domingo, 9 de abril de 2017

Demogan Duplicar el Inventario Ganadero

Debemos empezar por agradecer a Benjamín Quiñonez sus aportes para que este escrito contara con la voz de su experiencia.
Es nuestro convencimiento que de seguir como vamos, el inventario ganadero continuará disminuyendo, llevándonos a una posición irrelevante dentro de los países con liderazgo vacuno. Por esa razón, queremos formularle a la comunidad pecuaria algunas propuestas, para que entre todos, activando la inteligencia colectiva del sector, podamos llegar a soluciones que beneficien a la mayoría y de ninguna manera a unos pocos.
Las asociaciones ganaderas son quienes tienen muchas de las respuestas, pero no tienen escenarios, ni interlocutores para debatir la manera para: “DUPLICAR NUESTRO INVENTARIO” desde luego cualquier propuesta, debe ser presentada valorizada y con un cronograma. Nosotros en este escrito, no vamos por ahora a sugerir ni el uno ni el otro.
La idea, es empezar por cuidar la rentabilidad de los dueños del ganado, manteniendo una relación creciente de cabezas, con estándares de sanidad de clase mundial, que nos permita repoblar el campo.
Proponemos escucharnos, no promover monólogos.
Colombia es un país de regiones y subregiones ganaderas. Donde la sabiduría campesina excede en mucho la que los gremios, movimientos y autoridades podamos ofrecer. Por eso les compartimos propuestas para que sean mejoradas, aumentando el número de cabezas, mejorando la genética, sin perder de vista la sanidad.
Antes alguna cifras.
Los llanos orientales tienen el más grande inventario ganadero (22,39%, fuente: ICA Censo Ganadero 2016), en su mayoría con genética de baja calidad y mal temperamento, ambas condiciones disminuyen la producción. La región, cuenta con 1’647,069 hembras,  con más de tres años, que en algunos municipios exceden los 700 días abiertos, eso reduce la rentabilidad, pues en pocas partes se ordeñan y el país pierde producción de leche y carne.
Otro ejemplo, es que San Vicente del Caguán tiene 612,571 cabezas y 193,335 hembras con más de tres años. Es el municipio con mayor inventario ganadero. Debería tener especial cuidado el gobierno en educar y mejorar esa vocación.
Los campesinos no pueden retener vientres si no los apoyamos con créditos de fácil obtención, previo convencerlos que solo si hay una cartera sana, los flujos de dinero van a llegarles y claro, que ordeñen esas vacas todos los días y les compren el producido.
74% de los suelos para ganadería, están compactados y 48% erosionados. La fuente es el PhD Carlos Lascano. Que propone como uno de los factores de éxito para duplicar nuestros inventarios, el mejoramiento de praderas. 
Escoger las razas para las regiones es oficio que debe involucrar a los vivientes en cada una de ellas. La lívido de los toros de razas criollas que no son bien aceptadas por muchos ganaderos es importante opción. Les ofrecemos solo un caso: la raza Romosinuana en Casanare, hemos visto resultados interesantes en la finca Campo Alegre de la familia Barragan. De todas maneras, está la raza Normanda para tierras altas, la Holstein para mejorar producción de leche, etc. insistimos que son los finqueros en cada región quienes deben dar respuestas y no técnicos desvinculados de sus realidades. Recordemos que solo el 3% del inventario de hembras es inseminado.
Educar empresarios ganaderos, en un esquema multidireccional, donde debemos promover paneles para el conocimiento y no cátedras sin participación de los campesinos.
Desconocer los efectos del cambio climático y no involucrar a los 500,000 empresarios ganaderos es equivocado. Ellos son los dueños de la tierra y ellos son quienes a partir del convencimiento pueden sembrar un promedio de 10 árboles por hectárea, aumentando así el compromiso de Colombia en la captura de CO2 equivalente. Esto sería como sembrar 400,000 hectáreas de árboles.
¿Qué decir del agua? Si no cuidamos los cientos de nacimientos que brotan en los predios ganaderos, pasaremos de ser un país oasis a ser un desierto. Proponer que en las fincas donde existan nacimientos se les de tratamiento tributario especial es aconsejable. Eso complementado con la siembra inteligente de árboles nativos es fundamental.
Desde luego la comprensión tributaria de las partes debe ser objeto de debate civilizado. No basta con pedir exoneraciones sino que todas las partes entienda las afujías y obligaciones de la contraparte.
Asegurar que los campesinos tengan centros de acopio para su leche y la compra asegurada de su producción, profesionaliza y trae prosperidad.
En todo esto, la industria debe estar presente y apoyando los emprendimientos. Solo si producimos cantidades que justifiquen establecer plantas procesadoras, aseguramos desarrollos que valgan la pena.
Debemos salirnos de los círculos de desesperanza, y como me lo expresó nuestro asociado Rolando Manjarres, si no encontramos soluciones para que los jóvenes regresen al campo, vamos a perder la apuesta del nuevo campo que debe continuar siendo la esperanza de Colombia.  
En este trabajo deben estar incluidos: Ministerio de Agricultura, FINAGRO, bancos privados eficientes, CORPOICA, la industria privada, productores, el ICA con la obligación de prevenir enfermedades, la oficina de postconflicto; gremios que no busquen protagonismo, ni manejar fondos ganaderos, sino únicamente servir al campesino. 

¿Cuál es el primer paso? Ustedes tienen la palabra. 

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