A tan solo
tres meses que termine este gobierno, quedó cesante el puesto de gerente de
Vecol. De acuerdo con la información de los medios, el gerente Hugo Armando
Graciano Gómez, fue retirado por contratar un número de recomendados y así
poder cumplir con cuotas políticas. ¿Hasta cuándo?
Ningún
político va a postular candidatos para cubrir la vacante, pues es comprometerse
y perder la cara ante el nuevo gobierno. Es por eso, que sugerimos que el nuevo
representante legal, debería salir de las filas de la empresa y la conozca. Esa
propuesta puede asegurar la continuidad con el cambio de gobierno, si es que el
presidente que llegue, entiende que la politización del agro, es formula de
fracaso. Son muchos los frentes que tienen que ver con el campo y que están
politizados desde hace muchos años.
No tener
cabeza visible en Vecol, y un amable pero politizado gerente del ICA, puede
haber sido una de las razones por las que Venezuela en la reciente visita de
dignatarios de COSALFA a ese país, fuera capaz de hacer que se excluyera de la
nómina de visitantes a técnicos colombianos. Las conclusiones no oficiales
parece que pueden resultar en menoscabo de nuestra ganadería, y lo peor, que
sea cuestionada la seriedad con la que se maneja la aftosa en nuestro país.
Una alternativa
que debe ser estudiada, es que Vecol venda una parte de sus acciones a
ganaderos y en general a instituciones que le aporten y actualicen la empresa. Esperamos
que esta idea sea estudiada por el gobierno y el sector ganadero.
Es
importante contar con la pléyade de científicos, estudiosos y trabajadores para
manejar las diferentes organizaciones e institutos que tienen relación con el
campo. La falta de timoneles competentes hace que estemos haciendo agua en más
frentes de los que podamos imaginar. Desde luego hay excepciones a la regla,
como es el caso de Juan Lucas Restrepo que lleva siete años en Corpoica,
demostrando varias cosas: primero que tenemos gente extraordinaria, segundo que
la continuidad paga, tercero que la transparencia es el mayor activo con el que
debe contar un organismo gubernamental. Repetir el ejemplo es nuestra
propuesta.
Son doce
entidades descentralizadas que dependen del ministerio. Empezando porque el
perfil del ministro que necesita el país para dirigir este complejo
rompecabezas, se cubre en la mayoría de los casos con personas que no cuentan
con la experiencia, pero si con la recomendación de algún político, o tienen larga
trayectoria en un solo sector, teniendo que declararse impedido cuando es
precisamente aquello que mejor maneja. Estas son secuelas de un país
bombardeado por la corrupción.
Nuestra solicitud
al nuevo presidente, es que despolitice el agro.
El campesino
tradicionalmente no ha sido representado por gentes del campo que conozcan sus
angustias. De cuando en vez aparece “un don alguien” que viene con un rosario
de promesas bien dichas, que nadie entiende, a repartir almuerzos a cambio de
lealtades imposibles.
La política
como se hace, no es como se la inventaron. Al menos no creemos eso. solo quedan
dos salidas: si así fue inventada, es increíble que llevemos siglos sin
entender su esencia, que es servir al ciudadano independientemente de si votó o
no por la persona. Si así no fue su origen ¿quién cambió el propósito de
cumplirle al todo y no a una parte de ese todo? Cuando alguien queda nombrado
es de todos y no de los pocos que por él votaron.
Nuestro foco es la ganadería. Le pedimos al
presidente que no deje acéfalo Vecol, y al próximo presidente que gobierne con
los mejores, sin importar su origen político, teniendo en cuenta la pulcritud
de su vida, sus experiencias y claro, que la continuidad en los cargos sea una
constante y no un milagro.
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