El 29 de diciembre de 2.015 será una fecha histórica
para la ganadería nacional y para los ganaderos de la
generación actual, junto con el nombre del Ministro Aurelio Iragorri
Valencia, quien será recordado gratamente como el ejecutivo capaz, por
haber tenido el valor de expedir el decreto 2537, con el cual se le puso fin
al más grande abuso con los dineros públicos del subsector de la
ganadería colombiana, ejecutado por más de 20 años de una plutocracia
insoportable y soberbia.
De pataletas fueron estos primeros treinta días
para el señor Lafaurie, después de expedido el decreto 2537 de diciembre
29 del 2.015 por medio del cual el estado notificó al país que Fedegan
perdió el cuestionado e ilegal privilegio que se le otorgó hace 22 años, de
pretender ser el único administrador del dinero del Fondo Nacional del Ganado
FNG, y como consecuencia, con suficiente poder para el despilfarro del
parafiscal que debía administrar. Despilfarrar es el opuesto a
administrar, que era el encargo.
El país debe tener claro que nadie le quitó el Fondo
Nacional del Ganado FNG a Fedegan y menos al señor
Lafaurie, enloquecido por esa platica, los trajinados recursos
no les pertenecen a ninguno de los dos, cosa distinta es que se
consideren arrogantemente, los dueños de lo que no les corresponde.
Dispusieron del FNG a sus anchas durante veintidós años, Fedegan
se ganó esa lotería para salir de la pobreza en que la tenían sus
federados, hasta se apropió de manera indebida de la casa sede del Fondo
Nacional del Ganado - la sede debe regresar a propiedad del Fondo-; hicieron de
Fedegan una agencia politiquera; viajaron por el mundo con el
dinero del FNG, mientras la ganadería en picada hacia abajo, desde su
inventario hasta los ingresos de los ganaderos; la burocracia por nómina que
montó Fedegan nos cuesta en el año $22.000 millones, más $ 38.000 millones para
la sola aplicación de la vacuna; más $5.000 millones por administración y
recaudo; le tienen prestados $2.000 millones de pesos a Friogan quebrado por el
mismo Fedegan; sin estar permitido firmaron para que el FNG sea deudor
solidario de la deuda de Friogan con la banca. Ahora están
desesperados porque se terminó la comodidad personal en Fedegan.
Los parafiscales existen para beneficiar al mismo sector gravado,
a los aportantes, en este caso la ganadería y los ganaderos, no son para
beneficio de nadie en particular, tampoco para solucionar los problemas a
ningún gremio, gremio con nombre propio, como cree el señor
Lafaurie.
Fedegan fundado hace más de cincuenta años, (treinta años
antes que el FNG) por y para unos muy contados intereses
patrimoniales, cuya estructura gremial de segundo grado,
estatuido para pago anual por afiliación de personas jurídicas,
comprando el derecho de uno a diez delegados según su capacidad
dineraria, (setenta y seis gremios entre cooperativas, comités,
asociaciones, federaciones, fondos ganaderos ya inexistentes, corporaciones,
uniones de un solo miembro dueño, sociedades, corporaciones de ferias,
procesadoras de lácteos, y no más de 20 personas naturales, algunos de
éstos, ganaderos, otros solo honoríficos) ni unos, ni otros son
sujetos gravados con el parafiscal.
Los federados a Fedegan no pagan parafiscal, pero los
ganaderos que pagan el parafiscal tampoco son afiliados, ni federados
a Fedegan por el solo hecho de pagar, como ordena la legislación
correspondiente.
Fedegan tiene sus propios estatutos y
reglamento, autonomía, normas y leyes del derecho
privado, lejos de la filosofía que rige en el sistema de la parafiscalidad.
Reiteradamente se niega a acatar el cambio que le impone la legislación vigente
para que pueda administrar recursos públicos como son los
parafiscales.
Carece del mínimo estándar de democracia participativa, ni
siquiera representativa, si para ser afiliado a Fedegan es potestativo de
su Junta directiva, la que depende del presidente ejecutivo que es a la hora de
la verdad quien concentra el poder omnímodo. Buena parte de los miembros de
junta de Fedegan tienen la condición de empleados, de las personas jurídicas
que los delega.
Federación caracterizada por ser una organización plutocrática,
históricamente formada para representar y defender los intereses de clase
exclusiva, de dueños de grandes propiedades y poder político, (orgullosos
de considerarse terratenientes y latifundistas, tenedores de ganado e
inversores, comerciantes de comprar y vender reses que se exhiben en los
coliseos de ferias) y de la élite de la ganadería, burócratas que
tienen tierras y ganado pero no viven de ellas son la “crema “ de la mal
llamada sociedad ganadera. El ejemplo representativo de esos ganaderos, es José
Félix Lafaurie Rivera, un burócrata politiquero dueño de tierras y
ganado, pero vive de otras cosas, del presupuesto público, soñando con la
casa de Nariño, a lo cual tiene todo el derecho de buscarla pero con su
plata y no con nuestro dineritos de los ganaderos.
En Fedegan no tienen cabida los medianos ganaderos,
mucho menos los despreciados pequeños, que sumados son la inmensa
mayoría en Colombia, de los cuales no existe un solo afiliado a Fedegan.
Cuando a Lafaurie se le habla de afiliar a los pequeños ganaderos los
despacha diciendo que Fedegan no es la ANUC. Pero Fedegan si
recauda y gasta la plata de todos.
Fedegan se formó para oponerse a los programas de reforma agraria,
a la redistribución de tierra ociosa, al acceso al derecho a la
propiedad, apoyando a perpetuidad un país de labriegos
analfabetas, jornaleros, mal pagados, y en este estado permanecerá
para siempre, todo este pasado puede ser lícito y puede seguir en su propósito
pero con la plata de sus afiliados, con su patrimonio, con su presupuesto.
Puede defender las causas que se le ocurran, convertirse en el
fortín político como es hoy, utilizarlo como plataforma para lanzar
personajes al congreso, a la presidencia, pero no con la plata de los gravados
del FNG del parafiscal. Nadie puede obligar a Fedegan a ser democrática, ni
demócrata, pero no con nuestra plata.
Los gremios de la producción como deben ser los de la ganadería,
no pueden ser fortín de ningún partido político, quien quiera hacer política
debe hacerlo desde fuera y con sus recursos.
Fedegan fue un operador, un contratista del estado que manejó con
ligereza los recursos públicos, sus pobres
resultados de gestión lo señalan, esa es la razón por la cual
perdió el derecho a la contratación pública, no es solamente la pérdida del
FNG.
Los ganaderos gravados con el parafiscal condenamos el sectarismo
politiquero con intereses personales del Presidente de Fedegan,
solamente por el hecho de portar la condición de administrador de nuestros
recursos.
El vínculo de Fedegan es de operador mediante contrato,
le pagan por el recaudo y la administración, el 5% del valor, pero ahora
encontramos que del dinero del FNG, destinan un poco más del 25% del total
anual, con destino al pago de la nómina la que representa unos 22 mil
millones por año, o sea que el parafiscal queda reducido a administración y
nómina 30%; aftosa 50%; el costo de los Friogan que todos los años tuvieron
pérdida, nunca cumplieron la misión de intervenir en el mercado para bien de los
ganaderos y la ganadería.
El vocero de Fedegan señor JFLR, está en mora de responder
sobre los asuntos que se le señalan, en vez de perder el tiempo y los estribos
argumentado inventos que nada tienen que ver con el tema de la
parafiscalidad, que es lo de resolver, lo de responder. El ejercicio del
cargo de administrador del FNG lo desempeñó de manera ilegítima, al
evadir su responsabilidad evitando ser el representante legal pero sí el
ordenador del gasto, que le diga al país por que retiró la representación legal
ante el contrato del FNG, para delegarla en su secretario.
AMBIGUEDAD JUGOSA
Fedegan administró la parafiscalidad a su conveniencia, sin
control alguno, en una ambigüedad sinvergüenza, con descaro y con el
mayor cinismo institucional, al proyectar la imagen del administrador
como si fuera el benefactor de los servicios, al tiempo que la imagen y
el nombre del FNG no aparecía, o si acaso un pequeño logo escondido que no
indicaba nada, para hacer creer que era Fedegan y no el Fondo quien daba los
servicios en las ferias, los cursos, los seminarios, la Vacunación, los
frigoríficos; fue a partir del ministerio de Juan Camilo Restrepo que
exigió aclaración que no era Fedegan sino el Fondo.
La casa de propiedad del FNG, que Fedegan administraba,
pasó a los inventarios del patrimonio de Fedegan por un valor vil,
amortiguado amañadamente por el canon de arrendamiento que el FNG pasó a
pagar a Fedegan. Esta situación no puede ser aceptada, la casa debe ser
devuelta a la propiedad del FNG.
Fedegan perdió la facultad de contratación con el estado, no
solamente por la vergonzosa quiebra de los frigoríficos, la perdió además por
los pésimos resultados en los más de veinte años de gestión. El flaco
argumento que exhiben, respecto a la alta calificación de la CGR, no es cierta,
se refiere a la ejecución presupuestal no a los resultados de gestión.
Con los hechos comentados y las medidas tomadas por el gobierno,
se abre una nueva etapa para la ganadería, no obstante confiar en el buen
manejo que se le dé en el futuro, los ganaderos debemos estar atentos a que los
cambios redunden en beneficio de la ganadería y los ganaderos, a lo cual
estaremos prestos a colaborar y vigilantes de manera independiente, sin
importar quien administre.
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