Alejandro Lacassagne (francés) pionero en el campo de la jurisprudencia médica y uno de los fundadores de la antropología criminal, en 1885 dijo: "Las sociedades tienen los criminales que se merecen y el medio social es el caldo del cultivo de la criminalidad mientras que el microbio es el criminal".
Traemos a colación la frase
de Lacassagne, por cuenta de los últimos escándalos en los que se ve envuelto
Fedegan, más concretamente su presidente.
El problema, a pesar de no
ser el gremio sino su más visible representante que sería quien debe responder,
puede afectar de manera grave a la ganadería y los ganaderos. Por esa razón
debemos blindar al sector donde tantos empleos se generan.
No suena lógico que dos personas
condenadas, acusen al presidente ejecutivo por los mismos delitos; uno de ellos
aun está detenido y el otro en caso de mentir tendría que regresar a la cárcel.
Ninguna institución, puede sostenerse
por cuenta de romper reglas, de mentir o de evitar debates fuertes pero necesarios
para sanar al país de tantos dolores.
La ley, está por encima de
los poderosos, al menos eso creemos. Decir la verdad sin esconderla, porque de
lo contrario nos sumamos a una realidad impensable y es que el país se derrumbe
de impunidad. Hacer lo correcto sin importar el costo es no solo nuestra
propuesta sino nuestra convicción.
La defensa respaldada con
verdad, fortalece la sociedad y es el primer paso para lograr la paz.
La manera como denuncian Osorio
y Mancuso que se adquirieron 4500 hectáreas a 130 campesinos en Tulapas además
de ser una barbaridad, repetimos, pone en una frágil situación a la ganadería.
Nos parece que argumentar que el proceso se inició antes que el actual director
del gremio llegara, no es justificación, pues su deber era de inmediato frenar el
delito que se cometía a nombre de la ganadería; ¿no que proteger a los pequeños
ganaderos es uno de los deberes misionales del gremio?
Alguien afirmó que este era
un problema de dignidad. Creemos que antes que la dignidad está la ética, por
esa razón el delito tiene tantas y tan vergonzosas aristas.
El otro tema, son los
ataques a la JEP. No puede ser que esa sea la preocupación, cuando hay tanto en
juego ¿Así que el problema es quien me juzga y no que delito se cometió? Precisamente
es gracias a este organismo que están aflorando abusos que no deben prescribir.
La impunidad es la derrota del ciudadano.
Ni la impunidad ni el odio
pueden ser propuesta de vida. Estamos de acuerdo que si las FARC delinquieron
deben pagar, lo mismo que los paramilitares; pero de ninguna manera pueden
dejar de responder los políticos y dirigentes que agacharon la cabeza para dejar
pasar los horrores sin oponerse. Seamos francos, eso nos ha sucedido a la
mayoría. El mea culpa debe hacerse público y sin evadir responsabilidades.
Los héroes inermes que
cayeron en el conflicto por expresar su opinión no podemos olvidarlos. Gentes
de todas las razas y condiciones, fueron masacradas sin que los verdugos
sintieran temor de Dios, y lo más triste que sin que YO, usted, nosotros levantáramos
la voz.
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