sábado, 22 de abril de 2017

Demogan Embriones

La posibilidad de repoblar nuestra ganadería importando
embriones, o partiendo de la genética con la que cuenta el país, es
un tema recurrente acerca del cual consideramos que debemos
ampliar conceptos.
Es indiscutible el beneficio de la biotecnología, y para el caso de este escrito, la transferencia embriones en el proceso de mejoramiento genético que hace parte del desarrollo que pide  la ganadería nacional.
A manera de validación de la utilidad de estas tecnologías se acude con frecuencia a un comparativo, que puede tener algo de subjetividad, y es que lo que se logra en 100 años en mejoramiento genético con monta natural (MN) se alcanza en menos de 20 años con inseminación artificial (IA) y en menos de 10 años con transferencia de embriones (TE).
La importación de embriones, tiene un alto costo para el país, y no sirve para el propósito de este escrito, que está orientado a ganaderos pequeños y medianos. Desde luego si hablamos de alta genética, probablemente los dueños de ganaderías puras lo hacen por razones que están en todo su derecho.
A su vez fincas con vacas que tienen altas calificaciones, y el dueño está interesado en mantener esas características, vale la pena que se le extraigan algunos embriones y pueda preservar y continuar su línea genética.
Luego de este breve introito, evaluemos las posibilidades de popularizar esta práctica: La parte técnica deben ser verificada, pues de acuerdo con información que tenemos, la cantidad de ovocitos viables promedio en una aspiración, es del 10%.
El precio promedio por embrión que tiene Corpoica que es de
$100,000 la unidad, el costo de mejoramiento genético del 10% del hato ganadero solo en embriones sería de $68’700 millones, más el trabajo de implantarlos en las vacas receptoras que puede costar unas 4 veces más.
Implantar embriones en nuestros hatos, se justifica hacerlo de manera dirigida y apoyada por expertos. 
Por ejemplo, en el caso del departamento del Huila, con un inventario de 135,000 hembras de tres años o más si quisiéramos implantar el 10% de esas hembras el costo de hacerlo sería del orden de $6’750 millones, y eso aseguraría apenas el 40% de prendimientos con un costo por animal preñado de $1’250,000; eso quiere decir que el animal en el vientre de la vaca vale $1’250,000 el primer día y claro está falta que la ternera (si es que son hembras) nazca, se desarrolle y produzca.
¿Es recomendable el trabajo con embriones? Sin lugar a la menor duda, sí. Sugerimos entonces, Trabajar en una estrategia a nivel nacional con Corpoica, el ministerio de agricultura, los departamentos que estén interesados y claro está con veterinarios y productores que tienen mucha información para compartirnos.
Nuestra sugerencia, es iniciar con machos con la genética que necesitamos en cada región, especializando si es del caso la vocación de los municipios en carne y leche. El lívido del Bos Taurus es mayor, que la del Bos Indicus y entendemos que de nuestras razas colombianas son las de mejor desempeño. Lamentablemente, estas últimas no son las preferidas por nuestros ganaderos y según nos comenta Juan Lucas Restrepo director de Corpoica, sexar, semen de razas criollas es muy complicado.
Un trabajo de embriones en hembras, no es despreciable y en cambio sí es recomendable, pero definiendo claramente el propósito y las metas que queremos conseguir.
Desde luego un programa de embriones no se puede prestar para el beneficio de unos pocos ni para actos de corrupción. Esta última drena nuestra economía y que decir de las finanzas del agro, que son las más frágiles y se prestan para hacer campañas populistas que a nada nos llevan.
El mejoramiento de nuestro hato, por la vía del implante de embriones, es una alternativa que debe estudiarse sin apresurar conclusiones que de pronto no sean las más acertadas.

La posibilidad de repoblar nuestra ganadería importando embriones, o partiendo de la genética con la que cuenta el país, es un tema recurrente acerca del cual consideramos que debemos ampliar conceptos.

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