
una asamblea de Colanta es un espectáculo de libertad, es la demostración que
cuando el líder es respetado por todos, lo acogen, lo siguen y lo veneran sin
esperar prebendas.
Otra
demostración de buen gobierno es el nombramiento del sucesor del doctor Pérez,
Sergio González Villa, quien lleva laborando en la cooperativa más 35 años.
Quiere decir que la empresa continuará creciendo conociendo su pasado y con el
espíritu innovador constante que su líder le imprimió.
En un día, Pérez,
hacía más bien a los ganaderos del país que la suma de ministerios y gremios.
Su reconocimiento es nacional, circunscribir sus obras a Antioquia, es limitar
la mirada de águila de este empresario de cuño multifacético.
El
portafolio de productos de la cooperativa, sorprende: Quesos de exportación,
helados, cárnicos, leche con valores agregados y para sorpresa de muchos, vinos
que hacen maridaje envidiable con sus carnes y sus quesos.
Un día en la
vida de Jenaro, tenía que ser no solo entretenido, sino sorprendente; este
hombre acostumbrado a pasar por encima de todas las dificultades, era epopeya y
ejemplo ¡¡¡Qué difícil va a resultar emularlo!!!
Dejó muchos
ejemplos, además de una manera paradójica de entender la patria, que era
entregándolo todo sin necesidad de protagonismo alguno.
Jenaro
Pérez, les dio esperanza a miles de campesinos, creó una cooperativa
incluyente, derrotando el escepticismo de muchos que suponían que eso no era
factible de hacerse. No solo les quitó el hambre, sino que los vistió de
empresarios.
Doctor
Jenaro: nos dejó la vara muy alta. Ojalá podamos conocer su biografía completa,
en especial las dificultades que tuvo que sortear, para que los que estamos
comprometidos con la ganadería, entendamos que todo se puede hacer
honorablemente y con sentido de servicio, si nos guían las razones correctas.
Colanta debe
convertirse en la universidad cooperativa de Colombia: Allí deben enseñar lo
que saben hacer, para que muchos repitan su ejemplo.
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